Además, si metes unas ideas de la Teoría Estética de Adorno, y te sabes algo del Homo Sacer de Agamben, lo bordas. Le gusta a Yayo mucho Foucault y su arqueología del poder, la teoría del yo de Lacan, la visión de la otredad en Ranciére y la anestesia-sinestesia de SBM, también le mola Benjamin. Del rollo de la Polanco se puede prescindir. La clave es la filosofía del sufrimiento de Adorno, la concepción foucaultiana del poder de implicación agónica recíproca entre poder y libertad, y el mito del otro, o sea, que la historia la hacen los otros, gays, mujeres, inmigrantes, judíos, comunistas...Obviamente Yayo no es pepera, jjjji.