Estilpon dijo:
o ahora el día de los bollos, hala a celebrarlo como el descubrimiento de América, que es muy importante tener autoconciencia de la salida del armario, y eso a decirlo en público, que se oiga; en cambio, el que sea creyente, en público ni una palabra, dentro de la Iglesia y ésta cerrada, o sea, la orientación sexual hay que pregonarla y a presumir de ser mariquita, por contra las creencias religiosas a interiorizarlas como Lutero. (...) Mi crítica va dirigida a que me parece fatal que hoy se vea bien decir, soy homosexual, y en cambio se vea mal decir, soy católico.
Aquí no estoy de acuerdo, Estilpon. Sigue sin estar bien visto (por lo menos en muchas partes) el ser o no marica. Otra cosa es que se ya no te puedan meter a la cárcel por serlo, pero desde luego no está normalizado. El simple hecho de tener que debatir ésto lo demuestra.
En cuanto al día del Orgullo, personalmente no es que me agrade demasiado, aunque tampoco estoy en contra. Entiendo que lo que en su día sí fue una reivindicación de "maricas y bolleras", por que eran maricas y bolleras, marginadas y apartadas, se ha convertido en un escaparate de cuerpos, fiesta etc. donde las maricas y bolleras se han quedado atrás, o han sido empujadas por gays y lesbianas. El pink power. Porque como en todo, poderoso señor es don dinero, y no es lo mismo ser un marica que trabaja en un McDonald's, que un estilista privado etc, etc, etc. Hay clases. (Y ojo, no quiero decir ni que en el día del Orgullo no haya reivindicaciones, ni que lo arriba dicho sea tajante y aplicable al 100%, pero es innegable que hay una especie de lobby muy elitista).
Pero, como decía, no está bien visto. Hay mucho tabú cultural, que se va rompiendo poco a poco, pero que existe. Y aquí sí se de lo que hablo, por experiencia propia. Como leía una vez "el homosexual está integrado. La homosexualidad, no". Pasa lo mismo con racismos y demás. Seguramente todos conocemos gente racista que sin embargo tiene amigos de otras "razas". Creo que ésto se da porque cuando se conoce al individuo se abandonan ciertos estatus adscritos que causan prejuicios.
Y la misma cultura que provoca lo arriba descrito, es la que nos hace católicos. No hace falta decir que somos católicos. La mayoría lo somos, aunque no practicantes. Yo me considero agnóstico, pero he crecido, como la mayoría en un ambiente más o menos católico-apostólico-romano, que, quieras que no, condiciona.
También dijo:
A mí me parece que se ha de permitir todo lo que no haga daño a nadie, espectáculos con animales, desfiles de maricas y bolleras, procesiones de santos, y lo que sea no lesivo, pero no unas cosas sí y otras no
Aquí estamos de acuerdo. Pero tendremos que tener en cuenta si los animales son "alguien". ¿Y con el derecho a decidir? Porque yo soy euskaldun, y así me considero. Me gustaría hacer un referendum como el que hicimos en Escocia, pero no me dejan. ¿Dónde enmarcamos ésto? ¿Es o no lesivo para mi como ciudadano de una nación sin estado (o lo que yo considero como tal)?
y:
y a quienes nos gusta el vino, el boxeo o las mujeres que nos den por donde les agrada a otros.
Todo es cuestión de probar... ¿quién sabe?
Para terminar:
Mi crítica va dirigida a que me parece fatal que hoy se vea bien decir, soy homosexual, y en cambio se vea mal decir, soy católico. La libertad sexual no puede hacer palidecer a la libertad de credo, y hay que respetar tanto una como otra, no una sí y otra no. Y lo digo desde la objetividad, pues no soy para nada beato.
De acuerdo en parte. Lo que a mi me parece fatal es que haya que ver bien o mal decir tanto una cosa como la otra. O que se pregunte. O que interese en realidad a la gente lo que haces o dejas de hacer en tu cuarto, ya sea rezar a quien sea o tener relaciones con quien sea. Es una dinámica en la que, aunque caigo, intento evitar. Pero lo que tengo claro es que no debería dársele la importancia que se le da.