La verdad es que no sé por dónde empezar.

La misma película fomenta la exégesis pero ¿se atinará con la intención del autor?, o ¿la intención en sí sería la realización de una obra abierta? Ni los mismos comentarios del director aclaran el asunto.

Como es obvio, estamos lejos del Perro andaluz pero, no obstante, afloran elementos surrealistas como la reiteración temporal (que también aparece en el episodio de Sandman) o en algunos diálogos que bien podrían haberlos firmado Cuerda (el “aquí es que no se desayuna” es como el “pues yo me voy a sacar la chorra”).

Aun así, con lo dicho, creo que muchos de los elementos que podrían calificarse como tales no lo serían. Así, por ejemplo, la aparición de los corderos podría “explicarse” por el guión mismo: la primera vez que salen, en la cocina, se dice que se trata de una broma. Ahora bien, las connotaciones simbólicas que aparejan son tan potentes que prevalecen. ¿Cuándo los matan es un sacrifico o solamente obtención de comida? Igualmente sucedería en la escena de la mano, en ella aparece la actriz sola en planos medios de la habitación lo que lleva a pensar que se trata de una alucinación febril. O cuando saca del bolso las patas de pollo para conjurar el maleficio, no recuerdo si antes o después, se la describe como creyente a ultranza: ella es así, rara, pero lo es.

Pero, sobre todo, el asunto de la imposibilidad de salida (o de entrada a la casa) creo que podría tratarse de un macguffin. Es el detonante para lo que se propone contar pero es irrelevante su causación. Me explico. La película sería como un estudio mirmecológico [lo he buscado en la wikipedia, no os vayáis a pensar], como esos terrarios para hormigas con el fin de estudiar su vida social a través de una capa de cristal, pero aquí bajo una situación extrema. Sería semejante a la ceguera del Ensayo de Saramago.

La resolución me parece un deus ex machina en toda regla. Se supone que se “abre” la habitación porque todos están en los lugares que ocuparon al principio pero ¿y los que han muerto?. Otro apoyo de que se trata de un macguffin.

Con respecto a que se trate de una crítica social, sobre todo a la “alta sociedad”, tengo mis dudas. Es cierto que la mayoría son seres deleznables pero no todos. El doctor siempre intenta poner cordura, el anfitrión, aun a sabiendas del engaño de su mujer, se erige como chivo expiatorio, y el mayordomo ofrece su “comida”.

Quedan mil cosas pero se me cierran los ojos.

Un saludo.