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TEMA: Deleuzear a Deleuze

Deleuzear a Deleuze 06 Feb 2024 04:28 #81542

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Comenzamos un hilo sobre la obra y la figura de Deleuze.
Si la nada nadea, la hoja no es verde sino hoja que verdea, Deleuze deleuzea. Ya desarrollaré.

Con urgencia. R de resistencia. La filosofía como resistencia a la necedad.
Hoy, cuando se está cometiendo un genocidio en directo, vale la pena recordar esta conversación de Deleuze y el palestino Elias Sanbar sobre la colonización en Palestina.





Los indios de Palestina. Una conversación entre Gilles Deleuze y Elias Sanbar

por Gilles Deleuze y Elias Sanbar / Traducción: Nicolás Slachevsky A.

Publicado originalmente en el diario Libération del 8-9 de mayo de 1982 y recogido el año 2003 en el libro Dos regímenes de locos, el texto que presentamos a continuación es una conversación entre el filósofo francés Gilles Deleuze y el escritor palestino radicado en Francia Elias Sanbar, a propósito de la publicación de la Revista de Estudios Palestinos. Animada por Elias Sanbar, la Revista de Estudios Palestinos fue creada en octubre de 1981 por Ediciones Minuit, dirigida por Jerôme Lindon. Colaborador habitual de la editorial, partidario de la causa palestina y amigo de Elias Sanbar, Gilles Deleuze saludó el nacimiento de la revista en los siguientes términos: “Hace tiempo que esperábamos una revista árabe en lengua francesa, pero más bien de lado de África del Norte. Son los Palestinos sin embargo que la hacen. Tiene dos caracteres evidentemente centrados en los problemas palestinos, pero que conciernen también al conjunto del mundo árabe. Por una parte, en ella se presentan análisis sociopolíticos de gran profundidad, en un tono medido, como de sangre fría. Por otra parte, en ella se moviliza un “corpus” literario, histórico, sociológico, propiamente árabe, muy rico y poco conocido.”

Hoy, a 40 años de su publicación, ofrecemos una nueva traducción de esta conversación por los elementos de comprensión que todavía nos brinda para entender la situación actual.

*
* *

Gilles Deleuze. – Pareciera que algo ha madurado, de lado de los Palestinos. Un nuevo tono, como si hubieran superado el primer estadio de su crisis, como si hubieran alcanzado una región de certidumbre o de serenidad, de “derecho”, que atestiguara de una nueva conciencia. Y que les permitiera hablar de una nueva manera, ni agresiva ni defensiva, sino “de igual a igual” con todo el mundo. ¿Cómo explicas eso siendo que los Palestinos no han alcanzado aún sus objetivos?

Elias Sanbar. – Sentimos esa reacción desde la aparición del primer número. Los lectores entonces se dijeron “vaya, los Palestinos también hacen revistas como esta”, y eso removió en sus cabezas una imagen ya establecida. No olvidemos que, para muchos, la imagen que reivindicamos del combatiente palestino seguía siendo muy abstracta. Me explico. Antes de que impusiéramos la realidad de nuestra presencia, no éramos percibidos más que como refugiados. Cuando nuestro movimiento de resistencia impuso que se contara con nuestra lucha, se nos encerró de nuevo en una imagen reductora.

Multiplicada e aislada hasta el infinito, se trataba de una imagen de puros militaristas, y no se nos percibía más que haciendo eso. Es para salir de ahí que preferimos nuestra imagen de combatientes a la de militares en sentido estricto.

Creo que la extrañeza que provocó la aparición de esta revista viene también del hecho de que algunos se comienzan a decir que los Palestinos existen, y que no sólo sirven para recordar principios abstractos. Si bien esta revista viene de Palestina, se trata de hecho de un terreno en el que se expresan preocupaciones múltiples, un lugar en el que no sólo toman la palabra Palestinos, sino también árabes, europeos, judíos, etc.

Algunos deben sobre todo comenzar a realizar que, si hay un trabajo como este, una tal diversidad de horizontes, significa que probablemente debe haber también, y en otros niveles de Palestina, pintores, escultores, obreros, campesinos, novelistas, banqueros, comediantes, comerciantes, profesores… en fin, una sociedad real, y de la existencia de la cual esta revista da cuenta.

Palestina no solamente es un pueblo sino también una tierra. Es el vínculo entre ese pueblo y esa tierra espoleada, es el lugar en el que actúa una ausencia, y un deseo enorme de retorno. Y ese lugar es único, está hecho de todas las expulsiones que nuestro pueblo vive desde 1948. Cuando uno tiene la mirada en Palestina, la estudia, la escruta, sigue hasta el más pequeño de sus movimientos, nota cada cambio que la toca, completa todas esas imágenes antiguas, en resumen, nunca se la pierde de vista.

Gilles Deleuze. – Muchos artículos de la Revista de Estudios Palestinos recuerdan y analizan de una manera nueva los procedimientos a través de los cuales los Palestinos fueron expulsados de sus territorios. Esto es muy importante, porque los palestinos no están en la situación de colonizados, sino de evacuados, expulsados. En el libro que estás preparando, insistes en la comparación con los Pieles Rojas [cf. Palestina 1948, la expuslion, Paris, Les Livres de la Revue d’Études Palestiniennes, 1983]. Es que hay dos movimientos muy diferentes en el capitalismo. O bien se trata de mantener a un pueblo en su territorio, y de hacerlo trabajar, explotarlo, para acumular más excedente: es lo que se llama corrientemente una colonia. O bien, por el contrario, se trata de vaciar un territorio de su pueblo, para dar un salto hacia adelante, aunque para ello haya que traer una mano de obra de afuera. La historia del sionismo y la de Israel, como la de Estados Unidos, ha seguido este camino: ¿Cómo crear el vacío, como vaciar un pueblo?

En una entrevista, Yasser Arafat marca los límites de la comparación [Revue d’Études Palestiniennes, n° 2, invierno 1982], y ese límite también forma parte del horizonte de la Revista de Estudios Palestinos: hay un mundo árabe, mientras que los Pieles Rojas no disponían de ninguna base o fuerza fuera del territorio del que se les expulsaba.

Elias Sanbar. – Somos expulsados especiales, porque no fuimos desplazados hacia tierras extranjeras, sino hacia la prolongación de nuestro “hogar”. Fuimos desplazados en tierra árabe, donde no solamente nadie quiere disolvernos, pero donde esa idea misma es una aberración. Ahí pienso en la inmensa hipocresía de ciertas afirmaciones israelíes que le reprochan a otros árabes no habernos “integrado”, lo que en el lenguaje israelí significa “hacer desaparecer” … Súbitamente a nuestros expulsores les preocupa el racismo árabe hacia nosotros. ¿Significa eso que no hemos debido enfrentar contradicciones en ciertos países árabes? Ciertamente no, pero estos enfrentamientos no surgieron del hecho de que éramos árabes; a veces eran inevitables, porque éramos y somos una revolución armada. De la misma manera somos los Pieles Rojas de los colonos judíos en Palestina. A sus ojos nuestro solo y único rol consistía en desaparecer. En ello, es evidente que la historia del establecimiento de Israel es una continuación del proceso que dio nacimiento a los Estados Unidos de América.

Este es probablemente uno de los elementos esenciales para entender la solidaridad recíproca entre ambos. También es uno de los motivos por los que, durante el periodo del Mandato, no fuimos sujetos a una colonización habitual “clásica”, la cohabitación de colonos y colonizados. [Bajo dominio militar británico hasta 1921, Palestina fue enseguida puesta bajo mandato de Gran Bretaña la SDN (Sociedad de las Naciones). El gobierno civil comenzó en 1923 y duró hasta el 15 de mayo de 1948, cuando los británicos abandonaron el país y se proclamó el Estado de Israel]. Los franceses, los ingleses, etc., aspiraban a instalar espacios en los cuales la presencia de los autóctonos era la condición de existencia de esos espacios. Era necesario, para que una dominación se ejerciera, que los dominados estuvieran ahí. Eso creaba, lo queramos o no, espacios comunes, es decir redes, sectores, niveles de la vida social en los que ocurría precisamente ese “encuentro” entre los colonos y los colonizados. Que fueran intolerables, aplastantes, explotadores, dominadores, no cambiaba en nada el hecho de que el “extranjero”, para dominar al “local”, tenía que comenzar por estar “en contacto” con él.

El sionismo, por el contrario, parte de la necesidad de nuestra ausencia. Más aún, hace de la especificidad de sus miembros (la pertenencia a comunidades judías) la piedra angular de nuestro rechazo, de nuestro “traslado” y de la substitución que tan bien describió Ilan Halevi [Ilan Halevi, Cuestión judía, la tribu, la ley, el espacio, París, Éditions de Minuit, 1981]. Y es así como nacieron para nosotros, a la siga de los “colonos extranjeros”, aquellos que creo que deberíamos llamar “los colonos desconocidos”. Aquellos cuyo único proceder se reducía a hacer de sus características propias la base del rechazo total del Otro.

De hecho, pienso que, en 1948, nuestro país no solamente fue ocupado, sino que de alguna manera “desapareció”. Es, sin duda, así como los colonos judíos, devenidos en ese momento “los israelíes”, deben haber vivido la cosa.

El movimiento sionista movilizó a la comunidad judía en Palestina, no en torno a la idea de que los palestinos un día partirían, sino sobre la idea de que el país estaba “vacío”. Hubo, por supuesto, algunos que llegados al lugar constataron lo contrario y lo escribieron. Pero el grueso de esta comunidad funcionaba, con respecto a gente con la que se codeaba todos los días, como si estos no estuvieran ahí. Y esta ceguera no era física, nadie se dejaba engañar a ese nivel, pero todo el mundo sabía que aquel pueblo hoy presente estaba “en instancia de desaparición”; todo el mundo se daba cuenta también de que, para que esa desaparición funcionara, había que hacer desde un inicio como si ya hubiera ocurrido, es decir, “no viendo” nunca la existencia del otro, sin embargo ultra presente. Para funcionar, el vacío en el territorio debía partir por una evacuación del “otro” de la propia cabeza de los colonos.

Para lograrlo, el movimiento sionista jugó a fondo sobre una visión racista que hacía del judaísmo la base misma de la expulsión, del rechazo del otro. Fue ayudado de manera decisiva por la persecución de los europeos, que, llevada a cabo por otros racistas, le permitía encontrar una confirmación a su propio esquema.

Pensamos de hecho que el sionismo aprisionó a los judíos, los tiene cautivos de esa visión que vengo de describir. Digo a conciencia que los tiene cautivos y no que los tuvo en un momento dado. Lo digo porque, una vez que el holocausto pasó, el esquema cambió, se transformó en un pseudo “principio eterno” qui quiere que los judíos sean en todo lugar y en todo tiempo “el Otro” de las sociedades donde viven.

Pero no hay ningún pueblo, ninguna comunidad –y afortunadamente para ellos– que pueda pretender ocupar inmutablemente esta posición del “Otro” rechazado y maldito.

Hoy, el Otro en el Próximo Oriente, es el árabe, es el palestino. Y, colmo de la hipocresía y del cinismo, es a este Otro, cuya desaparición figura siempre en el orden del día, que las potencias occidentales le piden garantías. Somos nosotros, sin embargo, los que necesitamos ser garantizados contra la locura de los jefes militares israelíes.

A pesar de ello la OLP, nuestra sola y única representante, ha presentado su solución al conflicto, el Estado democrático en Palestina, un Estado donde serán destruidos los muros existentes entre todos sus habitantes, cualquiera que ellos sean.

Gilles Deleuze. – La Revista de Estudios Palestinos tiene su manifiesto, que consta en las dos primeras páginas del nº1: somos “un pueblo como los otros”. Se trata de un grito cuyo sentido es múltiple. En primer lugar, es un recuerdo, o un llamado.

A los Palestinos se les reprocha sin cesar el no querer reconocer a Israel. Miren, dicen los israelíes, quieren destruirnos. Pero hacen más de 50 años que los Palestinos luchan ellos mismos por ser reconocidos.

En segundo lugar, es una oposición. Porque el manifiesto de Israel es, más bien, “no somos un pueblo como los otros, por nuestra trascendencia y la enormidad de nuestras persecuciones”. De ahí la importancia, en el nº2 de la Revista, de dos textos de escritores israelíes sobre el holocausto, sobre las reacciones sionistas al holocausto, y sobre la significación que ha tomado el acontecimiento en Israel, respecto a los Palestinos y al mundo árabe, que no se vieron implicados. Exigiendo “ser tratado como un pueblo fuera de la norma”, el Estado de Israel se mantiene en una situación de dependencia económica y financiera respecto de Occidente tanto más fuerte, tal que ningún Estado ha conocido nada parecido (Boaz Evron, “Las interpretaciones del ‘Holocausto’: un peligro para el pueblo judío”, Revue d’Études Palestiniennes, nº2, invierno 1982). Es por ello que los palestinos tienden tanto a la reivindicación opuesta: devenir lo que son, es decir un pueblo completamente “normal”.

Contra la historia apocalíptica, hay un sentido de la historia que hace uno con lo posible, la multiplicidad de lo posible, la profusión de los posibles a cada momento. ¿No es eso lo que la Revista quiere mostrar, incluso y sobre todo en las circunstancias actuales?

Elias Sanbar. – Absolutamente. La cuestión de recordar al mundo nuestra existencia está ciertamente llena de sentido, pero es también de una simplicidad extrema. Es una especie de verdad que, una vez que sea plenamente admitida, le hará muy difícil la tarea a aquellos que han previsto la desaparición del pueblo palestino. Porque, finalmente, lo que quiere decir, es que de alguna manera todo pueblo tiene “derecho al derecho”. Es una evidencia, pero de una fuerza tal que representa un poco el punto de partida y el punto de llegada de toda lucha política. Tomemos a los sionistas, ¿qué dicen ellos a este respecto? Nunca los escucharás decir “el pueblo palestino no tiene derecho a nada”, ninguna fuerza puede sostener una posición tal y ellos lo saben bien. Ciertamente los escucharás decir, sin embargo, “no existe el pueblo palestino”.

Es por ello que nuestra afirmación de la existencia del pueblo palestino es, por qué no decirlo, mucho más fuerte de lo que parece a primera vista.
Última Edición: 06 Feb 2024 04:36 por Black Mask.
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Deleuzear a Deleuze 07 Feb 2024 00:03 #81566

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Quería comentar el vídeo, pero me he quedado sin tiempo. Como tributo dejo una pequeña cita de sus Conversaciones.

(Entrevista 13 “Sobre la filosofía”).

Los filósofos aportan conceptos nuevos, los exponen, pero no dicen, o no dicen del todo los problemas a los que tales conceptos responden. […]. La historia de la filosofía no debe decir lo que ya dijo un filósofo, sino aquello que está necesariamente sobrentendido en su filosofía, lo que no decía y que, sin embargo, está presente en lo que decía.

(Magazine littéraire n.º 257, Septiembre de 1988, entrevista con Raymond Bellour y François Ewald).
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Deleuzear a Deleuze 07 Feb 2024 06:24 #81567

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Amaneció la mañana fresquita, un buen momento, como cualquier otro para traer los videos de Deleuze sobre Historia de la Filosofía. Excelentes. Filosofers: liberad el color!



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Deleuzear a Deleuze 07 Feb 2024 06:31 #81568

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Traigo sobre Deleuze, esto de otro hilo.
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La Filosofía está hecha, pero a ese constructo (o como queramos llamarlo) se le añaden nuevos conceptos, pero no de una manera vertical o jerárquica, sino desde el momento que estamos viviendo. En cierto momento Deleuze afirma que la filosofía es resistencia y se enorgullece de que su Anti-Edipo, escrito con Guattari, sea hijo del 68. (...) Platón hizo su Filosofía. Ahora nos toca ahora hacer a nosotros la nuestra. Para ello, hemos de matar al padre (imagen edípica), pero no mediante conceptos freudianos o lacanianos, sino con los problemas de ahora, que son muy distintos de los de Platón, Descartes o Kant. Su filosofía es política (...)

Ksetram
Lo complemento. En lugar de metáforas temporales como Hegel, Husserl o Heidegger, Deleuze nos dice que prefiere las metáforas espaciales. En lugar de concatenaciones lógicas como hace la línea, que encadena como la racionalidad, prefiere la irracionalidad que se relaciona con los puntos de fuga, con el modo de trascender y abrir el estado de los conceptos para darles nueva vida. Filosofar es trabajar los conceptos como se trabaja la madera. El concepto es lucha, abre nuevas vías de fuga. No se trata de operar desde la verticalidad o la abstracción del pensamiento que busca esencias, sino desde la vida. "Imagen de Pensamiento" es un sistema de coordenadas, de dinamismos, de orientaciones: lo que significa pensar, “orientarse en el pensamiento”, se refiere a que el pensamiento no se piensa a sí mismo, no lo hace libremente sino desde ciertas condiciones de posibilidad, y eso es justamente lo que ha de mostrar la Historia de la filosofía. La Historia de la filosofía no debe mostrar simplemente los argumentos, sino los presupuestos ocultos en tales argumentos o filosofías, las imágenes que les dan cuerpo**. Quiere mostrar qué hay debajo, detrás, de la manera en que un determinado autor se está orientando en el Pensamiento. Hacer esto ayuda a romper los conceptos dogmáticos y la tradición que los ancla.

** Con esta idea se está refiriendo a Foucault, porque este autor pasa en su trayectoria filosófica por definir de varios modos el Pensamiento (Racionalidad), y termina definiéndolo desde la Subjetividad en su última etapa.

Retoma de Heráclito y Nietzsche la idea de devenir, que asocia a las olas, al mar, a los "pliegues". Las conexiones racionales son para Deleuze orgánicas y propias de la imagen-movimiento y operan mediante encadenamientos (como el cine de antes). El otro polo es lo cristalino, la imagen-tiempo que hace más bien conexiones irracionales. Pues aquí el valor de verdad se ve ya alterado, ya que aparece el devenir en lugar de la concatenación racional y lógica. Al poner la imagen en movimiento, el cine es especialmente apto para analizar estas metáforas de imágenes.

Xna
La propuesta de Deleuze está en la no jerarquía de pensamiento y la representa con el concepto de "rizoma", extraído de la botánica. Rizoma es una imagen de pensamiento que no se subordina a otros.

Ksetram
Lo complemento. Deleuze rechaza la organización jerárquica arborescente en favor de un crecimiento rizomático, menos estructurado. En las plantas el rizoma es una raíz subterránea, que envía brotes hacia arriba y hacia los lados, permitiendo que la planta se propague. En Deleuze el rizoma es una metáfora para referirse a un pensamiento que organiza la multiplicidad y la acoge. En un modo de pensar que no busca un solo camino lineal, sino la apertura a múltiples conexiones y entradas, fugas, posibilidades. Porque el rizoma permite conectar cualquier punto con cualquier otro punto, en lugar de concatenar o encadenar en línea. No tiene un comienzo ni un fin, no es un punto. No es el punto de llegada sino el trayecto mismo. Del mismo modo en que un viaje no es puntual, sino trayecto, camino, importa el viaje y no la llegada. En cambio en el modelo arbóreo, hay un corpus central, un tronco que luego se ramifica. Por el contrario el pensamiento rizomático no es jerárquico, no es lineal, se caracteriza por la heterogeneidad, es una multiplicidad sin unidad, sin comienzo ni fin. Se crea en medio de las cosas, y busca entender sus conexiones, las fronteras en los modos de comprensión, los límites, busca escapar a los modos establecidos, a lo dogmático. No se subordina sino que pone en jaque las jerarquías y se caracteriza como la realidad, por el devenir y se construye en medio del devenir. Pues el filósofo es surfista, surfea la realidad y el devenir. De hecho el Pensamiento no es sólo concepto, sino también es arte, cine, técnica, todo ello conforma inteligibilidades. Se trata de una ontología del acontecimiento en lugar del ser, y la cuestión para él será "Experimentar buscando la alegría pero con lucidez", y con prudencia spinoziana. No busca una lógica en la que A implica B, sino una lógica que añade, que conecta, que suma A y B y C y D: una forma argumentativa basada en el "Y", que añade e integra en una multiplicidad sin un centro fijo, sin verticalidades que agrupan y cierran la idea, sin punto final. Sino como un fluir y un surfear lo real, abriendo allí nuevos modos, brechas, yendo a la frontera que es el límite donde las cosas están conectadas, donde se está entre mundos o modos de ver aparentemente irreconciliables, allí se realizan nuevas conexiones rizomáticas.

www.filosofiauned.es/index.php?option=co...&limitstart=20#81207
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Deleuzear a Deleuze 07 Feb 2024 12:52 #81573

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ksetram escribió:
Traigo sobre Deleuze, esto de otro hilo.
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La Filosofía está hecha, pero a ese constructo (o como queramos llamarlo) se le añaden nuevos conceptos, pero no de una manera vertical o jerárquica, sino desde el momento que estamos viviendo. En cierto momento Deleuze afirma que la filosofía es resistencia y se enorgullece de que su Anti-Edipo, escrito con Guattari, sea hijo del 68. (...) Platón hizo su Filosofía. Ahora nos toca ahora hacer a nosotros la nuestra. Para ello, hemos de matar al padre (imagen edípica), pero no mediante conceptos freudianos o lacanianos, sino con los problemas de ahora, que son muy distintos de los de Platón, Descartes o Kant. Su filosofía es política (...)

Ksetram
Lo complemento. En lugar de metáforas temporales como Hegel, Husserl o Heidegger, Deleuze nos dice que prefiere las metáforas espaciales. En lugar de concatenaciones lógicas como hace la línea, que encadena como la racionalidad, prefiere la irracionalidad que se relaciona con los puntos de fuga, con el modo de trascender y abrir el estado de los conceptos para darles nueva vida. Filosofar es trabajar los conceptos como se trabaja la madera. El concepto es lucha, abre nuevas vías de fuga. No se trata de operar desde la verticalidad o la abstracción del pensamiento que busca esencias, sino desde la vida. "Imagen de Pensamiento" es un sistema de coordenadas, de dinamismos, de orientaciones: lo que significa pensar, “orientarse en el pensamiento”, se refiere a que el pensamiento no se piensa a sí mismo, no lo hace libremente sino desde ciertas condiciones de posibilidad, y eso es justamente lo que ha de mostrar la Historia de la filosofía. La Historia de la filosofía no debe mostrar simplemente los argumentos, sino los presupuestos ocultos en tales argumentos o filosofías, las imágenes que les dan cuerpo**. Quiere mostrar qué hay debajo, detrás, de la manera en que un determinado autor se está orientando en el Pensamiento. Hacer esto ayuda a romper los conceptos dogmáticos y la tradición que los ancla.

** Con esta idea se está refiriendo a Foucault, porque este autor pasa en su trayectoria filosófica por definir de varios modos el Pensamiento (Racionalidad), y termina definiéndolo desde la Subjetividad en su última etapa.

Retoma de Heráclito y Nietzsche la idea de devenir, que asocia a las olas, al mar, a los "pliegues". Las conexiones racionales son para Deleuze orgánicas y propias de la imagen-movimiento y operan mediante encadenamientos (como el cine de antes). El otro polo es lo cristalino, la imagen-tiempo que hace más bien conexiones irracionales. Pues aquí el valor de verdad se ve ya alterado, ya que aparece el devenir en lugar de la concatenación racional y lógica. Al poner la imagen en movimiento, el cine es especialmente apto para analizar estas metáforas de imágenes.

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La propuesta de Deleuze está en la no jerarquía de pensamiento y la representa con el concepto de "rizoma", extraído de la botánica. Rizoma es una imagen de pensamiento que no se subordina a otros.

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Lo complemento. Deleuze rechaza la organización jerárquica arborescente en favor de un crecimiento rizomático, menos estructurado. En las plantas el rizoma es una raíz subterránea, que envía brotes hacia arriba y hacia los lados, permitiendo que la planta se propague. En Deleuze el rizoma es una metáfora para referirse a un pensamiento que organiza la multiplicidad y la acoge. En un modo de pensar que no busca un solo camino lineal, sino la apertura a múltiples conexiones y entradas, fugas, posibilidades. Porque el rizoma permite conectar cualquier punto con cualquier otro punto, en lugar de concatenar o encadenar en línea. No tiene un comienzo ni un fin, no es un punto. No es el punto de llegada sino el trayecto mismo. Del mismo modo en que un viaje no es puntual, sino trayecto, camino, importa el viaje y no la llegada. En cambio en el modelo arbóreo, hay un corpus central, un tronco que luego se ramifica. Por el contrario el pensamiento rizomático no es jerárquico, no es lineal, se caracteriza por la heterogeneidad, es una multiplicidad sin unidad, sin comienzo ni fin. Se crea en medio de las cosas, y busca entender sus conexiones, las fronteras en los modos de comprensión, los límites, busca escapar a los modos establecidos, a lo dogmático. No se subordina sino que pone en jaque las jerarquías y se caracteriza como la realidad, por el devenir y se construye en medio del devenir. Pues el filósofo es surfista, surfea la realidad y el devenir. De hecho el Pensamiento no es sólo concepto, sino también es arte, cine, técnica, todo ello conforma inteligibilidades. Se trata de una ontología del acontecimiento en lugar del ser, y la cuestión para él será "Experimentar buscando la alegría pero con lucidez", y con prudencia spinoziana. No busca una lógica en la que A implica B, sino una lógica que añade, que conecta, que suma A y B y C y D: una forma argumentativa basada en el "Y", que añade e integra en una multiplicidad sin un centro fijo, sin verticalidades que agrupan y cierran la idea, sin punto final. Sino como un fluir y un surfear lo real, abriendo allí nuevos modos, brechas, yendo a la frontera que es el límite donde las cosas están conectadas, donde se está entre mundos o modos de ver aparentemente irreconciliables, allí se realizan nuevas conexiones rizomáticas.

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Bien traído está. Yo esto de las citas múltiples...es un misterio como hacerlo...algún día aprenderé!!!
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Deleuzear a Deleuze 07 Feb 2024 13:09 #81575

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Bien traído está. Yo esto de las citas múltiples...es un misterio como hacerlo...algún día aprenderé!!!

Y el intentar leer todo de manera ordenada, ya ni te cuento. jaja
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Deleuzear a Deleuze 07 Feb 2024 14:40 #81576

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El objetivo del hilo es aprender de la obra de Deleuze, leer sus textos y formarnos nuestra propia y soberana idea sobre su filosofía. Como estudiante que apenas he acabado el segundo curso siento una inmensa curiosidad por algunos filósofos y algunas filósofas. Se me hace difícil de entender la llamada de algunos señores a no leer la obra de Deleuze u otros/as. A soltar peroratas con pretensión de verdad única y a repartir carnés. Carnés de filósofo, carné de feminista, carnés….coño, si hasta un miembro de este foro que parece bastante escorado a la derecha quiso dar carné a los izquierdistas, diciéndoles como tenían que ser...básicamente anti inmigración….

Sí, la filosofía de Deleuze es política. Negar la filosofía política es negar la propia filosofía. Negar la política en la filosofía es ya una política para esconder la política de la filosofía con ánimos políticos, claro está, determinada política que pretende la hegemonía política. Grecia es la política y la filosofía. No es la armonía y la belleza, Grecia es “la cuestión del sinsentido o del no-ser”. El principio es Político. La aparición de una sociedad capaz de cuestionar sus propios fundamentos. Como dice mi amado Castoriadis. A ver si va a ser eso lo que molesta, que se cuestione lo dado.
Lo que molesta es que se pretende avanzar, progresar. Nos viene al pelo un fragmento de Tucídides (1, 70):

“Pues ellos (los atenienses) son innovadores, y rápidos para la invención como para el cumplimiento mediante actos de aquello que han decidido; mientras que ustedes (los lacedemonios) se contentan con conservar lo que tienen, no inventan nada y ni siquiera cumplen con lo indispensable. Y más aún, ellos se atreven a ir más allá de su potencia, y buscar el peligro contra lo razonable y permanecen esperanzados frente a las desdichas; mientras que ustedes actúan sin alcanzar ese poder, no dan ninguna fe a lo que es cierto, y creen que nunca serán liberados de sus males. Ellos son infatigables mientras que ustedes moderan sus esfuerzos, ellos se expatrían con facilidad mientras que ustedes no pueden moverse de su país; pues al partir, ellos piensan en adquirir algo, y ustedes no piensan más que en el daño que podría padecer lo que ya tienen”.

No nos engañemos, ni nos dejemos engañar. Desde Platón, toda filosofía es política. Platón quiere realizar la idea del bien. Que los estados políticos que los hombres forman en la tierra en la que viven se ajuste lo mejor posible a esa idea del bien, sean lo mejor posible. Por eso pone toda su filosofía, toda su metafísica y toda su ontología al servicio de la teoría política del Estado. La filosofía política de Platón es esencialmente una respuesta al fracaso de la democracia, deduciendo de este fracaso, aquí la conclusión es muy clara, que la comunidad humana no es capaz de autogobernarse.

Desde entonces hay toda una Metafísica del Orden, que huye de la democracia como de la peste. Una hornada de reaccionarios en contra de que los hombres se postulen como los autores de sus propias leyes. La posición de la colectividad es: no hay fuente extrasocial, divina, trascendente que diga el derecho, que diga lo que es o no es bueno, lo que es o no es justo. El campo de lo político se trata de eso.

Seguidores de la Metafísica del Orden, desde Maquiavelo, Hobbes, a ese gruñón misógino al que ni su propia madre podía ver y que no había echado un polvo en su vida, Shopenhauer, etc...

Aquí no vamos a decir a nadie que no lea a esos autores, es más, pueden disfrutar de ellos como los cochinillos del barro, a elección.

Pero ahora, nuestra misión en la tierra no es otra es la lectura de los textos de Deleuze, sin olvidar al bueno de Guattari. Aprender filosofía. Leer filosofía. Para llegar un día, quizás, a filosofar.
Que nadie venga a pedir argumentos sobre tal o cual concepto de la obra de Deleuze, sus textos ya hablan por él. Léanlos. O quédense con este tal Skoda, gran filósofo que echó por tierra tanta vana palabrería...y si lo les gusta, no den la tabarra, a nosotros sí. Nuestra misión en la tierra es lograr que la iglesia católica llegue a canonizar al parisino, San Gilles Deleuze, y así lograr que su obra llegue a todos los rincones. Pensamos que en el papa actual tenemos un aliade y vamos a aprovecharlo. Tenemos una reliquia, una uña del pie de Deleuze. Si los cristianos tienen sus baratijas, su merca del todo a cien, nosotros también. Pobre Deleuze que decía en Lógica del Sentido:
“Distinguir en el hombre lo que proviene del mito y lo que proviene de la Naturaleza, y en la propia Naturaleza, distinguir lo que es verdaderamente infinito y lo que no lo es: tal es el objeto práctico y especulativo del naturismo. El primer filósofo es naturista: discurre sobre la naturaleza, en lugar de discurrir sobre los dioses. Tiene como encargo no introducir en filosofía nuevos mitos que retirarían a la Naturaleza toda su positividad. Los dioses activos son el mito de la religión, como el destino es el mito de una falsa física, y el Ser, lo Uno, el Todo, el mito de una falsa filosofía totalmente impregnada de teología”. Quizás lo consigamos, San Deleuze.

Y espero no tener que estar muchos años con esta misión, lo que querrá decir que San Deleuze reina en vuestros corazones, como ya reina en el mío. (espero que cuando acabe el grado…)

Y para acabar la chapa dejó un texto buenísimo de Deleuze y Guattari sobre el Mayo del 68.

“Mayo de 1968 nunca ocurrió”. Gilles Deleuze y Felix Guattari.


En fenómenos históricos como la Revolución de 1789, la Comuna de París o la Revolución de 1977, hay siempre una parte de acontecimiento irreductible a los determinismos sociales, a las series casuales. A los historiadores no les gusta esta dimensión, así que restauran retrospectivamente las causas. Pero el propio acontecimiento se encuentra en ruptura o en desnivel con respecto a las causalidades: es una bifurcación, una desviación de las leyes, un estado inestable que abre un nuevo
campo de posibilidades. Prigogine ha hablado de estos estados en los cuales, incluso en la física, las diferencias mínimas se propagan en lugar de anularse y fenómenos absolutamente independientes entran en resonancia, en conjunción. En este sentido, aunque un acontecimiento sea contrariado, reprimido, recuperado, traicionado, no por ello deja de implicar algo superable. Son los renegados los que dicen: ha quedado superado. Pero el propio acontecimiento, aunque sea antiguo, no se deja superar: es apertura de lo posible. Acontece en el interior de los individuos tanto como en el
espesor de una sociedad.

Claro que los fenómenos históricos que estamos invocando van acompañados de determinismos o causalidades, aunque sean de otra naturaleza. Mayo del 68 pertenece al orden de los acontecimientos puros, libres de toda causalidad normal o normativa. Su historia es “una sucesión de inestabilidades y de fluctuaciones amplificadas”. Hubo mucha agitación, gesticulación, palabras, bobadas, ilusiones en el 68, pero esto no es lo que cuenta. Lo que cuenta es que fue un fenómeno de videncia, como si una sociedad viese de repente lo que tenía de intolerable y viese al mismo tiempo la posibilidad de algo distinto. Es un fenómeno colectivo del tipo “Lo posible, que me ahogo…”. Lo
posible no preexiste al acontecimiento sino que es creado por él. Es cuestión de vida. El acontecimiento crea una nueva existencia, produce una nueva subjetividad (nuevas relaciones con el cuerpo, con el tiempo, con la sexualidad, con el medio, con la cultura, con el trabajo…).

Cuando se produce una nueva mutación social, no basta con extraer sus consecuencias o sus efectos siguiendo líneas de causalidad económicas o políticas. Es preciso que la nueva sociedad sea capaz de constituir dispositivos colectivos correspondientes a la nueva subjetividad, de tal manera que ella desee la mutación. Ésta es la nueva “reconversión”. El New Deal americano o el despegue japonés son ejemplos muy diferentes de reconversión subjetiva, con todo tipo de ambigüedades y hasta de
estructuras reaccionarias, pero también con la dosis de iniciativa o de creación que constituía un nuevo estado social capaz de responder a las exigencias del acontecimiento. En Francia, por el contrario, tras el 68 los poderes no han dejado de convivir con la idea de que “había que acabar con ello”. Y, en efecto, se ha acabado con ello, pero en condiciones catastróficas. Mayo del 68 no fue la consecuencia de una crisis ni de una reacción a una crisis. Más bien al contrario. La crisis actual, los actuales impasses de la crisis francesa, derivan directamente de la incapacidad de la sociedad
francesa para asimilar Mayo del 68. La sociedad francesa ha mostrado una particular impotencia para operar una reconversión subjetiva a nivel colectivo, como exigía el 68: de no ser por ello, ¿cómo podría hoy acometer una reconversión económica de condiciones de “izquierda”? No ha sabido proponer nada a la gente, ni en el terreno de los estudiantes ni en el de los trabajadores. Todo lo nuevo se ha marginalizado o caricaturizado. Hoy vemos cómo la gente de Longway se aferra a sus instalaciones siderúrgicas, los productores de leche a sus vacas, etcétera: ¿qué otra cosa podrían
hacer, puesto que todo dispositivo para una existencia nueva, para una nueva subjetividad colectiva, ha sido aplastada de antemano por la reacción ante el 68, tanto a la izquierda como a la derecha? Hasta las radios libres. En cada ocasión, lo posible ha quedado clausurado.

Nos encontramos por todas partes a los hijos del 68, aunque ellos no sepan que lo son, y cada país lo produce a su manera. No es una situación brillante. No son los jóvenes directivos. Son extrañamente indiferentes, y sin embargo están bien informados. Han dejado de ser exigentes, o narcisistas, pero saben perfectamente que nada responde actualmente a su subjetividad, a su capacidad de energía. Saben incluso que todas las reformas actuales se dirigen a más bien contra ellos. Se han decidido a dirigir sus propios asuntos hasta donde les sea posible. Mantienen una apertura, una posibilidad.

Esto ocurre en todo el mundo. Con el desempleo, las pensiones o la escolarización, se institucionalizan las “situaciones de abandono” controladas, tomando como modelo a los discapacitados. Las únicas reconversiones subjetivas actuales, en el orden colectivo, son las del capitalismo salvaje al estilo americano, o las del fundamentalismo musulmán al estilo de Irán o de las religiones afroamericanas al estilo de Brasil: son figuras contrapuestas de un nuevo integrismo (a las que habría que añadir el neopapismo europeo). Europa no tiene nada que proponer, y Francia tampoco parece tener una ambición que la de encabezar una Europa americanizada y rearmada que lleve a cabo desde arriba la necesaria reconversión económica. El campo de posibilidades está, por
tanto, en otra parte: en el eje Este-Oeste, el pacifismo, en la medida en que se propone despotenciar las relaciones de conflicto, de rearme y también de complicidad y reparto en los Estados Unidos y la Unión Soviética; en el eje Norte-Sur, en un nuevo internacionalismo que ya no se apoa en una alianza con el tercer mundo sino en los fenómenos de tercermundización de los mismos países ricos (por ejemplo, la evolución de las metrópolis, la degradación de los centros urbanos, el crecimiento de un tercer mundo europeo como lo analiza Paul Virilio). No hay más solución que la solución
creadora. Estas reconversiones creadoras son las únicas que contribuirán a resolver la crisis actual y tomar el relevo de un Mayo del 68 generalizado, de una bifurcación o una fluctuación amplificada.

Publicado originalmente en Les Nouvelles Littéraires
3-9 Mayo de 1984
Última Edición: 07 Feb 2024 15:07 por Black Mask.
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Deleuzear a Deleuze 08 Feb 2024 00:35 #81590

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Absolutamente de acuerdo, Black, con tu reflexión sobre la política y la ideología en la filosofía (u otros campos del saber). Deleuze no se esconde. Afirma su marxismo y no engaña a nadie. Yo no soy marxista, pero no me asusta un filósofo que se considere así. Por el contrario, temo más a quienes escriben desde una presunta asepsia. Aquellos que redactan sus artículos desde una pretendida imparcialidad u objetividad. Esos papers en que después leemos “Proyectos 273487y587y485 financiado por el MCBHIS”. Sin duda mayo del 68 marcó a Deleuze, para bien o para mal. No creo que desde un punto de vista político sus ideas fuesen muy influyentes habida cuenta de la historia política de la Francia “postdeGaulle”.

En el vídeo que pusiste ayer me interesa especialmente su teoría del concepto, que desarrolla en “¿Qué es la Filosofía?”. Aclaró que solo he leído tres libros de Deleuze: el de Sacher-Masoch, las Conversaciones y el que he citado antes. Los dos últimos en las semanas pasadas. De su teoría del concepto me interesa, en primer lugar, su explicación de cómo es labor del filósofo acuñar nuevos conceptos para crear si propio sistema filosófico. Creo que cuando se habla de la oscuridad de estos autores, con conceptos inventados, se es tremendamente injusto, ya que es una invariante de toda la historia de la filosofía. Pareciera que el lenguaje de Kant fue claro como el agua, cuando tuvo que rehacer su primera crítica y escribir los prolegómenos para que se le entendiese un poco. Y con eso y con todo, fue muy mal interpretado por muchos autores del XIX.

Me seduce mucho su idea de la velocidad infinita de los conceptos. Eso permite, como citaba Ksetram, que pueda elabora la metáfora de la cartografía filosófica, una cartografía estratificada en que los distintos sistemas de los pensadores entran en contacto. Planos y planos que dialogan entre sí. En el fondo de esta idea encontramos el concepto de Kristeva de la intertextualidad y la idea de Bajtin del texto polifónico. Y es maravilloso, porque al final supone que los filósofos entran en un diálogo permanente entre sí y la filosofía es devenir. Y a su vez -esto es interpretación mía- consigue llegar a un punto a través del camino más largo. Para quien no tiene un espíritu analítico, o solo espíritu analítico, es un viaje maravilloso. Aplasta el tiempo para hacer conversar a Platón con Robbe-Grillet. En realidad es una técnica de todo filósofo desde los diálogos platónicos y la Metafísica de Aristóteles hasta la actualidad, pero él lo conceptualiza, enfatiza y convierte en método propio.

Hasta ahí mi reflexión incompleta.
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Deleuzear a Deleuze 08 Feb 2024 02:23 #81591

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Amen, frate Futaker.
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Deleuzear a Deleuze 08 Feb 2024 07:31 #81592

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Futaki escribió:
Me seduce mucho su idea de la velocidad infinita de los conceptos. Eso permite, como citaba Ksetram, que pueda elabora la metáfora de la cartografía filosófica, una cartografía estratificada en que los distintos sistemas de los pensadores entran en contacto. Planos y planos que dialogan entre sí. En el fondo de esta idea encontramos el concepto de Kristeva de la intertextualidad y la idea de Bajtin del texto polifónico. Y es maravilloso, porque al final supone que los filósofos entran en un diálogo permanente entre sí y la filosofía es devenir. Y a su vez -esto es interpretación mía- consigue llegar a un punto a través del camino más largo. Para quien no tiene un espíritu analítico, o solo espíritu analítico, es un viaje maravilloso. Aplasta el tiempo para hacer conversar a Platón con Robbe-Grillet. En realidad es una técnica de todo filósofo desde los diálogos platónicos y la Metafísica de Aristóteles hasta la actualidad, pero él lo conceptualiza, enfatiza y convierte en método propio.

En uno de los volúmenes sobre el cine, en una de las clases, plantea un símil (exquisito para mi gusto) de los planos a partir de una comparativa entre una obra de influencia plotiniana (cualquier iconografía bizantina) y una escultura clásica (que no recuerdo ahora cual es. Seguramente sea Laoconte). A partir de esa comparativa traza la polifonía de la que hablas. Cada plano, en contraposición con la contigua rebota la luz hacia direcciones no previstas, hacia campos nuevos.
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