No os dejéis engañar por el bueno de Alekhine… tras su avatar se esconde un Licenciado en Historia y graduado en Historia de Arte…
Alekhine: no seas inmodesto porque seguramente conoces el Barroco mucho mejor que yo.
En mi psot anterior, decía que pienso (creo que con Yayo Aznar) que todo es político por acción o por omisión. A grandes rasgos, con esto pretendo decir que SI NO HAY acción política (plantar “El David” en la Plaza de la Signoria) SÍ HAY acción política, porque se opta por el silencio y la connivencia con lo establecido. Porque la política tiene que ver, creo, con mantener las relaciones que tenemos o pretender modificarlas.
En cualquier caso, no quiero que pienses que me pretendo escapar de tu trampa de los bodegones… aunque estoy seguro de que ya sabes lo que pienso.
El bodegón empieza con Caravaggio unos pocos años antes del trabajo de Sánchez Cotán que presentas. Caravaggio afirmaba a finales del siglo XVI para escándalo de sus coetáneos que le dedicaba el mismo tiempo (importancia) a “un cuadro de flores que uno de figuras”… eso es uno de los hechos políticos más impresionantes de la historia del arte. Porque esa acción, intencionada, y su defensa como acción en sí, está justificando
l'art pour l'art más de 250 años antes de que alguien acuñe la expresión. Defiende la existencia del artista y su libertad, su estatuto profesional, su alejamiento del artesano y sí… esta es una de las libertades que defendieron mucho después todas las revoluciones burguesas… y ¡ojo! Desde ahí Gautier defenderá la independencia del arte de la moralidad.
El bodegón, como sabes amigo, es el principio del arte burgués y no es casual que tuviera un éxito enorme en Países Bajos en el siglo XVII. El ensayo de Victoria Soto, que has leído hace poco porque es parte de la bibliografía de “Arte y Realidad en el Barroco”, relaciona el éxito del bodegón con la revolución agrícola.
Por cierto, hay un montón de interpretaciones sobre la iconografía y el misticismo de los bodegones de Sánchez Cotán, si estás interesado en el asunto seguro que es fácil encontrar bibliografía, aunque yo creo que son muy forzadas. No creo que los bodegones fueran simples ejercicios de pericia técnica ni sudokus para iniciados en iconografía.
Cualquier pintor del siglo XVI o XVII conocía las anécdotas que narraba Plinio el Viejo y cómo Zeuxis pintó unas uvas que engañaron a los pájaros que las picoteaban… Equipararse a una figura mítica, a un pintor con estatus divino, es una acción política de un gremio oprimido de artesanos que muy raramente tenía el status que pensamos hoy que tenía.
Mi pregunta a Danto (por volver a la asignatura) no es qué diferencia la
Brillo Box de Warhol de la que hay en el supermercado de su barrio… mi pregunta es qué diferencia la
Brillo Box del racimo de uvas de Zeuxis o del amor que siente Frenhofer por su pintada Catherine Lescault, capaz de rivalizar con la belleza de la joven Gilette en
La obra maestra desconocida de Balzac.
Tu bodegón de Sánchez Cotán demuestra que el trampantojo de Warhol no es un hecho aislado, encapsulado, en la historia del arte. Responde a una larguísima tradición que al menos nos lleva a Zeuxis. Tu bodegón nos demuestra que Warhol no aporta absolutamente nada diferente a su exposición comercial… y que la comparación con Duchamp es sonrojante para él, para Danto o para el que lo compare…
buen día a todos