Dejemos una huella más humana: hagamos ciencia y poesía.



poesía - sust. fem. (poiesis: creación, producción) "Manifestación de la belleza o el sentimiento estético".

La mayor destreza del ser humano consiste en interpretar.

Inclinado desde su niñez mas temprana a entender conceptos primordiales, y a asumir comportamientos sociales que cualquier otro mamífero, en comparación con nosotros, manifiesta casi de inmediato, el ser humano no deja de construir y ensamblar a lo largo de su vida (y a través de todo tipo de lenguaje) su compleja realidad propia.



realidad - sust. fem. (aletheia: desvelamiento) "Perpetuo fin y devenir de toda potencia o entelequia".

Siendo ya preso, aquél, de la incertidumbre, nuestro ansia por adivinar y contemplar cualquier tipo de orden o armonía se apodera del pensamiento racional más primitivo, el inductivo (epagoge), y empuja al pensador a abandonar toda reflexión y análisis, para lanzarse estrepitosamente a llevar a cabo alguna acción sin más mesura.

Los animales actúan. Las plantas actúan. La materia reacciona incesante en el cosmos. "La vida", si no actúa, al menos sí atrae, como magnéticamente, el cambio, que se presenta en forma, o bien, de fenómenos, o bien, de acciones.




acción - sust. masc. (en-ergon: actividad y fuente de la actividad) "Ejercicio de transformación de la potencia del ser en hecho".

Conscientes de sí mismos, al menos, hasta cierto punto, los humanos interactuamos con nuestro entorno adivinando y confirmando, en igual ritmo y medida, en que hacemos y deshacemos nuestros propios planes; y vemos, así mismo, moldear nuestro carácter, a un ritmo proporcional al tiempo en que tomamos decisiones.



decisión - sust. masc. (krino: escoger) "Determinación de la voluntad en una acción".

Temerosos de caer en el propio engaño vergonzante, la responsabilidad que asumimos los seres humanos se ve condicionada por normas, costumbres, prejuicios, y en ultima instancia, ídolos o figuras de autoridad, siendo esta última la que recoge y emana todo sentimiento de recompensa, de frustración y de culpa; allanando así el camino a esa gran mentira: la ilusión de no-contradicción, y dando paso al triste y vacío, pero que, muy triste y vacío, concepto de "lo absoluto".



absoluto - sust. masc. (apo-: aparte, lejos/ ab-: privación) y (-lýsei: soltar, disolver/ -sollus: entero, todo) "Indisoluble". "Que existe por sí mismo". "Aquéllo que libera o absuelve".



¿Puede ser, por tanto, disolver, un camino más correcto? ¿Acaso podrían unirse dos puntos contrarios, de mutuo soporte, en un mismo espacio-tiempo? ¿No es mas probable ser capaces de entender las diferencias entre matices e imperfecciones, que intentar explicar dos o más entes distintos aplicándoles un mismo y único sentido? ¿Qué hacer con tantas voces bajo un significado unívoco?

¿No es mejor, aquéllo, como digo, que tratar de unir, ¡y a la fuerza!, una realidad que escapa (por mucho que nos atraiga el orden) a toda lógica y medida?

La perfección estética, la justicia y la verdad absoluta, sólo son conceptos. Y en mi opinión, demasiado fuertemente inculcados y mal establecidos; muy poco cuestionados para ser tan abstractos, y ciertamente relevantes.

Si el objetivo último del ser humano es, como decía Aristóteles, ser feliz, no deberíamos vivir por vivir, sino para ello. Y esto implica tomar parte, a diario, en un proceso, ejercicio del cual no tenemos hábito y por el que de nada vale fingir preocuparse cada cuatro años.

El peso que recae entonces en el ser humano es éste: separar para poder reunir, decidir para poder juzgar.

Aunque dé miedo equivocarse sin tener un mapa o un plan B, hay que atreverse a lanzar hipótesis y discernir; a obtener y disponer de voz propia.

Sólo así sabremos qué ladrillos van, y dónde, a la hora de edificar nuestra realidad común (si acaso, aún) con vistas a obtener cierta paz social.

No dejemos en manos de unos pocos, a menudo incompetentes y, a buen seguro que, en estos términos, tan ignorantes como cualquier otro, nuestro común legado, nuestro futuro, ¡el vuestro!; el futuro de las próximas generaciones y el de las siguientes; el del planeta, en su conjunto, y de todas las demás especies.

Hagamos del pensamiento ciencia y del lenguaje poesía; y mas bonita, justa y cierta, con nuestros actos, si podemos, la Historia.

No dejemos que pongan, por nosotros, con cualquier zarpa, su huella. Pues, tarde lo que tarde, algún día el tiempo lo dirá: en el final, que es aquella parte, la que más perdura, esa huella que queda, además de nuestra, lo es todo.