Estimados compañeros:
Me animo a escribir estas letras a vuelapluma con la sana intención de contribuir mínimamente a este santo foro sin el cual los estudiantes recién llegados a la Uned nos habríamos podido tirar por algún puente en cualquier momento.
Ojalá de esta manera contribuya, además, a homenajear a alguno de los foreros mayores ( Conrado ya tiene nombre de pack), sin cuyas sabias intervenciones, su entregada participación, sus exámenes y trabajos ( única orientación al comenzar), mi primer año hubiera sido aún más horrendo de lo que ha sido.
Sin más dilación, querido compañero que acabas de llegar, te diré que lo que se dice por ahí es cierto: coger todas las asignaturas es no ya un desacierto: es un suicidio. Por supuesto, lo digo desde la única perspectiva de la que puedo hablar: la mía. Levantarse a las 5.30 am y acostarse a las 23.45 como pronto, dos horas y media de coche cada día entre el trabajo, la universidad ( Giner de los Ríos, y ahora parece que Lavapiés, lo que empeora mi calidad de todo considerablemente, no quiero ni pensarlo) y mi casa, que no he pisado despierta más que los fines de semana…Ha sido, la verdad, bastante complicado.
Es cierto que tres décadas sin estudiar me pesan. Mi edad ( no llego a los cincuenta, pero me rondan), que hace que empiece a leer con gafas todo y muchos manuales y libros y fotocopias y etc sean formatos con letras muy enanitas…La insensatez de coger todas las asignaturas de primero, con el tiempo de estrés que supuso darse cuenta del error y no pelear contra el mundo y asumir que había que dejar para septiembre medio curso cada cuatrimestre…Todo eso no ayuda. No.
Pero si estás en una situación similar, de verdad, hazme caso. O eres Conrado, o el primer año te vas a separar, vas a perder hasta a tu mascota, que se irá con el vecino, y llegarás a junio como si te hubiera pasado un camión por encima, frustrado, desconectado y odiando asignaturas que, de otra manera, te habrían ( ¿ quién sabe?) enamorado.
A este mucho trabajo añado que hay muchos manuales que descifrar. Los profesores que he leído hasta la fecha, hacen los libros de texto de tal manera que no son ni libros ni manuales. Se convierten en molinos indescifrables, al menos hasta junio, cuando los cierras y, con suerte, hay un atisbo de brillo en el fondo de tu sistema neuronal, algo que te da un poco de esperanza. Me ha pasado con Teoría de la literatura, que me parece la asignatura más mortalmente aburrida de la historia de las materias aburridas…pese a los esfuerzos de la tutora, la pobre….Sin embargo, en el último segundo y antes de hacer el peor examen de mi vida tras el de Ética del primer cuatrimestre, me pareció entrever algo de luz al final del túnel sabatiano. Quizá con el tiempo pueda estructurar mi cabeza de manera que todos estos nombres y corrientes e intenciones tan demoledoramente innecesarios en el manual, cobren vida en los textos ( si llegas a poder encontrar tiempo para leer algo más allá) y veas que sí, que tiene sentido, que solo hay que leer los originales….Más didácticos, más comprensibles, más entretenidos, ya te digo…
Mención aparte merecen mis tutores. Son unos santos. En serio. Entregados, atentos. Ir a clase ha sido lo único que me ha reconciliado con la decisión de estudiar y tras el tormento en el que he convertido mi vida este año, poder decir que he llegado viva ha sido, en parte, por su trabajo. Ellos y no los catedráticos, por muy majos que me parezcan algunos, que me lo parecen, han sido mis héroes. Debiera dar nombres, pero para qué. He tenido mucha suerte: valientes que defienden las asignaturas como si les fuera la vida en ello. Y a sus alumnos. Cuando he sabido de sus cuitas económicas, profesionales etc, los he admirado más aún. A ellos, a unos cuantos compañeros adorables, a otros cuantos de este foro que no me conocen y no saben que me han ayudado; por supuesto, a quienes mantienen el foro...A todos, mi más sincero agradecimiento.
No creo que pueda contribuir mucho más allá. Estoy arruinada, frustrada, cansada. Y feliz. Feliz de haber sobrevivido, de enfrentarme a septiembre picada conmigo misma. De haber escuchado a los tutores y compañeros que aseguraban que el primer año es muy duro, pero que se supera. Que el lenguaje hermético, indescifrable, del comienzo, empieza a formar parte de tu vocabulario casi sin que te des cuenta. Es verdad. Y es cuando te alegras y enorgulleces de no haber tirado la toalla. Tú también lo estarás, seguro. Orgulloso, quizá, de haber descubierto textos de Foucault o Gadamer que te puedan conmover como a mi me han conmovido. De pensar que aún nos queda un universo por delante. Por lo que a mi respecta, hasta empiezo a tener fe en que algún día entenderé conceptos con los que sigo peleando: epistemología, inmanente. Cualquier palabra de cualquier libro de la Oñate, tan amena, sin embargo, en cualquier charla.
Perdonad si estoy enviando este mensaje a un apartado inadecuado. Y si hay deslices gramaticales u ortográficos que se hayan colado.
Gracias.
Suerte en los exámenes.