Hola.
Desde el "segundo Wittgenstein" estamos capacitados para jugar al lenguaje de la filosofía, y seguramente decir estupideces variadas de vez en cuando. No es ningún drama, así que juguemos, que no es poco:
Creo que se puede trazar una línea recta que une en sus extremos a Heráclito de Éfeso con Thomas Kuhn y que pasa por los estoicos y la Ilustración. Una línea que abarca un logos universal con la lucha de contrarios, y donde lo único permanente es el cambio. Más quizás, que ir o no con la corriente, el asunto de la filosofía sería atisbar la dinámica de ese logos y mimetizarse en ella. Tal era el ideal estoico. Ideal, superado en la Ilustración, ya que la autonomía humana no puede restringirse a los límites severos de una sabiduría de la aceptación, y sí a una sabiduría ilimitada de la dominación. Como dice Sánchez Meca: "la Ilustración elimina el misterio".
Sin embargo, desde Thomas kuhn, parece que el misterio se recobra. Y con él, el asunto de ir o no con la corriente. En el trabajo de Thomas Kuhn:
La estructura de las revoluciones científicas
(1962), se define la noción de
paradigma de unas cuentas maneras, pero todas convergen en que se trata de una matriz de investigación científica que domina un periodo y que establece las reglas de metodología para la investigación. Y lo que defiende Kuhn es que el paradigma se establece por convención más producto de factores como la moda, la psicología y las tendencias sociales no conmensurables, que por patrones científicos. De repente la dinámica conceptual del universo cambia, ayudada claro, por un estancamiento del paradigma precendente. Pero el nuevo paradigma se adentra de nuevo en el misterio ya que investiga una concepción nueva del universo que solo se atisba como hipótesis que cae bien. Y el nuevo paradigma es inconmensurable con el anterior. El universo pasa a estar compuesto por otras cositas (por cierto, si no recuerdo mal, Kuhn hace una broma diciendo que los científicos que se aferran al paradigma anterior acaban recluidos en un oscuro despacho de filosofía).
Así que de buenas a primeras, un científico, normalmente de última generación, ante un estancamiento de la ciencia, expone una idea revolucionaria que lo cambia todo. Pero que es una pura suposición seductora, porque en realidad no se ha demostrado nada de nada. Es a partir de la "ocurrencia" que empieza la investigación en esa dirección. Lo cual no puede ser menos ilustrado, porque es ni más ni menos que resucitar el misterio e investigarle. O sea, que volviendo a Wittgenstein, lo de describir al lenguaje como juego, en Kuhn es notorio respecto al lenguaje científico. ¿Qué hacen, según Kuhn, sino jugar? Juegan, eso sí, a buscar el logos de Heráclito, y parece que lo hacen bien, porque es una guerra de paradigmas, esa guerra que lo era todo para Heráclito. Y si lo hacen por las tendencias de la nueva moda cosmovisionaria, pues sí que van con la corriente.
Que si la filosofía sigue o no la corriente... bueno, quizás primero debería tratar de localizarla y definirla, cosa harto complicada. Para saber que ahora se lleva el reggaetón no hace falta ser filósofo. Pero por qué se lleva, eso sí es un misterio. Dice mi pareja que es la venganza de Moztezuma
Y por ahora creo que ya he jugado más que de sobra.
Un saludo.