Agripa escribió:
Pues resulta que no me parecen tan buenos esos profesores, en concreto San Martín, que te "obliga" a comprar sus libros, en algunos de los cuales propaga una idea bastante distorsionada de las posturas de otros autores, bien porque no los ha entendido, o porque le interesa hacerlo.
Para empezar, no estás obligado a comprarte ningún libro, ni siquiera a estudiar el Grado en Filosofía. Puedes consultar todos los libros del profesor San Martín en bibliotecas.
No te gusta San Martín porque se muestra crítico con G. Bueno. Y no hay más, Agripa. Y este es un problema muy grave que padece hoy la filosofía: lejos de tolerar el "diálogo entre las diversas interpretaciones" y agradecer a quienes nos critican porque nos ayudan a mejorar, lo que se hace es "denigrar" a quien nos efectúa una crítica, por consturctiva que sea, a base de falacias
ad hominem o dialécticas más agresivas. Pues menos mal que la filosofía fomenta el espíritu crítico. Pero eso sí, crítico con los demás, claro, "pero conmigo no". Así no me extraña que la filosofía parezca un cadáver andante.
Por lo demás, me parece que cada uno habla en este hilo según le haya sonado la flauta sin intentar siquiera argumentar de manera mínimamente objetiva su postura. Es decir, que como dijo nuestra compañera
Palmira, hasta el momento no se ha dicho demasiado. Este es un hilo de esos en plan "así me ha ido, así de buno o de malo es el profesor". Muy típico, por cierto, de adolescentes de secundaria.
En mi opinión, tal vez una opinión muy subjetiva también -pero yo no lo oculto-, San Martín es de los mejores profesores y catedráticos que tiene el departamento de filosofía de la UNED. Para empezar, hace algo de lo que no todos pueden hacer gala:
atender al foro a diario y responder a todas las preguntas de los alumnos. Aunque en general creo que se atiende bien a los alumnos de filosofía de la UNED, todos sabemos que hay profesores que prácticamente no asoman la nariz por los foros oficiales. Este hecho atiende a eso que ya decía Rousseau de que las personas, a título individual, no somos iguales; no todos tenemos las mismas virtudes y capacidades (Marta Nussbaum), si bien algunas de ellas parece que son transculturales, universales.
Con respecto a lo de los libros, en la UNED, sobretodo en carreras de cc. sociales y humanidades, te tienes que aprender lo que dicen uno o varios libros
en concreto y responder al examen del o los epígrafes de que se te pregunta, aunque sea con tus propias palabras, claro (es lo deseable). Pero no siempre resulta igual de fácil recurrir a otros manuales en caso de que el alumno prefiera contrastar con otras fuentes (yo lo hago siempre o casi siempre). Por ejemplo, en Historia de la Filosofía y Teoría del conocimiento resulta bastante fácil mirar en otros libros. En Historiua de la Ciencia también se puede hacer parcialmente (cuidado porque el libro de Solís y Sellés es el más completo en lengua castellana; otros libros se dejarán partes del temario objeto de ser preguntas de examen). Pero en Antropología filosófica no es tan posible (lo es, pero menos) mirar en otros libros porque el temario no es tan "cerrado" como el de otras asignaturas. Me explico.
Creo que es injusto decir o dar a entender algo así como que "el profesor San Martín tiene pensada la asignatura para que te compres sus libros" por más que estos sean la bibliografía básica. Como sabéis, la antropología filosófica no tiene su campo de estudio tan bien delimitado como la historia de la filosofía antigua, por ejemplo (esto es lo primero que se estudia en los primeros temas de la asignatura). Por tanto, es bastante comprensible que, teniendo en cuenta los muchísimos enfoques que hay en antropología filósofica, cada profesor defienda el suyo y ponga sus libros para estudiarlo, pues es en esos libros
en concreto donde se encuentra desarrollado el temario de "su" antropolgía filósofica. Si vais a una biblioteca y sacáis dos o más libros distintos con el título
Antropología filosófica, veréis que el temario de ninguno de ellos coincide en más del 20% -aproximadamente- con el de los otros. Lo digo con conocimiento de causa, pues tengo en casa más de 4 libros que llevan por título Antropología filosófica y cada uno de ellos presenta unos contenidos diferentes. Véase, por ejemplo, el libro
Antroipología filosófica de la Universidad de Deusto. A través del enlace podéis ver el sumario del libro y un interesante vídeo de presentación que dura menos de dos minutos. Pues bien, con ese libro no se puede preparar la asignatura de Antropología filosófica de la UNED. El motivo es sencillo: el enfoque no es el mismo y, por tanto, el contenido tampoco. De hecho, si veis el vídeo de presentación del libro de Desuto, escuhcaréis que "el estatuto espistemológico de la antropología filósofica no se encuentra dodavía suficientemente bien definido" (es de memoria). No se trata, por tanto, de un problema de ninguna antropología filosófica en concreto, sino de la disciplina en sí misma. Ése y no otro es el motivo por el cual hay que estudiar con el libro del profesor en la antropología filosófica que sea, la del profesor San Martín o la de quien sea.
Yo no tengo ningún reparo en que cada profesor ponga sus libros como bibliografía básica. Si se trata de manuales adecuados para cumplir con lo que marcan los planes de estudios, no veo inconveniente. Es lo que haríamos todos, no nos equivoquemos. A fin de cuentas, con algún libro se ha de estudiar, y más en una universidad a distancia. Parece lógico, pues, que cada profesor ponga los suyos, sobre todo si se trata de una materia como la Antropología filosófica, donde hay una gran diversidad de enfoques y, por tanto, donde parece plausible que el enfoque en concrerto que el profesor quiera libremente darle a su materia se encuentre en sus libros. Otra cosa sería que el profesor no dispusiese de publicaciones adecuadas sobre la materia objeto de estudio. Pero no es el caso: el profesor San Martín lleva toda su vida publicando sobre la materia objeto de estudio. Tiene en el mercado otros libros en las editoriales Antrophos, Biblioteca Nueva y Síntesis donde también se encuentra desarrollado el contenido del programa de la asignatura. Pero, para mayor comodida del alumno, con fechas recientes ha publicado dos volúmenes donde se encuentra el temario perfectamente desarrollado. Como sabéis, no todas las asignaturas disponen de un manual asociado.
Si el enfoque en concreto del profesor San Martín es el de la fenomenología de Husserl y de Ortega -que puede gustar más o menos, pero creo que eso es irrelevante-, pues lo lógico es que sean sus libros la materia básica de estudio. Pero entonces, más que criticar que el profesor tenga este o aquel autor como referencia, lo que importa es si esos manuales o libros están bien redactados y se ajustan al plan de estudios y al nivel que se le debe exigir a un alumno de 2º de Grado. No se trata, pues, en mi opinión, de echarle en cara al profesor si éste es tomista, positivista o husserliano. En todo caso podemos "valorar" si los libros son adecuados (con mucha cautela), pues el profesor es muy libre de cojear del o los autores que quiera.
A mí particularmente los enfoques que me gustan son los cientifistas, justo el enfoque que el profesor critica en sus libros. Ahora bien, no por eso voy a espetarle a nadie el por qué de su diferente interpretación. Más bien miraré si sus afirmaciones se encuentran bien fundamentadas.
Y en otro orden de cosas, creo que a veces "tendemos" a intentar criticar lo que no conocemos. Es decir, que ya antes de haber empezado siquiera a leer el manual del profesor, ya estamos sacándoles "peros". Pero vamos a ver, se supone que uno tiene que estudiarse la materia y demostrar que la ha comprendido. Y después de eso ya podrá empezar a discrepar en lo que quiera, pero no sin antes haberse hecho cargo del asunto, ¿no?. Pues no, parece ser que no.
Es mi opinión, que en algunos aspectos es muy subjetiva pero que, creo, intenta ser objetiva hasta donde mis pasiones me lo permiten.