¿Sabes lo que hizo el fundador de Apple, Steve Jobs, cuando le diagnosticaron cáncer?
En mi opinión todo este revuelo destapado con las "pseudociencias" es un dislate. Me explico, y me ciño a mi campo sanitario (soy enfermero de profesión): que una persona decida "curarse" un cáncer con romero, papaya, homeopatía o acupuntura no me suscita ningún tipo de problema siempre y cuando se cumplan dos premisas:
1- El paciente disponga de toda la información relevante con respecto a su patología y los medios disponibles por la ciencia a día de hoy para su tratamiento. Si su opción, a pesar de los medios ordinarios/protocolos ofrecidos por la medicina, son las llamadas "terapias naturales" ofrecerle los datos existentes analizados por la ciencia de qué evidencias hay con respecto a su efecto sobre la patología presente y lo que debe esperar de ello.
2- Que el paciente, en plenas facultades mentales y de raciocinio, con toda la información disponible en su poder elija libremente y asuma la responsabilidad de dicha elección.
Es decir, si el paciente está completamente informado, es consciente de la decisión que toma y está dispuesto a asumir la total responsabilidad de la misma, ¿cuál es el problema? ¿Es que pensamos que todos los pacientes son una panda de ignorantes o unos incapaces de decidir lo que quieren para ellos mismos? ¿O es que se quiere continuar con el modelo científico paternalista preexistente? ¿O deben primar mis prejuicios como sanitario imponiendo mi decisión sobre la del enfermo a sabiendas de que ha tomado meditadamente la suya?
En mi humilde opinión, legislar sobre la libertad de la persona a decidir libremente sobre aquello que quiere recibir como tratamiento me parece un craso error. ¿O es que pensamos que la ciencia de la Medicina no realiza intervenciones con poca o nula evidencia? ¿Hablamos del protocolo "no-hacer" en medicina? Por poner un ejemplo, que los hay a cienes. Aquí el problema que subyace, a mi modo de entenderlo, y más allá del Medicina VS "terapias naturales", es el de la libertad de elección. ¿Quién va a imponerme si debo tratarme con quimioterapia o con valeriana? ¿Por qué? ¿De qué estamos hablando? De la salud individual, del bien más preciado del ser humano sin el cual puede perder aquello que le capacita a todo lo demás en su condición del mismo: la vida. ¿Quién debe elegir entonces en última instancia?
El problema no son las pseudociencias (que también, pero estimo que un foro de filosofía no está para hablar sobre ellas y su controversia) sino el derecho de información y de decisión del paciente. Y se quiere privar al paciente -no voy a entrar a establecer juicios de valor sobre sus decisiones vitales porque no me incumben ni siquiera como sanitario- de poder elegir en algo tan íntimamente personal como su salud.Y eso me parece un atentado a la bioética y al principio de autonomía del paciente (se considera al paciente como sujeto con autonomía, capacidad de elección y como titular de derechos fundamentales). A mi, como profesional de la salud, me podrá parecer que tratarse una enfermedad como el cáncer con homeopatía es una aberración, que de hecho así me lo parece, y le haré saber al paciente los riesgos que corre junto con toda la información de relevancia que exista sobre su enfermedad, el tratamiento ortodoxo y la homeopatía. Pero la libertad de decidir es del paciente en el pleno ejercicio de su derecho. ¿Tanto nos cuesta asumir eso? ¿Podría haberse salvado Steve Jobs? Lo dudo ante un cáncer de páncreas. ¿Que podría haber prolongado 3 ó 4 años más su vida mediante la cirugía? Sin duda. Pero eligió libremente y no voy a juzgarle por ello aunque su decisión estuviera en contra de mis creencias.
Les puedo asegurar a todos que esta persona no está ni loca ni padece ninguna enfermedad mental. Es una persona tan “normal” como cualquiera de nosotros. Simplemente está influida por esa corriente de pensamiento que considera que con el poder mental y con propiedades naturales se puede salvar incluso a un cuerpo del cáncer. Y si ahora me dices, Agar: “!Cuánto miedo! pues te diré que en esos casos, como el de mi compañera, mucho”
¿Por qué esa persona que toma tan íntima decisión debiera estar loca y no ser "normal"? Y la toma de decisión influida por la corriente new age... He de suponer entonces que yo tomo las mías influido por la corriente cientificista. Las creencias y decisiones de cada cual le son propias y válidas independientemente de lo que sean para mí y mientras no perjudiquen a nadie más que a sí mismo. No tengo derecho a dudar de la "normalidad" de nadie porque sus postulados estén en las antípodas de los míos. ¿La fitoterapia es una pseudociencia cuando se sabe que entre el 60 y 70% de los principios activos de los medicamentos proceden de las plantas y que por ejemplo en 2015 la farmacóloga Tu Youyou obtuvo el nobel de medicina precisamente por su estudio del efecto del principio activo de una planta de la farmacopea tradicional china sobre la temible malaria?
A mi lo que me da miedo es que en base a un único criterio llamado ciencia, catalogado como el exclusivo para dar validez al conocimiento se permita legislar las decisiones de cada cual en virtud de una supuesta ignorancia del mismo que precisamente la ciencia no es capaz de asumir. Una cosa es que la ciencia sea el filtro más fiable de conocimiento que poseemos y otra es que se erija como el portador de todo conocimiento absoluto y válido pasando por encima de la autonomía humana en su capacidad de elección y en su derecho a equivocarse. Por ahí, y mira que me apoyo en la ciencia a diario, no paso. La historia nos ha demostrado mil veces que no pocos dislates fueron luego, investigados con otros medios, un notable descubrimiento. La ciencia es magnífica, sin duda alguna, pero debe ser más humilde y prudente en algunos aspectos y asumir que no tiene respuestas para todo, algunas de las que tiene son todavía discutibles e incluso en un futuro pudiera ser que erróneas, y ello no es malo, sino que forma parte de su ideosincrasia.
Perdón por el ladrillo y por supuesto sin acritud de ningún tipo en mis comentarios hacia nadie. Me he limitado a reflexionar en "voz alta" sobre un tema que está en mi día a día.