Antes de ver la aplicación de la dialéctica Hegeliana que realiza Marx para comprender la sociedad capitalista, es conveniente saber en que consiste esta dialéctica. En la dialéctica racional de Hegel, todo es espíritu. Entendiendo por espíritu al hombre como ser racional y a la vez considerado como el 'sujeto' o sea, como el fundamento último del mundo (posición “Idealista”). Utiliza los opuestos y la síntesis de los mismos, para explicar la realidad. El ser se complementa con el no ser, elevándolo a un nivel superior (utiliza el concepto Aufhebung). Encuentra una síntesis última, síntesis de todas las síntesis que es el absoluto o todo. Es decir, relaciona todo entre sí y no deja nada al acontecer. De igual forma, establece que conciencia o pensamiento es la suma del conocimiento interior y del exterior. Como si fuese un bebé que al nacer e irse desarrollando se conoce una mano, un pie, a la abuela, la casa donde vive, etc. Reduce la historia al desarrollo de la idea. O dicho de otra forma, el espíritu se desarrolla históricamente y a la vez en su desarrollo va 'produciendo' el mundo en el que vive. Esa historia es la Historia Universal, una historia única que va en progreso desde lo inferior hacia lo superior (¿y qué es lo superior? el mundo moderno, él marca del fin de la historia, la culminación del progreso, etc.).
Marx va a utilizar la necesaria relación de los opuestos, las síntesis, desde la perspectiva materialista. El concepto central de este materialismo, en palabras del autor, es: “mediante el trabajo (transformación del mundo material), se eleva el hombre a la dignidad de ser humano, construyendo los diversos aspectos de la civilización”. La progresión dialéctica (comprensión de la realidad), no es lineal (Hegel), sino que son cambios cualitativos producidos por choques y luchas sociales. Marx, considera que cuando las contradicciones sociales llegan a un grado de intensidad se produce, necesariamente, una inversión revolucionaria que permite superarlas. El comunismo será para el autor, el resultado necesario de la negación de la dialéctica de la producción capitalista de mercancías. Lo característico del marxismo es la comprensión de la dialéctica como ley del desarrollo de la realidad histórica (de la sociedad en su estructura económica). Una ley que expresa el paso inevitable del capitalismo (sociedad alienada), al comunismo (donde se supera la alienación).
Por todo lo anteriormente expuesto, la obra de Marx se considera como respuesta directa y conscientemente crítica al sistema de Hegel. En el marxismo se cree que es posible superar la contradicción y el conflicto de los contrarios, se traslada la necesidad de la alienación del plano metafísico al sociológico (las estructuras de la sociedad son las que alienan al individuo), rechaza la unidad eterna de la autoconciencia, y considera que la historia es la afirmación definitiva de la libertad humana (no es el devenir del espíritu absoluto hacia su realización total).