Bud escribió:
Mi idea es que la tarea de los filósofos no es mejorar la sociedad, creo que esa es una tarea eminentemente política
Precisamente por eso atañe a la filosofía política, no el hecho de hacer lo político, que ha existido desde siempre en forma de bandas, tribus, jefaturas y estados, sino el reflexionar sobre lo político y ofrecer a lo político las bases de legitimación del poder. Por tanto, la tarea de la filosofía; en este caso de la filosofía política, sería la de incardinarse en lo político y reflexionar sobre lo político en aras a conseguir un sistema político (democrático) lo más perfecto posible.
Aquí podríamos enlazar con la función de la utopía de favorecer el impulso hacia esa democracia perfecta del Contrato Social de Rousseau (1762). Según Rousseau necesitamos de ese ideal de democracia perfecta para que nuestras imperfectas democracias puedan ir cada vez más acercándose a esa democracia ideal, perfecta. Naturalmente lo de la 'voluntad general' de Rousseau -aquella voluntad que yo tengo que se corresponde con el bien del otro- es casi un concepto evangélico. Una democracia basada en la voluntad general rousseauniana sólo la podrían llevar a cabo los ángeles (Ignacio Sotelo,
El Estado Social, p56 y ss).
Yo concibo a la filosofía como absolutamente necesaria en los tiempos actuales de extremo materialismo. Más que nunca se cumple esa frase de Aristóteles:
"la filosofía es la menos necesaria de todas las ciencias, pero la más importante" que el ex-decano Manuel Fraijó
señala aquí (cuando aún era decano) entre el momento 00min:48seg y el 00min:53seg. Y continua diciendo:
"para Aristóteles la filosofía no era una ciencia utilitarista pero sí una ciencia que intentaba responde a preguntas muy importantes de la vida humana. Quizá lo que después muchos siglos después ha dicho Horkheimer: la filosofía se preocupa de que no nos timen; de que no nos timen los demás y de que no nos timemos nosotros a nosotros mismos". Para Aristóteles la filosofía es la ciencia menos necesaria porque no hace falta para que nuestro yo biológico sobreviva. Pero es la más importante para nuestro yo trascendental, para nuestra subjetividad y, en definitiva, para ser 'más' humanos y menos hombre-máquinas. Pues bien, con esas palabras de Manuel Fraijó ya tenemos un
para-qué de la filosofía.
El furor de la ciencia actual (tal como se entiende ya emancipada de la filosofía) es tal que hasta se pretende dar una explicación biológica a los aspectos menos biológicos. Se pretende dar una fundamentación biológica a lo que hasta ahora se le daba una fundación ético-moral. Se habla de esto
en en este libro de Adela Cortina, que recientemente he adquirido.
Creo que, a su manera, Marx tenía razón en lo de las alienaciones. Y precisamente creo que la tarea más importante de la filosofía hoy en día es la de lograr ése sujeto emancipado que se propuso la Ilustración, ése del que hablaba Kant en su texto de 1783
¿Qué es la ilustración?.
Concectado con lo último es evidente que la socedad española (occidental en general) está sumamente alienada, llena de ídolos (prefuicios, Francis Bacon) y de estereotipos. Es decir, que estamos hablando de seres cosificados (Javier San Martín, AF I y II), reducidos a especie biológica y poco más, de seres que tienen, en general, desactivada la parte más importante y específica del Homo sapiens: la racional. No pretendo ser grandilocuente, pero es así como veo yo a una mayoría de la población. Prueba de ello es la basura de TV pública que tenemos, acorde al tipo de público neófito que la demanda (y que nadie se ofenda).
Por tanto, la filosofía tiene la inmensa tarea de transformar a un ser humano alienado en un ser humano emancipado, ilustrado podríamos decir. Casi nada.