ksetram escribió:
necesidad de dolor
Normalmente para quien practica BDSM no hay "necesidad" de dolor, es más bien un complemento, un ingrediente más del kit de herramientas sexuales que se disfruta y se puede sacar a pasear según el contexto, la persona y hasta el momento vital (como comenté hace varios mensajes, suele haber evolución en las prácticas y en el fondo abomino butlerianamente de las etiquetas). Aunque sí que hay gente que realmente siente poco placer sin el complemento doloroso: hay un caso muy gracioso que cuenta Pico della Mirandola (qué pena no haber incluido eso en el examen de Filosofía Renacentista) de un amigo suyo que siempre pedía que le azotaran antes del sexo... Lo curioso es que Pico lo menciona de pasada en un tratado de astrología (concluye que el gusto de su amigo no depende de las estrellas) y lo critica por falta de autocontrol, al modo griego clásico, no por fallo moral o menos aún por "enfermedad" mental. A Rousseau le gustaba que lo azotaran, y lo contaba como una peculiaridad de su carácter, sin más. La consideración del sadomasoquismo como patología mental es una novedad de los psiquiatras del siglo XIX en el contexto de la reglamentación y control de las sexualidades... Comento un pelín de eso en el trabajo con la "Historia de la sexualidad" de Foucault.
ksetram escribió:
Sin embargo, también dicen que liberarse de un miedo es tan sencillo y tan difícil, como acostumbrarse a enfrentarlo. A lo mejor estas prácticas que dicen, que me cuesta aceptarlas, también enseñan sobre la fácil capacidad que tenemos para estar siempre huyendo del dolor en todas sus formas, como un automatismo que nos lleva. Yo pienso, los dolores psicológicos se sienten y se respiran para transformarlos. Igual esto es parecido, no sé. Lo difícil con el dolor, creo que al ser tan irracional y directo, ni nos lo replanteamos. P.D. de pronto pienso que en condiciones adecuadas, no tiene por qué ser un cruce de cables.
Lo que he puesto en negrita es de hecho super interesante. El automatismo respecto al dolor es huir de él, en efecto, disociarse incluso si hace falta. Pero en el contexto del BDSM (al menos puedo hablar de mi experiencia) al enfrentarse al dolor, y siempre que ese dolor sea como he dicho antes del tipo adecuado y proporcionado de la forma adecuada, la respuesta para empezar a disfrutarlo es NO huir de él, sino lanzarse
hacia él. Concentrarse en ese dolor, absorberlo, darle tiempo al cuerpo de que segregue las endorfinas correspondientes y transformarlo. Se equivoca quien vea la tarea del masoquista (en el contexto dolor-SM) como pasiva: hay una transmutación alquímica activa del dolor.
Añado una cosa relevante para el shibari en concreto: hay dos estilos principales de atadura, uno que juega con el dolor y las sensaciones fuertes y otro para el que sentir dolor mientras se está atado es un fallo, una interferencia con el estado mental que se busca con las cuerdas. Son dos formas muy diferentes de atar, y muchas confusiones de la gente con el shibari se deben a no encontrar un atador del estilo que mejor se adapta a ellos.