Hola
Rocinante escribió: Esta pequeña introducción era simplemente para preguntar: ¿cómo podéis estar tan seguros los ateos de que Dios no existe? Lo que me lleva, por lógica, a preguntar a los creyentes: ¿cómo podéis estar tan seguros de que Dios existe? Ni unos ni otros tienen prueba alguna que sustente su íntima convicción, por lo que tan solo el agnosticismo me parece una postura razonable.
¿Y por qué en vez de la clasificación ateo/agnóstico/creyente no usamos esta otra: es relevante la existencia/inexistencia/no-sabe-no-contesta/de Dios/dioses o le es irrelevante?, ¿qué es eso que lo hace relevante?
Vuelvo a la moral y a Kant que distingue la ley de la naturaleza y la ley de la libertad y entre ambos dominios el abismo. De la felicidad, dice, pertenece a la ley de la naturaleza, a la sensibilidad, es algo particular, tal vez un producto de la imaginación, de la virtud, que sale de la ley de la libertad. Para la cuestión de la moral, en el esfuerzo por ser virtuoso, la felicidad queda fuera, aun lado, la virtud es un perserverar en su vida virtuosa sin ese horizonte de felicidad pero ¿qué ocurre?, soy humano, ¿qué pasa si caigo en este esfuerzo, si me rompo? Es relevante la existencia de dios, hay una necesidad de dios, hay que postularlo para que el virtuoso no se venga abajo. Dios será ese mediador, esa síntesis entre virtud y felicidad. El horizonte del virtuoso será el reino de los fines, una comunidad moral. La naturaleza se sustituirá por el mundo, la temporalidad por la historia en una filosofía de la libertad. Caminemos virtuosamente hacia ello y si flaqueamos, hagamos pues como si existiera un Dios...
¿Y para Nietzsche? ¿por qué un dios? para fijarnos en un más allá y perder pie en el acá. Para sujetarnos a una moral que no son sino los postulados de otros más fuertes, el ejercicio de la voluntad de poder de otros que acato y asumo por esa proyección a lo lejos sin incorporar todo lo que de brutal tiene la vida, posponiendo el aquí a otro momento de no dolor, de no sufrimiento... también es relevante un dios e ¿irrelevante? Como en el Don Manuel de Unamuno, cómo podría decirte que Dios no existe si a cambio no tengo nada mejor que ofrecerte.