ksetram escribió:
Oooh, ¡qué guay! Lo mío con el ajenjo fue una sucesión absurda de malentendidos, pero con la abuelita (al abuelito no lo he conocido) tengo una bonita historia de amor desde hace unos ocho o nueve años, gracias a mi pareja. Aquí conté mi primera experiencia (ya sale Castaneda en el primer párrafo, jiji):

www.jotdown.es/2014/08/la-enredadera-de-...-la-madre-ayahuasca/

Hola, qué interesantes las cosas que os coméis. El chamán del artículo lo desaconsejó para diagnósticos mentales. Y de posibles enfermedades latentes no manifestadas ¿dijo algo? La experiencia de un gran amigo con el LSD, ahora esquizofrénico paranoide y la existencia de enfermedades mentales en mi familia (cuatro tíos esquizofrénicos por la rama paterna, dos de ellos se animaron por sí mismos a pasar a mejor vida) me disuade demasiado de engullir cosas que me pongan a botar las neuronas, que sí tienen que brotar, que lo hagan solas. A mi me gusta el chocolate, 70%, eso si que es morirse y para emociones fuertes, conéctense a mi cerebro en modo REM, eso si que es flipar, que se lo pregunten al aire que respiro.

Xna escribió:
Mi padre trabajó un par de años en un hospital psiquiátrico, tenía que acompañar a los enfermos cuando entraban a ver al médico. Me comentó que cada enfermo era un mundo, pero que todos los casos de esquizofrenia que él había visto estaban relacionados con el haber consumido drogas anteriormente. Y que si sigue trabajando alllí, termina más loco que ellos.

Xna escribió:
Bueno, insinuó que quien tenga antecedentes familiares cercanos con esquizofrenia se lo pensara dos veces, así que haces bien en ser cauta. De todas formas, la ayahuasca no es un alucinógeno sino un onirógeno (vamos, que en ningún momento pierdes la capacidad de distinguir entre real e imaginario) con lo que no es a priori tampoco un (a ver si lo digo sin atragantarme) esquizofrenógeno. Alucinógenos potentes, en cambio, sí que pueden en algunos casos acelerar un proceso latente de esquizofrenia.

Xna escribió:
Joer, con esos antecedentes mejor el chocolate 70%, sí. Y las drogas endógenas, que tenemos los humanos varios métodos para provocar que nuestro propio cuerpo segregue sustancias chulas.

Confusus escribió:
Conocí a un sujeto que había estado de celador en un psiquiátrico en guardia nocturna. Una noche se le acercó un interno y le enseñó un mensaje que, según él, le habían mandado unos extraterrestres que pronto iban a visitar la Tierra (el mensaje era una poesía indescifrable). Mientras volvía a casa, el celador se preguntaba si lo que decía el interno sería verdad o no. Al día siguiente empezó a hacer gestiones para conseguir un traslado.

Alma escribió:
Sí, las noches son peores, parece que se descontrolan más, y tienen una medicación que deben ir cambiando para que no se acostumbren, etc.

Además como es un momento de teórica calma y soledad, todo resulta más extraño y asfixiante. El tipo se pasaba la noche solo, y cuando hablaba con alguien, era con los internos que le contaban sus desvaríos. Luego a casa a dormir y al hospital otra vez. Y así noche tras noche. Como además vivas solo y tengas poco contacto social, puedes empezar a derrapar a lo grande. Me contaba que los internos tenían una capacidad asombrosa para atraer a los demás a su mundo.

La verdad es que no sé si es genético, fueron niños en la guerra, los hermanos mayores de mi padre. Mi marido y yo somos primos hermanos, también nos va la marcha Ese tema me traía un poco de cabeza cuando nos juntamos. Al final hemos transmitido un gen recesivo a uno de mis hijos, en concreto una enfermedad degenerativa de la visión, algo desconocido en las crónicas familiares pero ya ves al final todo lo que hacemos por unas cosas u por otras tiene repercusión. Estoy más abonada a esas "sustancias chulas que segrega el cuerpo" y a las birras y patatas bravas.

Yo también me muevo en mi elemento con chocolate del 70% y alcohol más o menos moderado, maría poca y muy ocasional. Durante la carrera quería especializarme en psiquiatría, así que leía sobre temas relacionados y me pasaba algunos veranos en psiquiátricos haciendo prácticas. El verano del manicomio de Sant Boi me dejó una huella indeleble. El ambiente semicarcelario y la degradación de la dignidad imperante (quizás por la misma gravedad de los enfermos y su deterioro) constituían un revulsivo muy potente. Nos juntamos un grupo de médicos que se estaban especializando y algunos estudiantes interesados. En una ocasión montaron una sesión (un fin de semana, en un piso particular) con LSD para "comprender" mejor a los esquizofrénicos. Con dos vigilantes que no tomarían nada para controlar que no sucediera nada peligroso. Pensé que con lo temeroso que yo era mejor no me metía en esas lides, no fuera a pillarme un flash back hijoputa después cuando estuviera solo. No sé qué ocurrió porque después del evento se mantuvieron muy discretitos.

Otro verano lo pasé el IMPU, en el parque del Laberinto. El ambiente era más normal, aunque algunas salas estaban cerradas con llave. Aquí veía más "agudos", gente joven, la gran mayoría con trastornos relacionados con drogas. En muchos casos con anfetaminas (muchas señoras). El consumo crónico las dejaba bien piradas. ¡Como para animarse a consumirlas para preparar los exámenes! Era el momento de la heroína, que fue terrible. La coca aún no se había puesto de moda.
Así que lo mío es el buen vino (con las comidas), algún brandy de Jerez (ya casi nada) y algún que otro gin-tonic con los amigos en días especiales.