Lo primero es lo primero: Felicitaciones a Shankara por el graduado.
Unos vienen, otros se van (y otros se quedan)…
Yo entiendo lo que expresas y creo que el problema de esta leve confrontación reside en los sentimientos que suscita el pensamiento oriental en cada persona. Algunos lo sienten vívidamente, otros un débil reflejo cual centello momentáneo, otros no sienten mucho al respecto, supongo que es un tema de afinidad del alma.
Desde mi punto de vista, en Europa - sobre todo en los últimos siglos- hemos ido siendo cada vez más mentales, racionales (hemos relegado los sentimientos a un segundo plano de importancia), sin entrar a debatir si eso es una evolución, es decir, un estado superior del ser o no.
En gran parte de las tradiciones de oriente la Mente siempre se ha concebido en conjunto con el Corazón. Esto ya desde una perspectiva eurocentrista hasta puede sonar un poco “cursi”, pero es que la delicadeza, ternura y elevación que ha tenido oriente con respecto al pensamiento en unión con el sentimiento ha sido considerable, no podemos asegurar que occidente se haya esmerado tanto por esos caminos; y si ha aparecido algún filósofo de este género, no se le ha dado la verdadera importancia.
Es curiosos que la misma palabra “Espiritualidad”, hoy en día tiene fuertes connotaciones orientales por el inestimable enriquecimiento que ha aportado oriente a esa esfera humana, cuando la palabra espíritu proviene del verbo en latín spirare (soplar).
En definitiva, sí creo que hay una tendencia eurocentrista en la filosofía, aunque creo que es natural y razonable que la haya por como se han desarrollado las cosas. Pero igualmente siento que podríamos ser un poco menos “endogámicos” y abrirnos con sinceridad a la sabiduría ancestral oriental, indagándola con seriedad y profundidad (que eso es lo que creo que a Shankara le ha faltado en el grado).
El intercambio de oriente a occidente es siempre un enriquecimiento muy grande, pero tampoco se debe hacer de cualquier manera, claro está, y parece que inmersos en nuestra vida occidental, a veces un tanto superficial, difícilmente llegamos a sentir el brillo, esplendor y magnificencia que encierran algunas ideas orientales…
Bueno, que te vaya muy bien Shankara ¡allá donde te lleven los vientos filosóficos!