Alma escribió:
Entonces, quien afirma que todo lo que existe es obra de Dios, ¿ha de dar pruebas de la existencia de Dios? Schopenhauer, que atribuye las desgracias del mundo a la Voluntad, ¿ha de dar también pruebas de esta? Se me dirá que lo primero es teología y lo segundo metafísica, pero el resultado es el mismo: en ambos casos, se recurre a proposiciones indemostrables para explicar los hechos de la vida diaria.
Pues en mi opinión sí, si alguien pretende que existe Dios tendrá que dar algún argumento en favor de esa afirmación. Y si hemos de creer que el sistema de Schopenhauer es correcto tendremos que tener algún argumento en su favor. No creo que la compatibilidad con los hechos sea una razón en favor de una teoría filosófica, es más bien lo mínimo que hay que exigirle para tomarla en consideración. Si una teoría filosófica contradice los hechos, entonces es una estupidez. Si no los contradice, entonces podemos considerarla, pero aún no tenemos argumentos en su favor.
Si los argumentos en favor de una teoría son empíricos, entonces es una teoría científica. Una teoría filosófica ha de ser compatible con los datos empíricos, pero no basta con que lo sea para aceptarla.
Por ejemplo, en el caso del problema de los universales, tanto el realismo (pongamos por ejemplo el realismo extremo de Platón) como el nominalismo cuadran con los hechos (de lo contrario serían teorías absurdas). Para discutir cuál es la teoría correcta no se recurre a argumentos empíricos. Unos argumentarán que la solución nominalista es más simple y por tanto mejor, otros que el nominalismo supondría que nuestra conceptualización de la realidad es arbitraria y que por tanto es preferible el realismo, etc.
En algunos casos sí que se puede argumentar que cierta teoría encaja mejor con los hechos empíricos, pero eso habrá que hacerlo comprobando en que medida es compatible cada teoría con los conocimientos científicos aceptados en el momento.
Por lo demás, centrémonos, para no hablar en abstracto, de los dos ejemplos que he dado: sentimiento de culpa interiorizado y deseo autodestructivo. ¿Qué teoría ofrece una mejor explicación de ellos? En ausencia de enfermedad mental y, por supuesto, no reduciendo la cuestión a un vulgar economicismo: nada de me siento culpable por no poder pagar las medicinas a mi mamá pero es que cobro una miseria y estoy alienado en el trabajo y demás. Me refiero a estos sentimientos y comportamientos sin causa exterior clara, ínsitos en la psique humana.
Pues los determinismos biológicos también inventan soluciones muy imaginativas. El sentimiento de culpa habría surgido porque los individuos de grupos en que estaba presente tendían a ayudarse más entre sí, los efectos negativos del sentimiento de culpa serían daños colaterales. Las tendencias autodestructivas las podrían explicar como efectos secundarios de impulsos que en otras circunstancias pueden ser adaptativamente beneficiosos (agresividad, miedo, tristeza, etc.). Estas teorías tampoco tienen apoyo empírico.
El problema es que estas teorías dan explicaciones muy generales que se pueden adaptar a los hechos sean los que sean. En el caso del psicoanálisis los impulsos que parezcan favorecer la vida los ponemos en Eros, y los que la perjudiquen en Thanatos. A eso añadimos el superyo que no deja de ser una versión muy refinada de la "voz de la conciencia". Con esos elementos podremos explicar el comportamiento psicológico sea cual sea (sé que he simplificado bastante).
Si analizamos el psicoanálisis con razones filosóficas no parece muy plausible. ¿Qué son, desde el punto de vista ontológico esas corrientes pulsionales? Sí son algo inmaterial, el psicoanálisis es dualista, y hay buenas razones contra el dualismo. Sí son algo material (actividad neuronal, algún tipo de fluido, etc.), ¿por qué la ciencia no las ha identificado? Si se trata de algo no real, sino de un concepto abstracto que sirve para representar el funcionamiento de la mente, entonces el psicoanálisis está actuando como si fuera una ciencia, tratando de describir el funcionamiento de un determinado sistema empírico.
Si analizamos la compatibilidad del psicoanálisis con nuestros conocimientos científicos también surgen problemas. En los animales también hay conducta moral sin necesidad de que haya autoconciencia (estaremos de acuerdo en que, por lo menos en muchos de ellos, no la hay) y no hablemos ya de sentimiento de culpa. Además, en ciertas áreas la psicología científica ha llegado a conclusiones incompatibles con la teoría psicoanalítica (p. e. en psicología del desarrollo, causas de algunas enfermedades mentales, etc.).