Creo que son muchas las cuestiones que estamos entremezclando aquí, aunque no por eso dejan de ser interesantes todas. Yo de momento me siento cómodo tratando diversos frentes, pero si alguien no lo está, que lo diga e intentamos ver si podemos ramificar el hilo en más de uno.
En mi caso, no estoy entrando tanto en las cuestiones físicas - que cuentan con las exigencias del método científico y que en estos extremos se revelan como más difíciles de aplicar que nunca, como la verificabilidad - como en el planteamiento filosófico, y por tanto metafísico, en el que creo que está el origen de este hilo, a propósito de idealismo y materialismo. Y en este espacio, no creo que se trate tanto de demostrar afirmaciones sobre la realidad - para las que creo que ni tú, Nolano, ni yo tenemos la formación suficiente en este caso en física - sino de realizar planteamientos posibles que iluminen nuestra forma de comprender y enfrentar el mundo. Por eso, no me niego "a admitir cualquier axioma o hipótesis de partida" sino que trato de plantear que discutir las hipótesis de partida no nos conduce siempre a discusiones bizantinas, sino que en muchas ocasiones ilumina y matiza nuestra perspectiva.
Quizá pienses "sólo las ganas de discutir por discutir nos podrían llevar a debatir sobre qué ocurre en mundos donde la luz tiene otra velocidad diferente o donde ni siquiera hay luz. Eso sería perder el tiempo o una forma como otra cualquiera de pasar el rato, me parece. Puede que algún bizantino discutiera alguna vez sobre la velocidad de la luz en el Cielo y si era la misma que en el mundo sublunar, aburrido ya de discutir sobre el sexo de los ángeles. Hay gente para todo." Pero si la interpretación física de la realidad está intentando abrigar un tanto presuntuosamente todos los sucesos posibles en el futuro, creo que la filosófica, como su deber, no puede menos que abrirse a cuestiones que pongan en crisis esa pretensión "omniabarcante". Digo así que el cono de Minkowski es un caso particular que parte de ciertas premisas contingentes - de entre otras posibles - que efectivamente critico cuando a partir de él pretendemos decir que todo lo que está fuera del cono de luz ni nos va ni nos viene.
Consideras inadmisible "una mera especulación que ni es falsable ni añade nada a nuestra actual explicación del mundo conforme a lo que sabemos en el estado de la ciencia en este momento", pero ¿quién determina cuál es ése estado y si alguna especulación añade o no algo a nuestra explicación del mundo? La verificabilidad, desde luego. Pero, cuando alcanzamos nuestros límites para efectuar dicha verificación (como acontecede con la singularidad inicial del Universo o con el principio de incertidumbre, ¿no nos amparamos en el respaldo que da la comunidad científica a las teorías, tanto más cuando somos ya incapaces de comprender del todo las teorías? Los ejemplos que he puesto no proceden de la prensa amarilla, sino de la propia comunidad científica. Y S. Hawking tanto recoge el cono de luz ("El Universo en una cáscara de nuez", pág 36, 40) como respalda algunas de estas teorías, y siglos después de que los estoicos la propusieran, simpatiza con ciertas explicaciones del ciclo Big Bang - Big Crunch, al más puro estilo de la incontrastable ekpyrosis. Otro ejemplo es el de John Moffat y João Magueijo que han propuesto cierta teoría sobre la velocidad de la luz variable en la historia del universo, con la capacidad de explicar mejor algunos problemas cosmológicos que el modelo inflacionario del universo no ha sido todavía capaz de responder, aunque pendiente de ganar mayor respaldo por parte de la comunidad científica. El cono de Minkowski - que creo que os está confundiendo porque lo veo aplicable tanto a un observador particular como al universo en su conjunto, según sea la interpretación - se vería así ciertamente deformado, alterando el espacio de los posibles futuros, y por tanto haciendo que algo que considerábamos antes fuera del cono de luz e irrelevante para nuestra comprensión del mundo, quizá no lo sea tanto.
De nuevo, no pretendo entrar en el fundamento físico detallado de las teorías que se me escapa (¡hay mucho que estudiar!
), pero sí plantear que soy partidario de que la filosofía reflexione sobre este tipo de cuestiones que le conducen hacia posturas metacientíficas, pues si no, sólo estamos manteniendo una discusión científica sobre la interpretación de ciertas teorías que, como la de Copenhague, destilarán ciertamente algo de filosofía, pero que no serán capaces de elevarse sobre ella y contemplarlas en perspectiva, en un marco más amplio y para mi gusto nada bizantino.
Así, dices, Nolano, que considerar que "no es posible un mundo imposible" es un “a priori epistemológico”, y creo que la discrepancia entre nosotros en ese punto más bien radica en que lo haces es considerarlo un a priori óntico. El principio de no contradicción inherente a la lógica hace que toda descripción de la realidad embutida en el logos cumpla necesariamente con él. Ahora bien, la cuestión radica en otro a priori, ajeno a las concretas teorías científicas, que supone que todo lo que es (ontos on) puede ser pensable, y por eso para ti el espacio ontológico queda incluido dentro del espacio lógico. Sin embargo, por prudencia epistemológica, yo no descarto otro a priori que pueda servir como advertencia desde la que iluminar toda nuestra reflexión: todo lo que sea de algún modo, el espacio óntico, no tiene por qué encajar en nuestros principios lógicos, y por tanto, si el espacio ontológico se anida en el lógico, ¿por qué no abrirse a la posibilidad de que pueda haber un espacio óntico que se resista a ser asimilado por nuestras categorías lógicas, y que sin embargo se encuentre de alguna manera conectado con el espacio ontológico que no sólo es el que podríamos percibir sino además comprender?
Si a falta de una mejor, nos sentimos capacitados para elaborar ciertas interpretaciones a partir de la Teoría de la Relatividad, ¿por qué insinuar como has hecho en otros hilos que la mecánica cuántica es una descripción incompleta, de la que no deberíamos sacar interpretaciones a falta de que un nuevo Copérnico ilumine estas aparentes contradicciones a que nos conduce? Serán evidentemente provisionales y nunca definitivas, pero son tan legítimas como las amparadas por la relatividad. De modo que cuando decimos que el gato de Schrödinger está vivo y está muerto al mismo tiempo a la espera de que un observador lo confirme, (V^¬V), ¿no se revela esto como algo lógicamente imposible, contradicción directa de nuestros principios lógicos? ¿acaso no contempla también la mecánica cuántica sucesos acausales que rompen la dicotomía 1) y 2) de tu último mensaje? La mecánica cuántica propone que de una forma que no logramos comprender es así, y su capacidad explicativa está tan contrastada como la de la relatividad. Por otro lado, ¿acaso no explica la física de partículas, tan relevante para la explicación cosmológica, que el espacio "bulle" en un mar de partículas y antipartículas que se crean y destruyen en espacios ínfimos de tiempo sin que seamos capaces de percibirlas al hallarse por debajo del umbral de incertidumbre? ¿y no son por tanto esencialmente inverificables y a pesar de todo potenciales causas de fenómenos que nunca llegaríamos a verificar como causados por ellas? En definitiva ¿no son casos como los anteriores indicadores de que existen realidades que se escapan de nuestros principios lógicos, dimensiones que acaso nunca seremos capaces de percibir o de pensar?
Desde luego que es imprudente "postular la existencia de entes posibles totalmente innecesarios y gratuitos y confundir una idea ocurrente con una hipótesis científica". Pero este tipo de reflexiones filosóficas en mi opinión pertinentes desvelan el peligro que se esconde detrás del aparentemente humilde planteamiento científico de "postular posibilidades como hipótesis para elaborar explicaciones y predicciones falsables". Y sin embargo, al superar unos cuantos intentos de falsación, cuántas veces no se sacan sino conclusiones excesivamente precipitadas y endiosadas a partir de lo que se suponía eran sólo posibilidades como hipótesis. Me resulta imprescindible el papel de la filosofía para limar este tipo de excesos y recordar a la ciencia, aplicándole un correctivo de humildad, que su explicación es siempre provisional y, como se ha demostrado en la historia, siempre errada, es decir, siempre parcialmente verdadera.