Cambiaría la flora. Me disgusta que las flores sean tan efímeras.
Me gustaría que las películas actuales tuviesen diálogos tan brillantes como las de antaño.
Me gustaría que los filósofos fuesen, como antiguamente, físicos, metamáticos, juristas…
Desearía que los poetas tuvieran menos ego y, en general, que los escritores no hablasen de sus obras.
Sí, ha habido filósofos que han propuesto ciudades ideales: Platón, Thomas Moore, Hobbes… cada uno a su manera.
Yo no quiero que se acabe el mundo.
Edito: también me gustaría acabar con las tarjetas de crédito, los bizum o cualquier pago que no sea en metálico. Me gusta el tacto de las monedas, el olor de los billetitos,