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TEMA: ¿Cuál puede ser el papel de la filosofía en el bachillerato español?

¿Cuál puede ser el papel de la filosofía en el bachillerato español? 21 Jun 2018 13:19 #43498

  • darkos
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Para comenzar podemos señalar que toda sociedad que haya superado el estado de salvajismo, estará dotada de una concepción del mundo, de una filosofía en sentido lato: la cosmovisión hindú, azteca, inuit… Dichas cosmovisiones podemos proponerlas como el antecedente inmediato de la filosofía en sentido estricto ya que evolucionan sin salirse de su propio ámbito cultural.

Completamente contraria es la filosofía en sentido estricto, representada por la tradición helénica. Esta maneja ideas tales como categoría, dialéctica, sustancia, &, que proporcionan visiones científicas y racionalistas del mundo.

Recordando que la filosofía no es un saber acerca del pasado, podemos diferenciar entre:

A) Filosofías exentas del presente: estas toman a la filosofía como algo absoluto al cual no le afectan los asuntos del presente: Ej: las sectas gnósticas señaladas por San Pablo que en nuestros días pueden entenderse como la ideología New age.

B) Filosofías implantadas en el presente: Sus temas de reflexión proceden del presente en marcha.

Antes de meternos con el papel que cada tipología filosófica pueda representar respecto a la educación, debemos de delimitar los conceptos temporales que vamos a utilizar: presente-pasado-futuro.
El pasado está formado por el conjunto de hombres que influyeron En mi generación sino que nosotros podamos ya influir en ellos. [Pa ⊆ P]

El futuro está constituido por el grupo de hombres que mi generación determina sin que ellos puedan influir en nosotros. [P ⊆ F]

El presente pues se nos presenta como un juego de influencias mutuas. [(Pa ⊆ P) ˄ (P ∉ Pa) ∧ (F ∉ P)]

[P (presente), Pa (pasado), F (futuro)]

La existencia de la filosofía como filosofía administrada es herencia del franquismo puesto que la primera vez que localizamos la asignatura de filosofía (a secas) dentro de un Plan de Educación es en el Plan de Educación de 1938 elaborado por Pedro Saínz Rodríguez, miembro del bando nacional.
En dicho Plan la filosofía fue concebida como filosofía escolástica en el sentido de los Preámbulum fidei de Santo Tomás. Al lado de esta asignatura nos encontramos también con la asignatura de religión y con el antecedente de la educación para la ciudadanía de ZP, la Formación del espíritu nacional.

Aclarada la herencia franquista de la filosofía administrada, debemos realizar un pequeño recorrido histórico ayudándonos para ello de un vector temporal:

Podemos decir que la autonomía de la filosofía se mantuvo durante todo el franquismo sin excesivos cambios hasta la llegada de la Ley General de Educación del periodo de la Transición. A partir de aquí, la filosofía presentó una miscelánea de gnoseología, lógica, metafísica, moral, antropología, &, además de ser acompañada por una nueva asignatura denominada ética que se proponía como alternativa a la religión. Por último, dentro de este plan, nos encontramos ya en COU con la Historia de la Filosofía.

Con la Ley General de Educación, la filosofía mantuvo su horario semanal de cuatro horas para filosofía y cuatro horas para historia de la filosofía pero en los años noventa con la llegada de la LOGSE, la asignatura de filosofía se transforma en una miscelánea de epistemología y axiología, y se reduce a tres horas semanales.

Con la LOMCE de 2006 la asignatura de filosofía adquiere una garrapata: “Filosofía y ciudadanía”, como digna heredera de la política krausista del gobierno socialista.
Por último, la llamada Ley Wert convierte a la historia de la filosofía en una optativa encasillada en la modalidad de humanidades y mantiene a la filosofía de primero de bachillerato con un horario de tres horas semanales donde queda prácticamente reducida a cero la filosofía analítica y la lógica.

Esto nos lleva a presuponer un futuro dubitativo para la filosofía administrada dentro de la Nación política española.

Una vez expuesta la clave temporal, vamos a analizar las relaciones que las diferentes tipologías de filosofía puede establecer con la educación en general.
Desde un punto de vista emic debemos reconocer el carácter ideológico-instrumental que tiene la filosofía administrada respecto del ortograma político de la Nación. Así la Summa teológica se nos desvela vinculada a los planes del Imperio y el Diamat soviético vinculado a los planes de otro Imperio.

1 &. El papel de la filosofía histórica respecto de la educación en general

La filosofía exenta, en su forma historicista, es la realmente existente en nuestros centros de enseñanza, reduciendo dicha disciplina a una rapsodia doxográfica en la que Platón o Aristóteles mantienen una relación de isobalencia con respecto a las figuras de Fídias o Praxíteles, como meros elementos de la cultura.
Dicha formulación puede crear la idea falsa en nuestros ciudadanos sobre que la enseñanza de la filosofía debe consistir en proporcionarle al pueblo un conjunto de <pensamientos> que puede consumir de la forma que más le convenga. Así la filosofía queda inserta como un producto más del mercado capitalista.
Este tipo de filosofía puede tener como misión la análoga a la enseñanza de música: mientras que esta última tiene como objetivo la creación de un determinado gusto musical, que proporcionará además el saber distinguir un clarinete de un piano, la filosofía tendría por objeto el proporcionar una cierta actitud crítica para que los ciudadanos no hagan el ridículo en la plaza pública presentando ideas como suyas cuando realmente son producto de las ideologías.


2 &. El papel de la filosofía adjetiva respecto de la educación en general

La filosofía adjetiva es aquella surgida de los procesos psicológicos (mi filosofía) y es enormemente influyente en nuestros días ya que conlleva la disolución de la filosofía Académica en una filosofía mundana acaecida desde la interpretación marxista de la disolución de la filosofía en la clase universal de la ciudadanía.
Ahora bien, debemos recordar que si bien todos somos filósofos, no todos somos filósofos académicos y que dichas filosofías adjetivas son simples reconciliaciones con el presente que no llegan a emanciparse de las circunstancias subjetivas.

3 &. El papel de la filosofía crítica respecto de la educación en general

La filosofía crítica, al igual que la adjetiva, se nos presenta incrustada en el presente, pero a diferencia de aquella, la filosofía crítica intenta rebasar críticamente el presente efectuando un regressus que posibilite un mínimo sistema doctrinal de ideas con las que en el Progressus interpretar los fenómenos presentes. Dicha concepción fue definida por Atilana Guerrero como a caballo entre el escepticismo y el dogmatismo, cuya finalidad sería la trituración de los mitos y la clarificación de las ideas implicadas en la representación del presente en marcha.
Como podemos ver, dicha tipología será la más adecuada para la formación de nuestros ciudadanos pero debemos preguntarnos: ¿Existe realmente un cuerpo de profesores preparado para ejercitar dicha crítica y no solo orientado a ofrecer una rapsodia doxográfica de fetiches?
Ante esto debemos recordar que:

A) El cuerpo de profesores de filosofía no es un cuerpo homogéneo más que desde el punto de vista burocrático.

B) La formación del juicio de nuestros ciudadanos procede mayormente de sus experiencias sociales y minoritariamente de la educación reglada, por tanto es absurdo atribuir a la educación el papel de <enseñar a pensar>.
El saber académico de tradición platónica es un saber histórico, no político-administrativo y la institucionalización de la filosofía conllevó el inicio de una dialéctica negativa en la que la filosofía tendió a asemejarse institucionalmente a la organización de los saberes positivos y por tanto al análisis de sistemas ya dados.

La filosofía crítica implica que quien la lea o escuche pueda juzgarla por el mismo, formarse una opinión sobre ella y aunque no todos seamos filósofos académicos, nada sería más indeseable que el tribunal de la razón fuera ocupado por especialistas ya que la filosofía crítica tiende a desbordar todo gremialismo.

Una vez definida nuestra posición podemos decir que en nuestro presente, la crítica filosófica debe estar orientada hacia la trituración de tres fundamentalismos: el fundamentalismo político, religioso y científico.

La tesis que estamos intentando sostener aquí es que el papel que tiene la filosofía en el bachillerato es análogo al papel que tiene la filosofía en la nación política, es decir, en una sociedad civilizada, no salvaje ni selvática en la que no hay filosofía como es natural: el hombre Neanderthal no filosofaba, bastante tenía con estar ahí viendo donde había una bellota o un carnero para comérselo.
Así también la reflexión filosófica tiene como origen lo que antaño se llamó la <edad de la razón>. Las preguntas infantiles no pueden considerarse como filosóficas, ya que la filosofía como dijimos parte del teorema y no de la ignorancia. Un niño aunque fisiológicamente esté completo, es puro vacio. Ni siquiera el Dios de la teología puede crear a un individuo de cincuenta años, precisamente porque este tiene cincuenta años tras de sí y si no, no es nada. La pregunta infantil es una rutina, un estereotipo que puede llegar a ser estúpido debido a la reiteración.
De esta forma, el bachillerato podemos entenderlo como un microcosmos de la Nación política e histórica sin la cual no hay filosofía ya que cada nación tiene una historia y sin esta tampoco hay filosofía. La historia es totalmente fundamental.

Como vemos, el papel de la filosofía en la educación es una reproducción del papel de la filosofía en la nación, el cual es fundamental y, tristemente, la situación del presente en la que nos encontramos es el resultado de hacer filosofía totalmente a cero, como un producto subjetivo que encaja muy bien con la idea fuerza del fundamentalismo democrático: el creer que podemos opinar lo que queramos sin tener en cuenta la dialéctica, es decir a quién o a qué nos enfrentamos. Esto impide el debate y las cosas que se dicen son totalmente vacuas, imprecisas, propias de una mentalidad adolescente: no saben ni cómo funciona la banca, ni los bancos, ni la política, ni el poder&, solamente vamos contra ellos.
De esto se derivan contradicciones como la división dentro del bachillerato en ciencias y letras, división absurda de tiempos recientes que se olvida de aquellas personas que se dedican a álgebra, lógica simbólica, &. Por no acordarnos de las llamadas <facultades de humanidades> ¿Qué pasa que los sujetos de las facultades de ciencias no son humanos, o que las ciencias no son producto humano?
Como vemos aquí tenemos una serie de criterios ridículos funcionando.
Para poder comprender un poco mejor la función que la enseñanza de la filosofía tiene en el conjunto del bachillerato podemos dibujar la imagen de la symploke. Esta afirma que las cosas no se dan entre sí totalmente relacionadas ni totalmente aisladas sino que algunas tienden a relación y otras no. Es decir, el número de ideas implicado en un problema no es ilimitado y tales ideas no se encuentran aisladas entre sí, sino en symploke. De esto podemos decir que cada nombre tiene un referente pero múltiples significados, tal como nos muestra Platón respecto de los términos <amor> y <amistad>.
Aplicando este principio, podemos comprender al bachillerato desde la doctrina holótica: la teoría de los todos y las partes. De esta forma, el bachillerato será entendido como un todo compuesto por partes (matemáticas, biología, música, lengua española, historia, física, dibujo técnico, geología, &.) y la filosofía como ejercicio de conexión entre esas partes.

Ante esto, debemos recordar que dichas partes o categorías no agotan la realidad y por ello la tarea es la de descubrir las conexiones, desconexiones y discontinuidades entre dichos campos a fin de obtener lo que venimos denominando como mapa-mundi.
Esto excluye la idea de proponer una totalización absoluta ya que el campo en el que te mueves no agota la realidad. Esta será la principal actitud crítica y por decirlo en la famosa fórmula de Letamendi, Doctor y profesor de medicina en la Universidad de Barcelona (1828-1897) “el que solo sabe de medicina, ni medicina sabe”.
¿Por qué? Pues muy sencillo, porque la pregunta ¿qué es la matemática? No la responde el matemático en cuanto matemático. Es como la historia de aquel compañero de Bueno que se dedicaba a teoría de conjuntos y decía: - los teoremas de conjuntos son tan resistentes como esta pared. Dicho esto se pegaba con la cabeza en la pared. Bueno ante estas actitudes fundamentalistas siempre recordaba que se trataba de diferentes conceptos de la idea de solidez.
De esto resulta que un individuo que era un verdadero experto en teoría de conjuntos, cuando intentaba decir que es un conjunto no sabía lo que decía. Otro ejemplo podemos proponerlo con el caso de uno de los grandes matemáticos del siglo pasado, Beltran Russell. Russel es autor de principia matemática, además de gran filósofos, y en dicha obra dedica páginas y páginas a definir al número. Léanlo ustedes y sabrán lo que es bueno, ¿verdad? Pues bien, resulta que al final no nos dice lo que es el número, nos dice muchas cosas pero no nos aporta una conceptualización del número, no sabe lo que es. De esta forma un matemático expertísimo como lo fue Russell, se daba cuenta de que no había agotado el asunto en absoluto.

Como vemos la realidad está compuesta por parcelas que no la agotan, que no sabemos para qué sirven ni lo que realmente son. Un ejemplo de esto lo podemos encontrar hoy en la política: Dentro de un Estado nos encontramos con ministerios distintos como el de agricultura, cultura, obras públicas… los cuales se conciben como independientes entre sí, aunque todos sabemos de su relación estructural. Más aún, en frecuentes ocasiones vemos que una parte intenta gobernar al todo: ¡esto es cuestión económica!, la clave está en la economía. Ante esto vemos que los economistas hacen lo que pueden pero, la economía, al igual que la meteorología no debe andar muy bien cuando por ejemplo, premios nobel de economía nos aportan visiones muy diferentes sobre la crisis. Como cuando en una cadena nos dicen que mañana lloverá y en otra que mañana hará sol.
Cada parcela, no está totalmente asilada de las demás, pues por ejemplo, un economista puro (no sabe nada más que de economía, en la que es un experto) sería un desastres, no tendría la mínima prudencia.

Hoy, esa prudencia de la que hablamos, se responsabiliza en la idea de cultura: “eso es por falta de cultura”. Ahora bien, ¿quién es esa señora llamada cultura que a mí no me la han presentado? Absolutamente nadie sabe lo que es la cultura; ni el ministro de cultura, ni el concejal de cultura ni el consejero de cultura. Ellos tienen una definición para andar por casa que es la propuesta por el artículo 44 de nuestra Constitución:“Los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que todos tienen derecho”. Ante esto debemos preguntarnos ¿a qué cultura?, ¿a la cultura maya, cretense, egipcia, &? No eso no por dios, ¿Entonces? El problema es que allí redactando el artículo estaban los vascos, los gallegos y los catalanes.
Otra ambigüedad: El Ministerio de Cultura no tiene nada que ver en principio con el de agricultura cuando, agri-cultura, es históricamente por lo menos el origen de la cultura.
Lo que llamamos cultura subjetiva es una simple metáfora tomada de la agricultura y aplicada al alma: el alma viene a ser el campo virgen el cual se cultiva, no ya con el arado, sino con la pluma o lo que fuera. Hoy aun nos queda la expresión española “le gusta mucho cultivarse” en el sentido de la cultura subjetiva.

Ahora bien, lo que se entiende por cultura en nuestra constitución no es esta idea sino la cultura objetiva. Objetivada en materiales concretos animados o inanimados.
Dicho Ministerio además tampoco guarda relación con el de guerra, siendo esta como todos sabemos una de las mayores formas culturales. Esta tesis de la guerra como institución cultural es una tesis ya muy vieja que volvió a ponerla en primer plano Marx y Engels cuando proponían que <las guerras se ganan no solo en función del valor, sino también por el armamento que presentan dichas sociedades>. Dicho armamento bélico adquiere mucho más protagonismo a medida que avanzamos en la historia: la Segunda Guerra Mundial fue una locomotora de la técnica; cibernética, internet…. Todas estas cosas fueron en sus inicios de origen militar.
Así pues la guerra se nos presenta totalmente relacionada con la industria, con el armamento y por tanto hablar de cultura sin hablar de guerra es sinónimo de la pobreza mental que ese individuo tiene acerca de las parcelas que atraviesan la idea de cultura.
Pues bien, entonces la situación es la siguiente: tenemos un orden de realidad, la realidad de una sociedad civilizada, que hoy, en la época de la globalización, abarca a toda la tierra. Cada departamento de esta realidad se dedica a sus cosas, va a lo suyo, es decir, es lo que los griegos denominaban como ser idiota. Idiotae es el que va a lo suyo. Cuando en las necrológicas encontramos: fulano de tal, y más abajo; fue un hombre honrado que iba todos los días de su trabajo a casa y de casa a su trabajo. Pues este es el prototipo de lo que los griegos llamaba idiota, el que se dedica a lo suyo. Esto evidencia que la situación actual es de idiotismo, la gente va a lo suyo y no tiene tiempo para más. En consecuencia la cabeza se estrecha y comienza a disparase la lectura de novelas que se publican por cientos. Cada año salen unas 200. 000 novelas y otras 400.000 todavía no se han publicado. Dichas novelas suelen ser copias de películas y la gente las lee y como entiende bien eso, pues ya tiene cultura, eso es cultura. Ante esto debemos recordar que el libro no es cultura salvo en su parte tecnológica.

La situación que estamos planteando es muy seria respecto al papel de la filosofía puesto que si hemos acordado que el saber sobre el mundo tiene tres posibilidades: ciencias positivas, la religión y la filosofía. Y, como hemos dicho, las ciencias positivas no pueden formar una visión de la realidad y la religión nos exige un acto de fe, el profesor de filosofía tiene la misión de mostrar a los ciudadanos el mapa de dicha realidad.
Por ejemplo, hoy nuestros ciudadanos salen en su mayoría del bachillerato con la visión que desde la física y en especial desde la cosmología Big Bang puede explicarse el omnitudo rerum y si a dicha teoría cosmológica le añadimos la teoría de sistemas o paquetes de genes, ya obtenemos el resumen del universo.

Constantemente vemos por la televisión imágenes de CERN, donde nos muestran a científicos, sobre todo físicos, estudiando, buscando el Bosón de Higgs y cosas de este tipo. Metidos completamente en la cueva se pasan los días porque allí, allí está la clave de la vida que, después los cosmólogos como Carl Sagan nos venden como la imagen del universo. ¿Pero esto qué es?, ¿de qué se trata? Pues de formar a oleadas de estudiantes para que salgan de las facultades de ciencias físicas y biológicas y que busquen los principios de la vida en esos departamentos. Después obtenemos el <todo es química>, <todo es economía> y todos los todos que ustedes quieran.
Estos reduccionismos olvidan que dichas cuestiones que intentan desentrañar son antiquísimas, procedentes precisamente de la fase de la metafísica presocrática. Intentan totalizar al todo desde una parcela.
Por el contrario, el ejercicio filosófico no es nunca de totalización: Ignoramus, ignorabimus. Nosotros distinguimos entre los conceptos emanados de cada disciplina como el concepto de base, de ácido, de soneto, de acorde en sol mayor, &. Conceptos definidos perfectamente pero que sin embargo no agotan nunca la realidad. Dichas construcciones conceptuales van arrastrando ideas, las cuales son objetivas, no subjetivas. Por ejemplo la idea de mesa: la mesa no puede reducirse a un plano conceptual como pueda serlo la carpintería en la que quede definida como un mueble con cuatro patas (¿y si tiene tres?, ¿y si en vez de ser cuadrada es redonda?).
Los conceptos que se van formando en los respectivos campos y que permiten un rigor profesional, no nos permiten salirnos del propio campo. Por ejemplo, el concepto de 0, de clase vacía, no puede explicarse dentro del campo de las matemáticas sino que el propio campo de las matemáticas va arrastrando una serie de ideas mucho más generales e imprecisas que los conceptos. Otro ejemplo sería la idea de punto. Euclides lo define como aquello que carece de partes, es decir, no es extenso, es a-dimensional. Pero entonces, ¿Cómo se integra el punto en la línea, en la recta, en el plano o en el poliedro?

La filosofía como reflexión de segundo grado no es una parte más del mundo pero tampoco la totalización, puesto que el todo no puede ser infinito ya que entonces no sería nada. El propio universo tiene que ser finito como bien afirma la teoría de la relatividad: si la distancia (D) aumenta al infinito entonces la fuerza (F) disminuye a 0 provocando la ausencia de gravedad. Dicha idea no surgió de la nada, sino que Aristóteles ya había concebido al universo como finito debido a que si fuese infinito seria infinita la distancia entre dos puntos negando las relaciones y el propio universo.

Con esto queremos decir que una vez que las ciencias positivas se constituyen y establecen sus “cierres categoriales”, como diría Gustavo Bueno, es ridículo seguir manteniendo la “libertad de conciencia”, posible ante un dogma teológico, pero ridícula ante un teorema científico.
Proponemos como caso práctico de la crítica filosófica a la actual teoría del Big Bang. Esta teoría no puede entenderse al margen de la teología puesto que fue el Cristianismo el que introdujo la idea de creación de la nada ya que para los griegos la materia era eterna. El mundo como producto de Dios es una cosa muy difícil de comprender pero revolucionó todo el panorama filosófico y de la cosmogonía.

Esta Idea fuerza del creacionismo continuó hasta nuestra actualidad aunque claro está con diversas modulaciones. Por ejemplo, Kant entendía a Dios como el relojero que ajustaba las leyes del universo frente a los materialistas que presuponían la eternidad de la materia aunque esta naturalmente tendría como fin la muerte térmica del universo.

Como todo el mundo recuerda, hacia la segunda década del siglo XX Habel descubrió la famosa teoría de la expansión del universo y Einstein introdujo su famosa constante para imposibilitar las degeneraciones de las demás constantes del universo al expandirse este ya que el mundo de hoy sería mucho más extenso que el de hace 50.000 años.
Dicha constante tuvo sus fallos y por ello Hoyle tuvo que introducir una teoría secularizada: la teoría de la creación continúa de materia. Según esta teoría se crearía la masa de un átomo de hidrógeno por cada litro cada 5 x 〖10〗^11 , es decir, cada 500.000.000 de años.
Al poco tiempo, a un clérigo, el abad Lamaître, se le ocurrió la idea de rebobinar la expansión de universo hasta retrotraernos a un átomo primitivo creado por Dios. Dicha teoría fue bendecida por Pio XII y posteriormente fue evolucionando hasta que los opositores a dicha teoría la llamasen <la gran exposición>, la teoría del Big Bang.
Ante esta teoría los profesores de filosofía tiene el papel de hacerles ver a los alumnos la secularización de la <vieja fe> en la <nueva fe> e irse revolviendo ante cada parte que quiera monopolizar al todo. Enseñar que cada cual no puede decir lo que le dé la gana porque las creencias al igual que las opiniones son sometidas inmediatamente a una crítica trituradora. Recordar que los campos conceptuales poseen una sintaxis, unas reglas ante las cuales, volvemos a repetir, no cabe una libertad de conciencia, y que estos campos, aunque no agotan la realidad, es necesario tenerlos en cuenta, no puede ejercitarse una crítica desde la ignorancia.

En cuanto al fundamentalismo político, hoy debemos recordar a nuestros alumnos que la democracia es el espejismo más ilusionante de nuestro tiempo, entre otras cosas, porque ella gestiona el monopolio de las restantes ilusiones. Ahora bien, el talón de Aquiles de toda democracia es aparentemente inconfesable: la democracia no puede resolver problemas aunque hayamos y sigamos educándonos en la Idea contraria; la democracia disuelve y resuelve todos los problemas.
Esta idea es de hecho y de derecho absolutamente falsa puesto que su estrategia principal es siempre la misma: pactar políticamente con aquellos problemas que no pueden resolverse legalmente.
Así, las democracias pactan con todo tiempo de formas de comportamiento delictivo; desde las mafias hasta el terrorismo.
Ocurre sin embargo que los problemas no se resuelven, se transforman y la democracia presenta a dicha transformación como una solución pero, realmente, es simplemente un distanciamiento en el tiempo. También debemos recordar que hay problemas que la democracia no puede ni tan siquiera transformar. Uno de estos problemas es el nacionalismo junto a su pariente cercano, el terrorismo. Nacionalismo y terrorismo son los problemas más graves a los que se enfrentan las democracias europeas y lo son porque resultan insolubles en los pactos democráticos.
Un Estado es, entre otras muchas cosas, un proyecto común, solidario, colectivo, frente a terceros. Pero los Estados de hoy ya no son comunes, sino partitivos, gremiales, sectoriales. Hoy los Estados democráticos son territorios emulsionados por insolidarios proyectos comunes, ajenos a los propios Estados.

El estado posmoderno, lejos de ser un Estado eutáxico es distáxico, y en él proliferan órdenes gremiales que socaban el poder normativo y político del todo.
La política, es decir, la organización de la libertad, está hoy intervenida por realidades insolubles en formatos democráticos: el nacionalismo no admite soluciones pacíficas. Dicho de otro modo: el nacionalismo, al igual que el terrorismo, no admiten soluciones democráticas. Las democracias posmodernas no pueden resolver dichos problemas y ofrecen al respecto formas consensuadas para aplazar tal conflicto basadas en el maquillaje del diálogo y en los disfraces de una paz perpetua.
Que la democracia no ofrezca soluciones no significa que la realidad se paralice pues los problemas que la paz no resuelve, los resuelve la guerra.
La realidad nunca falta a ninguna cita y con frecuencia suele triturar a quién no es compatible con ella. En este punto: si una democracia no sirve para que un Estado sobreviva, entonces, no sirve para nada.

Cuando la democracia se utiliza para destruir la eutaxia del Estado ya no cabe hablar de libertad, ni de miembros, ni de sociedad política, ni siquiera en última instancia cabe hablar de democracia. En vez de esto, debemos hablar de estupidez.
La realidad a la cual hoy nos enfrentamos ya no es soluble en un formato democrático. La democracia no es el fin de la historia pero si el nacionalismo es el fin de la democracia. Europa hoy no ofrece a China ninguna razón convincente para que el Imperio que se avecina, el Imperio Chino, tenga una cita con la democracia.
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¿Cuál puede ser el papel de la filosofía en el bachillerato español? 21 Jun 2018 13:41 #43500

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Hola darkos, parece interesante la reflexión que haces, aunque tenga puntos que sean muy discutibles. ¿Pertenece a algún artículo, ensayo o trabajo que hayas elaborado?

Un saludo.
Estudiante de Grado
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¿Cuál puede ser el papel de la filosofía en el bachillerato español? 22 Jun 2018 10:47 #43512

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pertenece a una conferencia que expuse este año
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¿Cuál puede ser el papel de la filosofía en el bachillerato español? 10 Jul 2018 08:32 #43634

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Hola Darkos

Simplemente hacer una matización.

Nos dices: “Proponemos como caso práctico de la crítica filosófica a la actual teoría del Big Bang. Esta teoría no puede entenderse al margen de la teología puesto que fue el Cristianismo el que introdujo la idea de creación de la nada ya que para los griegos la materia era eterna. El mundo como producto de Dios es una cosa muy difícil de comprender pero revolucionó todo el panorama filosófico y de la cosmogonía.”

Bueno, en primer lugar decir que no está tan claro que fuera Hubble el “descubridor” de la ley de Hubble. Muchos autores consideran que fue precisamente Lamaitre, y años antes, quien dio con la hoy conocida Ley de Hubble y la constante de Hubble.

Efectivamente, Einstein, y por sus creencias filosóficas (era seguidor de Spinoza y religiosas (aunque no creyera en un Dios personal), introdujo una constante cosmológica al creer en la existencia de un universo estático.

Nos dices que a Lamaitre se le ocurrió la idea de rebobinar la expansión de universo hasta retrotraernos a un átomo primitivo creado por Dios. Bueno, pues sí y no.

Como bien nos dice Gustavo Bueno no cabe “libertad de conciencia” ante un teorema científico. Y es que de las ecuaciones de campo de Einstein se sigue, se sea agnóstico, ateo o teísta, que el Universo es dinámico. No es que tal idea se le ocurriera de la nada o únicamente por ser creyente. Es que las propias ecuaciones de campo nos fuerzan a ello precisamente por no darse tal “libertad de conciencia”.

Lamaitre distingue entre el campo científico y el religioso. No es que Lamaitre nos dijera que era una doctrina científica que el átomo primitivo fuera creado por Dios o que del átomo primitivo se siga la existencia de un Dios creador. Si ese fuera el caso entonces, y efectivamente, la labor de la filosofía sería, y como bien nos dices, separar un campo del otro. Es que la ciencia, la “buena” ciencia, y por serlo, es compatible tanto con el teísmo, con el ateísmo o con el agnosticismo.
Y la filosofía, y en el caso que nos ocupa, está precisamente para “denunciar” cualquier intento de hacer creer que de tal o cual doctrina científica se sigue indefectiblemente un determinado sistema de creencias sea éste el que fuere.

Así, por ejemplo, no se sigue que porque la teoría del big bang nos hable de un “átomo primitivo” ello nos lleva a un Dios creador de la nada. La ciencia simplemente nos habla, y desde un determinado modelo, de la existencia de una configuración inicial. Pero insisto, eso nada nos dice, ni a favor ni en contra, sobre la presunta existencia de un Dios creador. Cuestión aparte es que desde una determinada visión de la ciencia alguien trate, y dando las razones pero no ya científicas, defender un determinado sistema de creencias.

Y no digo yo que en la conformación o en la “construcción” de la Teoría del Big Bang no hayan primado ciertas creencias. Efectivamente, así es, y además es que no puede ser de otra forma. Y es precisamente ahí donde debe de situarse la filosofía para ir separando las diferentes cuestiones o campos.

Es más, muchos científicos no aceptan la teoría del Big Bang porque supuestamente da una “imagen” muy cercana a la creación Bíblica (lo cual es falso). Es decir, no la aceptan no por motivos científicos sino por creencias personales.

El paradigma es Sthephen Hawking. Hawking “crea” un modelo matemático (no físico-matemático) en colaboración con Hartle en la creencia que un universo auto-consistente donde no haya un origen temporal es prueba de la inexiste de Dios. Al parecer Hawking no sabe que el que el universo no tenga un origen temporal nada nos dice sobre la existencia de un Dios creador. Pero es que además no sabe que el concepto teológico de creación nada tiene que ver con un origen temporal. El concepto teológico de creación está relacionado con la “dependencia” en el ser y no con un origen temporal de forma que un universo eterno sería tan creación de Dios (para quien en él crea) si dependiera del Creador para poder ser.

Y no tengo absolutamente nada en contra de que se postulen nuevos modelos matemáticos o nuevos modelos físico-matemáticos. Es más, lo tengo todo a favor. Pero eso sí, no entiendo muy bien por qué, y cuando se utiliza la ciencia desde determinadas creencias, para hacer creer que de tales postulados científicos se siguen tales creencias entonces la crítica no se escucha como se escucha cuando se hace desde otras creencias.

Yo no suelo escuchar que la teoría de la evolución está mediada por el ateísmo como sí suelo escuchar que la teoría del Big Bang está mediada por creencias religiosas. Y francamente, no lo entiendo.

Es que una cuestión es la teoría científica de la evolución y otra bien diferente es una interpretación materialista de la teoría científica de la evolución. Y tal es así que por ejemplo la Iglesia Católica acepta la teoría científica de la evolución pero desde una interpretación teísta. Y aquí precisamente es donde debe de situarse la filosofía para separar un campo de otro campo independiente del campo de que se trate.

En definitiva, lo que me anima no es una defensa del teísmo frente al ateísmo sino que lo que me anima es precisamente delimitar la ciencia frente a cualquier tipo de creencias. Es por ello por lo que considero que más que el que la filosofía esté para denunciar cualquier fundamentalismo religioso está para denunciar cualquier tipo de fundamentalismo o cualquier sistema de creencias (sea del cariz que sea).
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¿Cuál puede ser el papel de la filosofía en el bachillerato español? 13 Jul 2018 11:51 #43666

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efectivamente Elias, la filosofía es demolición de falsas ideologías y puras metafísicas. Te dejo una cita de Bueno que en su momento me ayudó muchísimo. Igual ya la conoces:

"Tejer y destejer la compleja urdimbre de nuestras representacionesintelectuales, a la altura de cada época histórica, ha sido, es y será siempre la tareafundamental de la filosofía. Las hebras del conocimiento, que se enmadejan en su seno,se hallan en perpetuo estado de renovación y reciclaje. Sobre el gran zócalo de la culturagriega, la civilización occidental se ha empeñado trabajosamente en erigir estructurasestables y definitivas que los vientos huracanados de la cultura arruinan, sin compasión,en breve. El pensamiento sistemático, omniabarcador, cerrado, que logra en algúntiempo y lugar el equilibrio estático de una cúspide, ve pronto desmoronar los cimientosde su atalaya histórica por las armas analíticas que socavan sus fundamentosinamovibles.
In medias res entre la sistematización metafísica y el escepticismoorganizado de la ciencia, la filosofía crítica mantiene el equilibrio dinámico de unaconcepción del mundo entendida como symploké."
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¿Cuál puede ser el papel de la filosofía en el bachillerato español? 13 Jul 2018 12:34 #43667

  • elías
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Total y absolutamente de acuerdo con la forma (ese “In medias res” es magnífico) y el fondo de Bueno (cita que no conocía).

Eso sí, hay una expresión que me llamó poderosamente la atención. La expresión es “…a la altura de cada época histórica...”. Y te explicaré el porqué.

No recuerdo si fue en un vídeo del propio Gustavo Bueno o de su discípulo Carlos Madrid Casado en el cual se criticaba fuertemente la expresión Orteguiana “A la altura de los tiempos” (expresión cara a su discípulo Zubiri). Se criticaba fuertemente el qué era eso de una supuesta altura de los tiempos por la cual debía de ser medida unas determinadas ideas filosóficas. Y no entendía esa crítica porque es indudable que existe una altura de los tiempos o unas ideas a la altura de cada tiempo. Salvo que se estén o se quieran decir cosas diferentes.

Pero insisto, más allá de esa anécdota (o no) estoy totalmente de acuerdo con lo que se dice.
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