Alma escribió:
Alfredo, acabo de leer tu post sobre la alianza entre ciencia y Estado. Desde luego es algo terrorífico, pero ese control democrático, ¿cómo llevarlo a cabo? La inmensa mayoría de los ciudadanos carecemos de conocimientos científicos, con lo cual carecemos de criterios para controlar a nadie, y lo único que se puede dar son científicos disidentes que dan su opinión contraria al discurso mayoritario, pero de nuevo los ciudadanos no pueden saber si la disidencia tiene razón o no. Todo esto se está dando en esta pandemia, no hace falta ponerse en un acaso. ¿Cómo instaurar un control democrático de la gestión del Covid 19?
Hola Alma, gracias por tu atención y comentarios. En efecto, una vez reconocida la perniciosidad intrínseca de la alianza ciencia-Estado (como en otros tiempos lo fue Iglesia-Estado), es necesario como bien apuntas llegar al punto crítico, ¿cómo controlar esta alianza en un sistema democrático?
Mi propuesta, en línea con los escritos de Feyerabend, es que las decisiones que incumben de modo relevante a todos los ciudadanos, como es el caso de esta pandemia, no deben ser tomadas en exclusiva por un gobierno-tecnócrata plagado de expertos de todos los colores, sino por un conjunto de NO-EXPERTOS con madurez suficiente para dirimir entre las diferentes hipótesis y teorías sobre la verdad (con minúsculas) .
Pero, ¿como podemos ejercer control siendo profanos en la materia? Podríamos pensar un simil con respecto a lo que se hace en un juicio con jurado para un delito de asesinato u otro delito grave. El tribunal lo compone gente madura que escucha, evalua y decide en base a los informes técnicos, periciales, policiales, etc, de todas las partes involucradas, escuchando todas las partes involucradas, sin tomar por válido o superiores
a priori unos argumentos frente a otros. Así pues, no son los peritos, técnicos expertos en criminología, etc, quienes deciden sobre el delito sino que lo hacen un grupo de personas maduras y capaces de razonar a través de un compromiso con la verdad y la justicia.
Así mismo, hemos visto que hay tantas opiniones de expertos como cadenas de televisión o partidos políticos, y los políticos han tomado decisiones tan dispares como comunidades autónomas hay en España, ¿por qué entonces debemos suponer que los expertos son los más capacitados para tomar decisiones que nos afectan a todos? ¿por qué no suponer también, que un "tribunal de personas maduras y comprometidas con la verdad" puede tener tantas opciones de acertar como los expertos? Mi propuesta sería la composición de un "Tribunal de la Razón" que esté abierto a todas las disidencias (la verdad no es patrimonio de nadie, ni siquiera de la ciencia oficial), que equilibre el absolutismo agobiante de la autoridad dogmática de la ciencia, aunque su uso sea necesario, y libere, al mismo tiempo, al gobierno de tentaciones absolutistas y totalitarias (como la criminilización de grupos de población, antivacunas, jóvenes, negacionistas, etc, o la toma de medidas electoralistas o partidistas).
Saludos,
PS. Permiteme un poco de corporativismo, y así, recordando además a nuestro padre Platón, este tribunal podría estar compuesto, entre otros, por filósofos