¡Saludos!
Escribo una copia de una consulta que he realizado en el foro oficial de la UNED aquí, para contar también con las aportaciones de las compañeras/os que ya cursaron Metafísica, y que con seguridad pueden (podéis) orientarme en mi encrucijada.
La cuestión principal es cómo seguir evolucionando en el razonamiento que abajo expongo, qué referencias bibliográficas me recomendáis seguir para abrir nuevas vías o profundizar en las planteadas en la cuestión de la decadencia de la razón objetiva en contraposición a la primacía de la razón instrumental vigente en nuestros días en las sociedades occidentales de tipo capitalista. (Las citas a las que me refiero son, como os imagináis, a las del tema 16 de las Unidades Didácticas del prof.Martínez).
Con el cambio del modelo de producción surgido en las sociedades industriales y la implantación del modelo de economía capitalista se produce una doble parcialización: por un lado, el objeto de producción se descompone, y por otro lado, la comunidad de sujetos se aísla: cada sujeto de su producto, y cada sujeto de otros sujetos (desmembramiento de la comunidad que lleva a un proceso de atomización).
Este modelo económico, basado en la calculabilidad (derivada de la racionalización de la economía) prioriza la racionalidad instrumental (que arbitra los medios más adecuados para la obtención de fines dados, cfr. pág.270 de las UUDD) sobre la razón objetiva. Frente a ésta, razón con fines referidos a la comunidad en su conjunto y no a intereses parciales (ibíd.), la razón instrumental se orienta a la obtención de fines individuales, lo que se enlaza con la parcialización y descomposición del mundo, objeto y sujeto antes mencionada.
El análisis de Adorno y Horkeimer nos dice que es esta prioridad de la razón instrumental en la sociedad moderna lo que ha conducido a la explotación de los individuos, a su sumisión, a su des-valorización. Leemos, sobre esta racionalidad, en la pág.272 de las UUDD:
(...)La ciencia moderna y la técnica que la acompaña han sustituido un saber basado en conceptos y en imágenes por un saber formalizado que calcula las probabilidades de ocurrencia de los sucesos con gran exactitud y que ha sustituido la preocupación (ontológica) por la verdad, por la preocupación (metodológica) por el procedimiento eficaz de la operación y el cálculo. Este pensamiento formalizado rechaza todo lo que no se adecúa a los criterios de calculabilidad y de utilidad, y suprime lo heterogéneo reduciéndolo a una equivalencia abstracta y recurrente(...)
Esta preocupación por el cálculo, este pensamiento formalizado desemboca en el positivismo y el pragmatismo, que, tanto uno (el positivismo, con su aceptación acrítica de los hechos y una defensa de la tecnocracia) como otro (el pragmatismo, con su menoscabo de la actividad si ésta no es instrumento para un fin), reducen la racionalidad a la elección de los medios y conducen a la irracionalidad de los fines: los fines no son discutibles, no hay cabida para la razón objetiva, para la reflexión sobre los fines razonables en sí mismos.
Ante la falta de racionalidad objetiva sobre los fines, el aparato económico capitalista, que actúa de manera anónima e impersonal (cfr.pág 273 de las UUDD), impone los fines a la colectividad social de manera incosciente (pues la estructura social está atomizada y su pensamiento parcializado, reducido a fines concretos útiles para el desarrollo de sus funciones), y por tanto, incontrolada (íbid.).
En este contexto, en el que la racionalidad instrumental ha secuestrado la posibilidad de racionalizar los fines, el campo de actuación de un individuo (desmembrado, asolado, incómodo) se autopercibe como limitado, también parcializado, e incapaz de liberarse de la instrumentalización de la razón, pues sólo esta (que no la objetiva) es la que le permite la supervivencia en el medio/contexto en el que se ve arrojado a desarrollar su vida. Por ello, un individuo no conforme con la mera aceptación de los hechos tal como se presentan, genera una praxis alternativa transformadora de la realidad (ver teoría crítica de Adorno y Horkeimer, pág.274). Esta praxis respondería a una reconstrucción de la razón objetiva, una actuación que es posible razonar más allá/acá de sus finalidades técnicas, con independencia de sus resultados medibles en términos numéricos/calculables.
Es en este intento de re-construcción de la razón objetiva donde encuentro sentido a la metafísica, por primera vez con una claridad brillante, al intento de perpetuar su existencia en el panorama socioeconómico actual. Ahora, que las políticas están regidas por una razón instrumental que está erradicando las enseñanzas que promueven la razón objetiva (Filosofía, Ética) en beneficio de los programas de enseñanza técnicos, calculables, positivistas (Ciencias Económicas, Empresariales, Sociología(s)...), ahora, el desprecio colectivo a la Metafísica (a la Filosofía en sentido amplio) está justificado por su inutilidad, por su falta de fines medibles, por su "abstracción", por su desacople con respecto a la cultura del desmembramiento en la que estamos inmersas/os.
¿Cómo salir del encorsetamiento del mundo (pos)moderno? ¿Cómo reivindicar acuerdos sobre los fines, cómo una ética material, ahora que el positivismo y el capitalismo se ha filtrado en nuestra forma de vivir (en) el mundo? ¿No quedaría toda reivindicación de una razón objetiva relegada a los márgenes? ¿Acaso no tienen siempre los tanques la última respuesta? Razón dialógica e intercomunicativa, colectiva, sí, pero si el dominio lo ejerce a todos los niveles macro (economía, política, educación) la razón instrumental materializada en sistemas de control popular que erradican la razón objetiva, ¿no es lo íntimo (existencialismo(s)), lo micro, el lugar en el que se está "a salvo", en el que la razón objetiva tiene pleno poder, en el que ésta se muestra como incorruptible? ¿Acaso no corre la sangre cada vez que hay un acto de rebelión contra el imperio de la racionalidad instrumental?
Pese a no estar "a salvo", "nos la jugamos", salimos del "yo" para construír esa crítica emancipadora que Adorno y Horkeimer también construyen, porque, movidas/os por la razón objetiva que filosofa y cuestiona la legitimidad de lo presente, sabemos que hay opciones de cambio, otros "mundos posibles", y nos decidimos arriesgar movidas por un posible cambio del estado de cosas actual. No paramos de movernos, y, sin embargo, ese desencantamiento del mundo y ese pesimismo histórico sobre el que tanto se ha escrito, no deja de perseguirnos (en este caso, de perseguirme), por más que encuentro pequeñas victorias que me sigan animando en el día a día.
¿Por dónde sigo? En lo filosófico, ¿qué leo? ¿Qué vías me recomendáis? Gracias por el asesoramiento y la atención.
Buen día,
-Isabel-