Bueno, sabiduría no es que sea, porque si he necesitado 50 años para escribir este post...
Egocéntricos y malpensados, no va por nadie, o por todos, toda la experiencia que he ido acumulando después de medio siglo de tratar con otros monos supuestamente evolucionados que llaman humanos. Ahí va:
Dos señales para reconocer a un perfecto imbécil, por lo general, irrecuperable:
1. Buscan la complicidad de los demás para que les apoyen y ganar cualquier disputa ("todos habéis visto", "todos sois testigos"...).
2. (Muy conectada con la anterior y especialmente de moda). Dan por hecho, aunque no tengan claro si es así o incluso sepan que es al revés, que todo el mundo está de acuerdo con ellos ("creo que hablo en nombre de todos cuando digo", "toda España pide"...).
Argumentos esta vez no ad hominem, sino ad maiorem, especialmente útiles en una democracia de masas.
Alguien escribió sobre eso, un tal Ortega. Aseguran los guardianes del cementerio que en su tumba se oyen crujidos cada dos por tres.
Podría rematar mi desahogo cincuentón con un VIVAN LOS BORREGOS, pero no puedo, respeto mucho a los animales no humanos.