Nolano escribió:
¿Quiere eso decir que es igual un régimen democrático occidental al uso que una dictadura? La diferencia estriba en el margen de amplitud para el discurso que ofrece una democracia occidental frente a, por ejemplo, un régimen fundamentalista islámico o estalinista. Las mayores posibilidades que ofrece al diálogo (procedimientos, trámites de audiencia, sistema de recursos judiciales y administrativos, acceso a los medios de comunicación y difusión de información y opinión, etc.) Pero eso no debe hacernos olvidar, desde el punto de vista de la Filosofía Política, que siempre hay una última palabra dispuesta a imponerse
Coincido. Aunque no veo mayor problema a una última palabra impuesta, si se ha seguido un procedimiento lo mas garantista posible, en algún momento se debe acabar con una disputa aunque no sea por consenso.
Nolano escribió:
Pero luego da un giro y deriva hacia una clarísima falacia ad misericordiam. Ese tipo de dramas personales no ayuda mucho a esclarecer todos estos asuntos. De hecho ese relato no deja de ser una versión más de un mito como el del rico Epulón y el pobre Lázaro. El mito que aparece de nuevo imponiéndose al logos.
Me centro primero en
El mito que aparece de nuevo imponiéndose al logos. No es mi intención fundamentar mis conclusiones en la sola mención del caso particular que relato. Coincido con Nolano (según he creído entender por el sentido de sus comentarios y los post de su autoría) que en filosofía, el conocimiento debe estar fundamentado sobre una estructura formal lógica, demostrativa y de géneros, a la que los casos particulares solo deben aparecer como ejemplos. Y este es el caso, un ejemplo. Es conocido en psicología cognitiva que el cerebro esta mas preparado para captar conocimientos mediante ejemplos (neuronas espejo..etc) que mediante un razonamiento lógico formal, y esa era mi intención, una transmisión rápida e intuitiva de un concepto, no una fundamentación lógico argumental en regla ( que más adelante si pasare a realizar)
Ahora bien, quiero antes romper unas cuantas lanzas a favor del
ad misericordiam, término que alabo a Nolano, me ha gustado. No soy el primero en defender la importancia del
ad misericordiam en el conocimiento, muchos otros más versados que yo lo han hecho en el pasado. Y entiendo
ad misericordiam en el sentido de acudir a las emociones para comunicar conceptos e ideas y recabar del receptor una respuesta. No podemos abjurar de las emociones como medio de comunicación por haber sido usado y seguir siéndolo por charlatanes sin escrúpulos para sacar a relucir el lado oscuro de muchos humanos. Este mismo medio posee también una gran virtud para lograr que aflore lo que de bueno, todo humano, también lleva dentro. Tanto la lógica como la oratoria podrían ser acusadas de lo mismo, y ni tan siquiera nos planteamos renegar de ellas por tal hecho. El ser humano desarrollo las emociones como una potente arma de cohesión social, es el fundamento del animal social que somos, y está en la base de nuestro desarrollo y evolución como especie viva inteligente. A la vez que es un sistema unificado de procesamiento de información y respuesta, refinado por la evolución, para comportamientos rápidos e intensos a situaciones relevantes para el organismo. No pueden sus malos usos invalidar totalmente un sistema que nos aporta buena parte de nuestra base como sociedad humana y que como sistema de comunicación de conocimientos es mucho más intuitivo y eficaz, aunque adolezca de imprecisión.
Pablo Neruda escribió: “No te pareces a nadie, desde que te amo”
Haría falta un profundo tratado de unos cientos de página sobre psicología de la personalidad para definir científicamente la idea que Neruda nos transmite de una forma tan directa y sencilla. La lógica le habla a nuestra razón, la poesía directamente a nuestra alma. Por ello podemos llenar bibliotecas enteras con libros sobre lógica y razón y apenas unos estantes con buena poesía.
Y todo ello siendo consciente de que un conocimiento que pretenda ser certero debe ser preciso, y por tanto debe basarse en una estructura lógica formal estricta, demostrativa y de género. Pero sin olvidar tampoco, como amantes de la sabiduría que nos declaramos, que al final quien nos susurrara al oído que hacer con el conocimiento alcanzado, serán seguramente nuestras emociones, es por ello que no podemos desdeñar el hablarles a ellas directamente, sin la razón como intermediaria.
Nolano escribió:
En todo caso, la conclusión de Kraton es muy discutible, en mi opinión: "todos los humanos tenemos y MERECEMOS los mismos derechos a tener una vida digna". Hablar de "derechos" sin hablar de "deberes" u "obligaciones" es no decir absolutamente nada. Un derecho es un haz de facultades que obliga a otro u otros a dar, hacer o no hacer algo en beneficio del titular del derecho. Si no hay obligado, no hay derecho.
Y más aún si hablamos de derechos naturales, como éstos que propone Kraton, que se tienen y se merecen porque sí, sin tener uno que ganárselos
Exactamente, derechos sin tener uno que ganárselos. La fuerza del ser humano se basa en sus sociedades, no en la inteligencia individual, sino en la acumulación de conocimientos por sus individuos y la transmisión intergeneracional. Esos conocimientos acumulados necesitan el soporte de toda una sociedad, que cuanto más cohesionada este, funcionara mejor.
“Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada”
Palabras para Julia. José Agustín Goytisolo
Por tanto un valor básico y primario del animal social humano es proteger adecuadamente a todos sus miembros de una forma incondicional e igualitaria, pues si creamos deberes para acceder a dichos derechos, donde pondremos el limite ¿según el lugar o la familia de nacimiento?¿Los menos inteligentes no tienen derecho a la sanidad?¿Esterilizamos a los gitanos que no hacen “na bueno”?...... Y eso no quita que se premie la diligencia, el buen hacer, el trabajo bien realizado, que se reconozcan los meritos y esfuerzos personales, pero dicha recompensa nunca debe ser a costa de que otro humano pase miserias, una distinción así debería asquearnos. Ahora bien, existen límites para dicha protección, y están marcados por los recursos disponibles de cada sociedad, si en el siglo XV no se había desarrollado la penicilina, evidentemente no podía ser un derecho básico del individuo. Los derechos básicos de cada persona, deben de ser los máximos que una sociedad se pueda permitir por sus recursos. Hoy en día si existen recursos suficientes para garantizar el derecho básico de acceso a la penicilina para todos los humanos. El porqué no se hace no es una cuestión de meritos, de “obligaciones”, de “deberes”…es más bien para que los cien hombres más ricos del mundo obtuvieran en 2012, en plena crisis mundial, 250.000 millones de dólares de beneficio, limpio, descontadas ya las inversiones necesarias para mantener sus negocios en marcha, suficiente para acabar cuatro veces con la pobreza extrema en el mundo…eso en un solo año. No es admisible bajo ningún concepto que tengan que morir millones de humanos por no poder acceder a unos recursos que la humanidad tiene, pero que permanecen acaparados en cuentas bancarias por cien humanos, mucho más de los que ellos nunca necesitaran ni podrán disfrutar, solo por ambición. Para que el jeque de turno pueda tener un inodoro de oro, mi iraquí vio morir a su hija y solo pudo darle como mortaja una caja de cartón. Ya sé que no es metafísica profunda, pero para mí esa imagen tuvo más fuerza y convicción, me resulto mas clarificadora que multitud de tratados sobre ética que he leído. El dolor, la miseria, la injusticia y la tremenda dignidad del padre me explicaron mas sobre el bien y el mal, de lo que he conseguido aprender con mi torpe lectura filosófica. Y que conste que por mi “yo y mis circunstancias” me gusta más un libro que a un tonto unas “bolaeras”.
Nolano escribió:
No tenemos datos para saberlo, pero a lo mejor la vida digna del padre exige un sector farmacéutico en régimen de oligopolio
Lo siento Nolano, pero no me creo el rollo que nos cuentan las farmacéuticas de que sus inmorales beneficios son por nuestro bien, para financiar los experimentos, pues la experimentación de base, la realmente importante, se desarrolla con dinero público, pues son procesos científicos que necesitan décadas para obtener resultados, las farmacéuticas solo aparecen en las aplicaciones prácticas de dichos descubrimientos…curiosamente cuando dichas investigaciones, generalmente públicas, son factibles de empezar a producir beneficios económicos, entonces es cuando la inversión privada se interesa por nuestra salud, y ya vemos también con que diligencia, son continuos los casos de retirada de medicamentos perjudiciales que se comercializaron a sabiendas de sus efectos perniciosos. La formación de un investigador científico nos cuesta de media a los españoles 300.000 euros, luego otros cientos de miles de euros que desarrollen investigaciones durante décadas, y cuando se consigue un resultado que se puede comercializar, de pronto ese investigador que nos ha costando tanto dinero público es contratado por las farmacéuticas con el beneplácito de los políticos, y son explotadas las patentes por las mismas.