La fenomenología iniciada por Husserl tiene un lema “a las cosas mismas”, también el feminismo tiene el suyo propio “lo privado es público”. Y es que más allá de todo tipo de propuestas, la clave era emerger social y políticamente una realidad que quedaba de puertas para dentro (la violación hasta hace muy poco se resolvía dentro da la familia, acuerdos entre partes, casorios convenidos, bla, bla)
El ocho de marzo tiene una connotación “obrera”, no cabe duda, pero no se queda en la celebración de “el día de la mujer trabajadora”. La mujer trabaja y trabajaba, en el campo, en la fábrica…, pero de vuelta su lugar estaba en la casa. Mujer trabajadora es mujer que ocupa el espacio público con todas las consecuencias que eso conlleva. Un espacio que se va “conquistando” y que antes lo era sólo del hombre por lo que acarrea el consiguiente cambio de esquemas.
Traje el enlace de una noticia de un periódico que sé que no es información suficiente ni fidedigna, no olvidemos que los periódicos tiene su origen en las “gacetas” que los gobiernos de los reyes emitían para la comunicación de “su realidad” a los ciudadanos y ese concepto no ha cambiado, aunque detrás no haya reyes, o sí, digo que no he buceado más en el tema porque no quería dedicarle mucho tiempo, tampoco me atraen los cuerpos de seguridad, ni los uniformes, ni sus usos ni sus metralletas, pero eso es cosa mía.
Sin embargo, la propuesta lanzada por la compañera Adri me alarmó por la diferencia en puntos que representaba, 7/4 aunque por ahí leí que era 0.5 la diferencia de puntuación y entonces me pregunté por el “telos” de aquella medida. Porque todo tiene una lógica y una finalidad, nada es arbitrario ni unicamente responde a soflamas y algaradas políticas diversas. Esa noticia habla de una realidad social cambiante, de más de un 50% de la sociedad compuesta por mujeres, de la necesidad de abarcar esos desafíos sociales, no lo olvidemos, la mujer ocupa el espacio público, de la existencia de plazas para ello que no se cubren, se me ocurre cachear a mujeres delincuentes o controles en fronteras (qué pasa con la libertad de circulación y atravesar líneas, eso sí que se bloquea)... Y parece más un reclamo de un cuerpo altamente masculinizado que no tiene ningún atractivo para ellas. Esas plazas están quedando vacantes y la realidad social apremia. Veremos si las captan. Es otra forma de mirarlo. Ojo, siempre como “algo transitorio”, hasta crear tendencia.