Heidegger “denunció” el olvido de la diferencia ontológica en toda la tradición filosófica. Y esta cuestión afecta de lleno a la concepción que se posea en torno a Dios. A Dios, en la tradición filosófica, se lo convierte en un ente, y da igual que se trate del ente o del ser supremo, con lo cual, se lo acaba convirtiendo en un ídolo, en “cosa” (cosificación o entificación de dios). Por eso es necesario, y a la hora de concebir a Dios, hacer uso de caracteres ontológico y no ónticos.
Si a Dios se lo concibe como un Ente, ya se trate del Ser Supremo, se le acaba por asignar categorías que se le asignan a los entes como es el de la causalidad. Así se concibe a Dios como la causa del mundo. Existen dos entes, Dios y el Mundo, y el uno es la causa del otro. Por tanto, Dios es trascendente “al” mundo. Y por aquí entra el dualismo de mundos.
La palabra “fundamento” tiene una historia reciente en la tradición filosófica que comienza con Hegel. El Fundamento no es “cosa”, no es ente, no es algo que está fuera de las “cosas”, no es extrínseco a las mismas, sino que es su fondo último constitutivo. Recordemos que una cuestión es el ser y otro el ente (diferencia ontológica). El ser no es ente, y por tanto, no se le pueden aplicar las categorías que se le aplican a los entes. Pero no siendo ente no está al margen o más allá de las cosas.
Por tanto, no hay que confundir el Fundamento con la Causalidad. Pues bien, a dios no hay que entenderlo como un ente supremo, con lo cual se le acaba aplicando la categoría de causalidad, sino que hay que entenderlo como Fundamento o Raíz. Y ahora la cosa cambia de cariz. Porque Dios, y como Fundamento último, no es trascendente “al” mundo sino que Dios, el fundamento último, es trascendente “en” el mundo. Ahora se abandona la dualidad de mundos. Repito, no es lo mismo ser trascendente “al” mundo que ser trascendente “en” el mundo.
En la patrística Griega se recoge esta concepción y es por ello por lo que al hombre se lo considera como deificación. Dios constituye el fondo último del hombre, y por tanto, no es trascendente “al” hombre sino que es el fundamento último que está en todo hombre (sin identificarse con él) y que le hace ser (deificación).
Preguntas: ¿qué es el acto creador sino una variación de su estado volitivo de sempiterna beatitud? Pues bien, Zubiri, por ejemplo, conceptúa el acto creador como la posición de la alteridad, en tanto que alteridad, sin alteración alguna.
En cuanto a que “si hay una variación en su estado volitivo eso significa que no era sumamente perfecto, por cuanto necesitaba de la creación para ser feliz sumamente” creo que simplemente no se sigue. Dios crea por Amor. Pero el amor es una donación desinteresada. El verdadero amor no va dirigido hacia uno mismo sino que se encamina hacia la persona amada. Un acto de amor dirigido hacia uno mismo no es un verdadero acto de amor.
En cualquier caso considero que el problema de fondo consiste en intentar que la concepción del dios de las religiones se ajuste a la concepción del dios de los filósofos, y más concretamente, al dios de Aristóteles. Claro, el dios de Aristóteles no era una realidad personal, es un pensamiento que se piensa a sí mismo, y por tanto, no es un Dios Creador. El dios de las religiones no es contradictorio en sí mismo sino que entra en contradicción con el dios de Aristóteles. Es decir, si tú intentas que el Dios de las religiones se ajuste al Dios Aristotélico, pues entonces, y siempre que “veas” que se separe de esa concepción, lo juzgaras como contradictorio.
Así por ejemplo nos dices que como existe una variación en su estado volitivo eso lo hace imperfecto porque necesita de la creación para ser feliz. En el fondo partes del concepto aristotélico de Dios. De un pensamiento que se piensa a sí mismo. Claro, en un pensamiento que se piensa a sí mismo (realidad no personal) toda salida de sí mismo sería considerado como algo contradictorio. Y efectivamente, así lo sería. Pero lo que considero que no está justificado es considerar que el Dios de las religiones sea contradictorio porque no se ajuste al concepto aristotélico de Dios.
Entendería que tildaras de contradictorio al dios de las religiones si éstas partieran de la concepción aristotélica de Dios y posteriormente intentaran decir que ese Dios es un Dios Creador del Mundo o que se trataría de un Dios personal. Es como si yo partiera del Dios de las religiones y acabara diciendo que el Dios aristotélico es contradictorio porque no se ajusta a la concepción del Dios de las religiones.
Un saludo