Retomo el hilo y la controversia con Rubiales. Hoy se ha manifestado Jennifer Hermoso a través de su sindicato. Creo que una de las intenciones de las leyes contra la violencia de género, y no solo la última, es evitar la revictimización. Evidentemente, un caso como este no es comparable con el de agresiones sexuales brutales que todos conocemos. Sin embargo, el hecho de ser un personaje público, de haberse producido el acto delante de millones de espectadores, haber generado una controversia enorme no solo a nivel nacional, sino internacional, y estar todos los focos puestos en la jugadora, me parece un fracaso del sistema que no se pueda actuar con mayor contundencia. Que no se pueda evitar que finalmente la persona afectada tenga que intervenir. Diría que J. Hermoso es una mujer fuerte, pero no tiene la obligación de serlo.

También me parece muy preocupante el silencio de los futbolistas de renombres y de los clubs de fútbol. Hasta donde sé, si no estoy equivocado, el único club que ha protestado ha sido… ¡el Getafe! En el caso Vinicius no sucedió lo mismo.

En la violencia de género como en la sexual la revictimización de la agredida acontece en las dependencias policiales o durante el juicio, también en la opinión pública, pues se le hace demostrar que ha sido objeto de violencia y que ésta no ha sido buscada o consentida.

En el caso de la jugadora de la selección ese aspecto ya fue retransmitido, solo quedaba que ella confirmara con su denuncia lo que era patente para todos, incluso que aquellas palabras puestas en su boca por la federación no habían sido expresadas por ella, algo que le da al asunto hasta tintes mafiosos.

Ese paso para las mujeres es realmente complicado por la dificultad de demostrarlo. El abuso, hoy agresión, puede ser continuado en el tiempo y se pueden tardar años en tomar la determinación de revelarlo y denunciarlo, porque afecta a tu entorno familiar o de amigos, o a tu trabajo, como es este caso.

La actitud de la jugadora será un impulso para muchas otras mujeres y niñas. No sólo la gesta deportiva es un espejo para las chavalas, también la determinación de decir cómo no queremos que se nos trate, el paso en ambos casos lo ha sido de gigante.

De acuerdo en que Jennifer Hermoso ha dado un paso de gigante, pero ella no debería de haber sido quien hubiese tenido que dar ese paso. Se trata de quitar el foco de la víctima, no de ponerle todos los altavoces. Mucho menos cuando es un caso que ha acaparado toda la atención mediática y no solo en España. Jugadoras importantes de todo el mundo se han pronunciado, esas jugadoras que forman parte de su mundo. Pero además está el silencio cómplice de sus compañeros masculinos, de los clubs de fútbol e incluso de la Liga española masculina. Y, por supuesto, de la prensa.

Traigo la portada del diario AS que está siendo hoy muy comentada. Véase como mínimo:

A. El uso de la expresión “deja caer”, como si la jugadora fuese la culpable de que Rubiales se tenga (hipotéticamente) que ir. Es más, como si ella tuviese el poder de hacerlo. Al emperador a que levanta el pulgar hacia arriba o hacia abajo.

B. Cómo la foto reproduce el beso de Rubiales a Hermoso. Sin embargo, ahora Rubiales es el trofeo. Es decir, la jugadora se ha cobrado la pieza. Pasa de víctima a vengadora femme fatal.

C. A la jugadora se la llama “Jenni”, mientras al presidente de la Federación se le llama “Rubiales”.

Esta portada se une a otros comentarios “desafortunados” que hemos escuchado en estos últimos días en la prensa deportiva.

Mucho me temo que sí era necesario que ella diera el paso. Sí no denuncia, no hay delito de agresión. Otros podían denunciar por ella pero quedaba en suspenso su no consentimiento si ella no lo expresaba.

El paso es enorme precisamente porque tiene consecuencias, siempre las tiene, de ahí la dificultad y de ahí el ejemplo. Podría callarse, mirar a otro lado y hacer como si las cosas no hubieran pasado para que nada cambiase, pero es que han cambiado desde el momento en que el agresor ejecuta. Te queda el silencio o la denuncia porque ya nada será igual y denunciar es muy duro, se pierden trabajos, se pierden amistades, se rompen vidas... Lo contrario es callar y pagar ese tributo porque tu vida se parezca a lo que era antes, aunque ya no lo sea y sabes que serás interceptada otra vez o lo será alguna otra. Ese es el precio del silencio. Yo callé mucho tiempo, las cosas no paran en esa primera vez, tratas de convencerte de que no es, es difícil demostralo, pero hay que enfrentarlo y probarlo y un día lo haces, cuándo tienes fuerzas o ves que tu hija tiene ya edad de ser la siguiente. Te enfrentas, te apoyan los tuyos, rompes y causas dolor. Claro que tiene consecuencias, pero no las has provocado tú sino tu abusador, hoy agresor.

En el caso de la jugadora se enfrenta a un mundo regido por el dinero como es el del fútbol profesional, que en ocasiones roza lo mafioso, como lo es este presidente de la federación, metido hace un año en un asunto de comisiones por llevarse la Supercopa de España a un emirato y ahí sigue, porque es la federación española de fútbol una institución privada con un órgano rector dirigido por él mismo y formado por los presidentes regionales a los que tiene comprados con sueldos de entre 100.000 y 150.000 euros al año. No es de extrañar que los periodicos deportivos se hayan alineado con él, así como que los futbolistas profesionales no abran el pico, el que píe no cobra y hay dinero para todos.

Sí, el paso es doloroso pero será bueno para ella y para todas las que vengan detrás.

Y pensar que en otras épocas estas cosas se arreglaban con un tortazo... En el campo no (aunque habría sido épico), pero una vez solos (o al menos sin cámaras) no hubiera estado mal

Qué pasa cuando le metes un tortazo a tu jefe? y a tu padre o al marido de tu hermana? En un bar a un desconocido igual es más fácil no? Cómo es tu trabajo cuando te has enfrentado? Y tu vida familiar? Y con tus amistades? Crees que de esa forma se acaba? En otro tiempo se callaba.

No todo el mundo se callaba. He presenciado tortazos antológicos. Yo no he necesitado darlos. Una mirada asesina puede refrenar a muchos. Una frase sádica, también. Muy delicados nos hemos vuelto. Antes los niños se pegaban en el patio y al día siguiente tan amigos. Hoy sucede esto e intervienen los padres, maestros, tutores, director del centro y quién sabe quién más.
Y en cambio, los casos serios de acoso terminan con el acosado teniéndose de cambiar de cole porque no se puede ostiar a los malnacidos que le hacen la vida imposible, a veces hasta el suicidio. Todo funciona al revés.

No te equivoques, yo he visto dar tortazos antológicos y han sido a ellas, los niños no se pegan y tan amigos, a los niños los persiguen y huyendo acaban debajo de la rueda de un coche. Con las ostias no acaban las agresiones, se incrementan.

No me equivoco. Te hablo de lo que vi de niña.
Qué bella es la diversidad regional española.

Sí, y en Badajoz se decía "A la salida, detrás del frontón"

Y al atardecer de un domingo, 26 de agosto del noventa... Puerto Urraco. Cualquier tiempo pasado fue mejor.