Según Aristóteles, el bien es aquello hacia lo que todas las cosas tienden. Pues bien, descubrir cuál es este bien, pero manifestado de forma particular, en cada uno, aquello hacia lo que tendemos, nuestro destino personal, y actuar en consecuencia, eso es lo que da propósito a nuestra vida, lo que le da su sentido.
Y para ello, como dice Soytoru, para comprender y seguir este destino personal que es nuestro bien, que aporta sentido, hay que empuñar la propia vida y buscar la autenticidad, que es lo contrario a seguir ciegamente los condicionamientos sociales. Aprender eso, a distinguir entre lo propio y lo ajeno, lo autèntico y lo falso, con el fin de que la propia vida no caiga en el vacío, adquiriendo un sentido, es una de las funciones más importantes, creo yo, de la filosofía.