Alma escribió:
Buf. El tema es difícil y mis conocimientos de psicoanálisis son muy limitados. Se me ocurre acudir a ejemplos tomados de la vida diaria, que al fin y al cabo es en ellos donde se manifiesta nuestro psiquismo.
Uno de los más interesantes es el deseo, que muchos experimentamos a veces, de actuar en contra de nuestros propios intereses, de sentirnos arrastrados por un comportamiento autodestructivo. Se incluyen aquí conductas arriesgadas, abuso de sustancias y, cómo no, el suicidio. Puede ser intentado explicar mediante algún tipo de trastorno mental o de la personalidad, pero el caso es que es muy común sentir de vez en cuando, de forma atenuada, esos impulsos, de forma que parecen formar parte de la estructura del psiquismo. Freud acuñó el concepto de pulsión de muerte, es decir, el deseo inconsciente de morir, para explicarlos, advirtiendo que se trataba de una pura especulación. Pero no he leído una explicación más satisfactoria de estos impulsos.
Otro ejemplo viene dado por las contradicciones en que incurre todo ser humano: a veces deseamos una cosa y a la vez la contraria. Nuestro comportamiento con frecuencia dista de ser coherente y unitario. La explicación de que existen varias instancias psíquicas en lucha contra sí mismas es un argumento de lo más interesante. Como muy interesante es el sentimiento de culpa. Es común tener interiorizado un sentido del deber. Se puede alegar que se trata de imposiciones sociales, pero con frecuencia no se trata de eso. Por ejemplo, sentirse culpable por no haber atendido suficientemente a familiares enfermos, a pesar de haber llevado a cabo una conducta irreprochable contra la cual nadie osaría decir nada. ¿De dónde procede pues ese sentimiento de culpa? Freud lo explica acudiendo al superyó, que ejerce una función de vigilancia y punitiva. La estructura psíquica, escindida, con un inconsciente que gobierna en parte nuestros actos, ofrece una tesis plausible que explique nuestras contradicciones, desorientaciones y actuaciones que no comprenderíamos si nos basáramos únicamente en lo racional, bueno, justo y conveniente.
Pero precisamente estás recurriendo a argumentos empíricos. Argumentas que el psicoanálisis da una buena explicación a determinados hechos que forman parte de nuestra experiencia diaria. Pero si la base para justificar el psicoanálisis fuera empírica, entonces sí que tendría que recurrirse al método científico para contrastarlo. Si el apoyo del psicoanálisis viene de la experiencia entonces se ha de poder comprobar experimentalmente realizando predicciones sobre qué tipo de comportameintos se darían en determinadas circunstancias. Y ya hemos coincidido en que el psicoanálisis no es una ciencia y que no hay apoyo empírico en su favor.
Entiendo lo que quieres decir, pero otras teorías (en mi opinión equivocadas) también proporcionan explicaciones a esos hechos que aparentemente pueden parecer plausibles y en favor de las cuales podemos recurrir a experiencias cotidianas. Por ejemplo, ciertas versiones extremas del marxismo que pretenden explicarlo todo a partir de la infraestructura económica (y seguro que podemos encontrar casos de conductas o trastornos que parezcan poder explicarse a partir de una mala situación económica o de relaciones sociales de dominación, etc. De hecho, creo recordar que Deleuze y Guattari explicaban la esquizofrenia a partir de una mezcla de elementos del marxismo y del psicoanálisis). Otro ejemplo sería la de teorías que pretenden explicar todos los elementos de la conducta y la psicología humanas desde la teoría de la evolución (siempre encuentran explicaciones plausibles para todo, ya se trate del racismo o del altruismo, y realmente sus explicaciones suenan bien, pero sus afirmaciones no suelen tener demasiada base empírica).
El problema es que si se recurre a la imaginación y se elabora una teoría de la que no se deduzcan predicciones precisas, siempre se podrá hacer que los datos encajen con ella y sus explicaciones suenen bien. En favor de la dialéctica hegeliana se puede recurrir a los casos de conflicto que todos conocemos, y siempre podrán agruparse los hechos en tríadas dialécticas si se tiene el suficiente ingenio. En mi opinión, hace falta algo más para que podamos decir que tenemos razones para creer que una teoría es correcta.