Aparte de la mediocridad consistente en pretender concebir grandes pensamientos mediante grandes palabras, vicio del que ninguno está completamente exento, aunque sea por tan mínina razón como que todos somos usuarios del mismo medio, sí hay algo interesante que rescatar en la pregunta que planteas.
1) Hay términos de Heidegger (muchos) que a la hora de traducirlos habría, en principio, que escribirlos entrecomillados (como pura cita): "ser ahí", "estar a la mano", etc., porque, evidentemente, tales expresiones en castellano no responden en absoluto al significado ni, remotamente, al campo semántico que Heidegger concede y construye, o pretende, a través de su obra.
2) La terminología filosófica tradicional está consolidada en un doble campo semántico, uno profano y otro enterado o docto; nosotros, fundamentalmente, discutimos en el campo de lo docto: nos rebanamos los sesos y nos enzarzamos en peleas por mor de la definición de cosas tales como: cuerpo, vida, tiempo,... palabras de mención ordinaria pero en las que, producto de nuestra tradición, han aflorado significados distintos y, más aún, sistemas de ellas y un mismo campo semántico que podríamos llamar "filosofía"; escribimos "vida", con ese sentido contra-metafísico de la filosofía vitalista, y de hecho no la entrecomillamos.
3) Existen y existieron nobles intentos por tratar de incorporar ex abrupto, de alguna manera, esa nueva terminología filosófica al castellano, lo cual tiene todo el sentido del mundo; de hecho, si la filosofía de Heidegger llegase a ser algo de la importancia de Platón, por ejemplo, no habría "vulgata" que no se expresase heideggerianamente; entonces, ¿por qué no adelantarse a ello, si tal o cual filosófo cree que esa es la valía de Heidegger? (y el asunto trasciende a Heidegger: el tema del fin de la filosofía no carece de interés ¿Puede, entonces, conservarse el mismo campo de significados?) No me parece reprochable.
4) Recuerdo que no valdría entrecomillar, pues ello representa la postura misma de lo que no se quiere o no se puede representar en el propio idioma, o de lo que no se quiere reconocer su autoría, o reconocer que ésta es extraña (el sentido de cita; pero entonces también habría que dejar el término en alemán).
4a) Tampoco valdría dejar el sintagma tal cual, porque entre nosotros su significado es ordinario. Y "sujeto", "vida, "cuerpo, etc., ya están cogidos... En serio, ¿qué demonios hacemos con "dasein"? ¿Preferimos clavarle al diccionario español palabras alemanas, y hablar de dasein, (como de hecho se hace, sin comillas, sin cursivas, y quizás sea más preocupante) o bregar con los límites y posibilidades del propio?
Saludos.