Falcon
Nosotros mismos, los humanos, vete tú a saber por qué, sentimos bastante más simpatía por monos que por ratas. Los caballos, en la misma línea, sienten más simpatía por asnos que por vacas y, a su vez, más simpatía por estas que por perros.
Ioannes
ksetram, si lo piensas bien, siguen siendo argumentos arbitrarios, ¿por qué una persona llora cuando muere su perro y no cuando muere su abuela? (...) "El roce hace el cariño"
Creo que en el tema se entrecruzan factores distintos, y que la cuestión es saber cómo se ordenan, o sea, saber qué valor de fuerza tiene en la práctica cada hipóteis. Cuando decimos que no existen tales valores, creo que dejamos de entender por qué los humanos actuamos con los animales como lo hacemos.
Me ha hecho gracia que has analizado ejemplos de criterio de los propios animales, Falcon. Hay muchos videos por ejemplo, de mamíferos salvando a otros mamíferos, animales mostrando que dan importancia a la vida de otro animal de una especie distinta, queriendo que sobreviva, salvándoles del ahogo por ejemplo.
Yo proponía que la valoración viene por similaridad a nuestra especie, y ahí el caso del mono es insuperable: por similaridad, inteligencia, capacidad manual, etc. Igualmente, ¿tiene lógica que un caballo valore por su similaridad con él, más a un asno que a una vaca? Mi hipótesis es que sí, y que entre el perro y el caballo, ya tenemos la idea de la "experiencia" con ese tipo de animales, que tiene el caballo.
El roce, no podría explicar la tendencia humana, a valorar la vida de animales salvajes o con los que no hay roce. Ni tampoco por qué podemos ver animales salvando a otros. Y que como tú dices, Ioannes, también puede dar "malquerencia". Por ejemplo las ratas, con ellas está la cuestión del roce (en otro sentido al que decías). Las ratas conviven con el ser humano en sus espacios, incluso viviendo en el monte (las ratas negras, que viven en los árboles). Rata, cucaracha, no son ejemplos cualquiera, sino ejemplos de animales que pueden invadir espacios humanos, y eso creo que afecta especialmente a su valoración.
No podemos tener la misma empatía con una rata que con un mono (por su similaridad con nosotros), o que con un perro (por la convivencia y el valor social que damos al perro en el mundo humano).
El perro y el gato conviviendo con la especie humana, y el perro teniendo que vérselas con el lobo, defendiéndonos a nosotros o nuestra comida de los lobos. Creo que quizás eso explica la excepción que das las la relación de perros y lobos, Falcon.
Ningún animal ni los humanos, parece que demos importancia a especies pequeñas y evolutivamente simples, que están muy alejadas de la propia especia: moscas y mosquitos, no son importantes para los mamíferos. Muchos salvaríamos a un ave del agua, pero creo que menos personas salvarían insectos, aunque muchos sí que lo hacemos. Creo que te pueden encantar (por poner un ejemplo arbitrario) los saltamontes, pero que aún así, no los valorarás su vida tanto como la de un mamífero. Fijaos en que al hablar de animales y la necesidad de ponerse en su lugar y defenderlos, apenas surgen siquiera en el tema los insectos. Creo que como decía al principio, hay "razones", si queréis no son éticas, pero hay razones que se entrecruzan y que explican nuestro comportamiento con los animales y por qué damos más importancia a la especie humana, siempre que el cariño no se cruce.
Sí, hay veces que ocurre lo que dices, otras especies ayudándose mutuamente. De cachorros es más común. Nosotros hemos criado comiendo del mismo cuenco de leche a una mastina, dos gatos y un lechón que cogió una teta de atrás y la madre no tenía para alimentarlo. En otra ocasión que una oveja murió en el parto, le pusimos el cordero a una cabra que estaba también parida (para que tuviese leche). Los primeros días no lo aceptaba con agrado, pero terminó por aceptarlo como un chivo, vamos como su propio retoño. La naturaleza es espectacular para dejarnos con la boca abierta.
Me parece muy acertada también la opinión de Ioannes, quizás sea por un tema de seguridad (cada especie/todas las especies) que nos posicionemos del lado que nos hace sentir seguro.