Hola, Xna.
Un poco más arriba escribes:
Hola Moira. ¿Qué sentido tiene la repetición de sonidos inacabable con apenas variaciones? Creo que, si la obra se divide en nueve escenas de 20 minutos, no llegué a concluir la tercera. Las voces habladas son un bálsamo ante tanta sensación del ruido, también el violín, parece que vaya a arrancar algo de melodía, casi jadeas, pero... no.
Cabe situar a Glass dentro del movimiento repetitivo-minimalista. En obras como
Einstein on the Beach, el autor expresa una actitud reactiva respecto al serialismo y al postserialismo de la época. Esa miisma actitud la podemos identificar en
Música para 18 instrumentos, de Steve Reich.
A Glass no le interesa el orden canónico: armonía, melodía, ritmo. Lo invierte. Une armonía y ritmo. Esta subversión no la inventa Glass: he ahí el
Bolero de Ravel.
Glass prolonga la trama sonora y la hace lineal. Este recurso puede sorprender o dejar indiferente. A mí
Einstein on the Beach, más allá de cierto punto de vista académico que reconoce un impulso innovador en la obra, me resulta tan exasperante como emocionantes algunos de esos intervalos que le otorgan una textura muy distinta a otras composiciones más convencionales.
Un saludo.