Me sumo al deseo de pronta recuperación de Quintín Racionero.
De todas formas, opino que no se puede negar una cierta clarividencia a los detractores del Sócrates platónico.
Por ejemplo lo de que los poderosos quedan impunes, lo de que la gente no es justa interna y espontáneamente, sino externa y superficialmente y mediante coacción, lo de que el hombre sólo valora la justicia cuando la injusticia se ceba en él, que las enseñanzas mitológicas no invitaban precisamente a ser justo, lo de que el hombre prefiere parecer justo a serlo realmente, etc. Eso parece que es así, y creo que Platón expresa su miedo y su pesimismo, mediante Trasímaco, para mostrar la zafiedad de los que así piensan y, mediante Glaucón y Adimanto, que guiados por ese sano deseo de conocer, sin embargo exponen sus objeciones, reparos, los escollos importantes que tienen que superar los justos. Y puede verse que eso que dicen es histórico, y ha pasado, pasa y pasará en todas las épocas y en todos los lugares, puesto que ese es el lado oscuro de la condición humana.