Anuska- escribió:
Me quedaba tan poquito del libro que lo acabé en un suspiro. No decepciona. El final es lo mejor. No me atrevo a analizar a los personajes principales X y Frédérique como contraposición o espejo la una de la otra. Lo que sí es cierto es que acabamos conociendo más a ésta última que a X, la escritora del texto.
Hola Anuska. También lo he terminado.
Quizás, por la brevedad, no me he explicado bien. De la narradora conocemos cosas de ella en contraposición a Frédérique. Cuando habla de la magnífica caligrafía de la francesa, habla de la propia, cuando habla de la ropa de su amiga que es holgada, la contrapone a la propia que es apretada, y así hace sucesivamente. Sabemos cómo es Frédérique y cómo no es la narradora. En realidad, es una especia de literatura del no, sabemos lo que no podrían decirse, lo que no podrían hacer, lo que no son, lo que no tienen, las cartas que no reciben... Una literatura de ausencias, la de los padres, por ejemplo.
A la narradora no le gusta estudiar, no le gusta el arte, no, no, no... Tan solo pasear, de la misma manera que hacía Walser, el escritor que murió en uno de sus paseos (junto al inicio de la novela). Bueno, hay otra cosa que le gusta: Frédérique
Saludos