Bienvenido, Invitado
Nombre de Usuario: Contraseña: Recordarme
  • Página:
  • 1

TEMA: Hegel. Introducción a la Fenomenología del Espíritu

Hegel. Introducción a la Fenomenología del Espíritu 01 Oct 2023 00:06 #78862

  • outsider
  • Avatar de outsider
  • DESCONECTADO
  • Socrático
  • Mensajes: 112
  • Gracias recibidas 124
Hegel nació en 1.770 y la Fenomenología lo escribió en 1.805. Tenía 35 años.

En la introducción, propiamente dicha a su obra, el filósofo dice: "Sería necesario entenderse... sobre el conocimiento...antes de ir a la Cosa misma, esto es, al conocimiento efectivo de lo que es en verdad". Es decir, sería necesario, pues, entenderse antes sobre el conocimiento ya se considere como instrumento para conseguir lo absoluto, ya como medio a través del cual se lo divise.

"Por una parte pudiera ser que haya diversos tipos de conocimiento...por otras...al ser el conocimiento una facultad...si no se definen su naturaleza y sus límites, lo que se aprehenden son las nubes del error".

"Que la conciencia a través del conocimiento, llegue a adquirir aquello que es en sí debe ser un contrasentido en su mismo concepto, y que entre el conocimiento y lo absoluto" hay una frontera que les separa.

Dice que si el conocimiento es el instrumento y el medio "la aplicación de un instrumento a una Cosa no la deja tal como ella es para sí...más bien la modela y transforma", que si el conocimiento es un medio pasivo según el cual llega la luz de la verdad, no tendremos ésta "tal como ella es en sí" sino tal como es a través de ese medio: en ambos casos utilizamos un medio y un instrumento que producen "lo contrario de su propósito".

Es pues aquí en la Introducción cuando Hegel expone su sistema de contrarios y sus opuestos contradictorios, después lo hará con la Ciencia y, más tarde, en la propia Introducción, con la Conciencia.

Dice que: "este temor a errar sea ya el error mismo" y que este terror "presupone...representaciones del conocer como instrumento y como un medio entorno" que "presupone que lo absoluto está a un lado, y el conocer al otro lado para sí, y separado de lo absoluto".

Antes de torturarse con estas representaciones "las representaciones podría desecharse sin más, por contingentes y arbitrarias" podrían considerarse "incluso como un fraude", a Hacienda creo yo, pues "solo constituyen una aparición vacía del saber", lo cual desaparece "cuando la ciencia entra en escena". Pero la ciencia al llegar "es ella misma una aparición... no es todavía ella... desplegada en su verdad". "La ciencia tiene que liberarse de la apariencia y solo puede hacerlo volviéndose contra ella", así tal cual. Un saber que no tenga lo verdadero, la ciencia no puede limitarse a repudiarlo "aseverando que ella es un conocimiento de otro género" pues "el saber no verdadero invoca igualmente que él es, y asevera que la ciencia no es nada a sus ojos".

"Hay que emprender aquí la exposición del saber que aparece".

"Parece que ella misma -la ciencia- no sea la ciencia libre... sino que... puede ser tomada como el camino de la conciencia natural... por llegar al saber verdadero... o bien, como el itinerario del alma". "La conciencia natural -la nuestra, la que tenemos dentro de la cabeza- resultara ser solo concepto de saber, o saber no real. Pero...ella se tiene a sí misma más bien por el saber real, este camino tiene para ella un significado negativo, y ella considera una pérdida de sí misma lo que, más bien, es la realización de su concepto; pues, en este camino, ella pierde su verdad" y puede ser visto como un camino de duda o mejor camino de desesperación. Así pues "el camino es la intelección consciente de la no-verdad del saber que aparece... lo más real es más bien lo que en verdad, no es más que el concepto no realizado".

Tenemos aquí en este último párrafo tres clases de conceptos que no sabemos si tienen la misma naturaleza: un primero que es el "concepto de saber", un segundo que es "la realización de su concepto" y un tercero que es "el concepto no realizado". No sabemos si el segundo concepto es de la misma naturaleza que el primero. El tercer concepto, el no realizado, puede que guarde relación no con la naturaleza y modo del primer concepto, ese concepto de saber que es no real, sino con la naturaleza y modo del segundo, ese que podría ser diferente. Entonces tenemos que los dos primeros conceptos son conceptos realizados y que son no-verdad y saber no real y que el tercer concepto es algo no realizado. Pero no sabemos tampoco la naturaleza y modo de este tercer concepto que no se realiza. Si es de la misma naturaleza que el primero sería un concepto no realizado del concepto del saber que no es real y que es no-verdad y el único que tenemos dentro de la cabeza. Pero si el tercer concepto no realizado se refiere a los otros dos no-verdad y no real, que además son la realización de su concepto, no se sabe ahí cual es el problema o la negación, es decir lo opuesto. Lo que no se ha realizado es una cosa que no era. El Liber de Causis dice que esta tercera causa puede guardar mejor relación con la primera que con la segunda.

Prosigue Hegel y dice que la serie de las configuraciones "que la conciencia recorre por este camino, es la historia exhaustiva de la cultura como formación de la conciencia misma, hasta llegar a la ciencia". Ello adquiere el simple modo de una resolución y "frente a esta no-verdad, este camino es el llevarla -a la conciencia- efectivamente a cabo". "Solo el escepticismo que se orienta hacia... la conciencia que aparece... capacita por primera vez al espíritu para examinar lo que es verdad".

"La presentación en su no-verdad de la conciencia que no es de veras no es un movimiento meramente negativo". "Al aprehender el resultado tal como es en verdad, como negación determinada, ha brotado con ello... una nueva forma, y en la negación queda hecho el tránsito por el que el proceso se va dando por sí mismo a través de la serie completa de las figuras".

Aquí decimos nosotros que sería mejor usar el instrumento más idóneo y mejor fabricado y el medio mejor constituido para que nuestras expectativas de éxito sean mayores. Podemos preguntarnos por simpleza, aquí, ya en la Introducción, si la Fenomenología es algo que está bien hecho o mal hecho, un instrumento o medio conveniente o plausible, o algo, en los mismos intersticios de su naturaleza, mal formado, mal nacido.

A ver, ¿de cuántos libros de filosofía y pensamiento, al menos de todos esos más famosos que están a nuestro alcance podemos asegurar que estén mal hechos? Acaso debe de haber miles de ellos, pero estos no progresaron, no están ante nosotros, no se enseñaron en los centros del saber universal. Los filósofos deben ser personas responsables que saben lo que se hacen y lo que se dicen, por eso es que solo existen obras bien hechas u obras que se enfrentan a obras también bien hechas. De la millonada de escritos de filosofía y pensamiento ¿cuántos podríamos señalar que están mal hechos, que su instrumento era defectuoso y su medio mal constituido? ¿de tres, de cuatro?, ¿qué sagaz investigador podría revelárnoslos, decirnos "eso está mal hecho", mal pensado y expuesto? No existen esa clase de obras mal hechas.

Lo más grave y maligna posibilidad, entonces, sería considerar el escrito de Hegel como mal hecho y el conocimiento que lo expusiera como un instrumento desdentado y mal fabricado, un conocimiento como medio mal constituido y difuso. Sería pues aquí mismo donde hacer aparecer la negación absoluta de algo, una negación absoluta que sería negación de lo simple expuesto por estar mal hecho, de su realidad efectiva cuya causa no sería otra que ese conocimiento-medio-instrumento mal constituido y fabricado.

Ahora bien, incluso ahora mal, ese escrito no puede estar mal hecho, no solo porque no existen otros escritos mal hechos, lo cual ya constituye una positividad, sino porque esta positividad continúa en el propio sentido de que el escrito está bien hecho y ha sido reconocido por todos como tal, unos especialistas, otros gente de la plaza. El ahí pues, ha de pasar al aquí, no el estar ahí, pues, sino el estar aquí.

Habría que preguntarle a Hegel, a sus huesos que deben ser, en su aquí que es suyo, si él piensa que su escrito está bien hecho y que su aquí de conocimiento como instrumento y como medio se trata de algo adecuado y bien constituido. Al igual, digamos, que aquel hombrecito del paleolítico sujetaba un núcleo de sílex con sus pies y con las manos y otras piedras fabricada un bifaz. Sin duda alguna ese bifaz para exponerlo a los demás y venderlo como excelencia. No se pueden vender núcleos anfractuosos -nadie te los compraría- romos, o con aristas al tururú, aunque sean anfractuosos y romos por las dos caras. Hay que fabricar instrumentos que sirvan para cortar, rodajas que engarcen sus dientes con otras rodajas para medir el tiempo, es decir, instrumentos buenos y medios bien constituidos. No se pueden cortar las pieles o los pedazos de carne o frutos con un pedazo de raíz de viña, o con la "hoja" de un árbol, o con la pata de un conejo, por mucha suerte que ésta nos traiga.

Se trata, entonces, con todo ello, de crear una positividad en el escrito de Hegel para tener algo a lo que referirse antes de pasar a hablar de su negación absoluta como esencia.

Ahora, prosigue el filósofo, hay que "recordar algunas cosas sobre el método de ejecución". "Esta exposición... al saber que aparece... no parece que pueda tener lugar sin que se presuponga en su base un patrón de medida", "el patrón de medida como tal, así como la ciencia, si ella fuera tal patrón, quedarían así supuestos como la esencia o lo en sí", pero la ciencia ni nada "se han justificado como la esencia o como lo en sí, y sin esto no parece que ningún examen pueda tener lugar".

La conciencia "distingue de sí algo a lo que, a la vez, se refiere... hay algo que es para ella; y el lado determinado de este referir, o el ser de algo para una conciencia, es el saber. Sin embargo, de este ser para otro distinguimos el ser en sí... el lado de este en sí se llama verdad". Acaso esto tendría que ser mejor: "de este ser en sí distinguimos el ser para otro". Pero Hegel no está enamorado precisamente del ser. Falta por saber, pues, si en el ser para otro también hay un ser en sí, o el ser en sí es algo indivisible y de localización precisa. Dice Hegel que cuando investigamos la verdad del saber parece que investigamos lo en sí y que la esencia no es su verdad -otra vez el chico del norte- sino nuestro saber acerca del sí. Hay que averiguar si el en sí tiene otras localizaciones.

"La conciencia aplica en ella misma su patrón de medida, con lo que la investigación será una comparación de ella consigo misma, pues la distinción que se acaba de hacer tiene lugar dentro de ella".

Esta distinción o desdoblamiento de la conciencia es importante, y según lo expuesto anterior. Se podría poner el ejemplo de la oración: "la conciencia de la conciencia". En esta oración ¿cuál es el sujeto, cuál el predicado? Se supone que lo primero que existe es la segunda conciencia y que la primera conciencia es lo que refiere y señala. Entonces el predicado es lo primero y el sujeto lo segundo, como cuando se dice: "lo verde de la hierba" o "lo negro del vacío espacio". Sin embargo, Aquí en Hegel podríamos intentar que lo primero que existe y sujeto en la oración es la primera conciencia y primero que se pone y que lo que refiere o señala es la segunda conciencia y predicado, como cuando decimos "la hierba es verde" o "el vacío espacio es negro".

"Lo esencial es retener para toda la investigación que estos dos momentos, el concepto y el objeto, ser para otro y ser en sí mismo, caen ambos dentro del saber que estamos investigando".

Dice el filósofo que justo en el hecho de que la conciencia sepa acerca de un objeto se impone ya la diferencia. "Y así le resulta a la conciencia que aquello que antes era lo en sí, no es lo en sí, que solo era en sí para ella. Al encontrar la conciencia en su objeto que su saber no corresponde a éste, el objeto mismo tampoco se sostiene".

"Este movimiento dialéctico... en la medida en que, a partir de él, le surge a ella -a la conciencia- el nuevo objeto verdadero, es lo que propiamente se llama experiencia", "la conciencia tiene ahora dos objetos: uno, el primer en sí, y luego el ser para ella de este en sí". "Este nuevo objeto contiene la nulidad del primero, es la experiencia hecha sobre él".

"En tanto que lo en sí se convierte en un ser de lo en sí para la conciencia, este ser es el nuevo objeto... la esencia es algo distinto de lo que lo era para la figura precedente. Es esta circunstancia lo que guía la serie de figuras de la conciencia en su necesidad". "En virtud de esta necesidad, este camino hasta la ciencia es el mismo ya ciencia y, por tanto, conforme a su contenido, la ciencia es la experiencia de la conciencia". El zapato está bien hecho y sirve para eso: para meter el pie y ayudarnos al andar.
El administrador ha desactivado la escritura pública.
  • Página:
  • 1
Tiempo de carga de la página: 0.150 segundos