Marcoaurelio escribió:
Yo creo que mis intuiciones más profundas, las más queridas por mí, son más imágenes, analogías, que conceptos.
Es después, en un segundo momento, cuando intento traducirlas a conceptos y lenguaje. Por eso, siempre tengo la impresión de que una parte importante de lo que quiero decir se queda fuera del mensaje, se pierden los matices, la profundidad. Me siento como si fuera un indio Sioux del Oeste Americano: "mi...querer...decir...tu...bueno".
Durante muchos años de mi larga vida profesional mantuve un debate casi permanente con un compañero en las sesiones de casos clínicos y sobre otras cuestiones rutinarias que afectaban al servicio en el que trabajábamos. Nuestras discusiones se parecían -salvando las oportunas las distancias- a las del equipo médico de la serie House. Mi colega tenía una cabeza muy bien amueblada y razonaba brillantemente. Mi proceder era primariamente más intuitivo. Lo primero que visualiza mi mente, mi imaginación, son imágenes, analogías, semejanzas, recuerdos,.. y después los traduzco, con dificultad e imprecisamente, a conceptos y lenguaje. Pues bien, mi impresión era la de como si mi contrincante visualizara (pensara) sólo en dos dimensiones (pero con una extraordinaria precisión, muy brillante conceptualmente), mientras que yo lo hacía en tres, pero con un menor ajuste conceptual. En la teoría, él no tenía ningún problema en encajar las piezas del puzzle (el de la vida, el de lo real), mientras que a mi me costaba más encajarlas espacialmente porque yo veía además sus volúmenes, su profundidad y ello me apercibía de que el encaje en dos dimensiones sólo era aparente, pues por detrás, las prolongaciones de las piezas hacían imposible tal acoplamiento. Después, en la practica clínica, nuestros resultados, nuestra ratio de aciertos en los diagnósticos, era similar, aunque nuestras trayectorias cognitiva fueran distintas.
Considerando la evolución del impacto a largo plazo de nuestras respectivas decisiones, creo honestamente que funcionaba mejor mi manera de proceder, pero esta valoración es (evidentemente) puramente subjetiva y difícilmente contrastable.