Ks. En nuestra época es distinto, el ser y toda interpretación posible que alguien haga,han sido humanizados. Para Hegel la filosofía todavía tenía valor de verdad. Para los griegos el Logos creo que hablaba “realmente” del mundo. Pero ahora ya dudamos radicalmente de nuestra mirada humana. Por eso creo que seguimos en la filosofía posmoderna, que autolimita tanto la razón humana, que es incapaz de construir nada sólido. Aspirando a lo siempre nuevo, deshaciendo la escalera conforme la hacemos. Esa idea de la razón y el Logos roto en minirazones, se ha hecho con todo. Es una verdad pero no toda la verdad sino media. Por eso he intentado mostrar por qué creo que el tema no es tan sencillo como dudar sistemáticamente de la razón humana y convertirla en cultura o historia como hacen casi todos hoy en día. El Logos fue algo más, creo que mucho más.
Quizá debieras matizar esto un poco más. Al decir “en nuestra época” ¿te estás refiriendo a todo un siglo de pensamiento, al XX, también a este casi primer cuarto del XXI? ¿Todos metidos en una suerte de relativismo o de nihilismo?
Por posmodernidad yo no entiendo un portazo al pensamiento moderno y menos al antiguo. Creo que se construye sin descartar nada de lo anterior. Hay una “
piedad” hacia el pensamiento de nuestros antecesores, porque partimos de ellos, los rememoramos, pero no como un pensamiento muerto que estudiamos dándole mil vueltas, como haríamos con el femur de algún animal muy grande que cuelga del techo de un museo, tampoco como algo rocoso que hay que desentrañar porque en sus interior alberga luminosa “la verdad”, una “verdad” que traída a nuestro tiempo actual nos daría la clave de toda comprensión, algo firme, inmutable ya desde entonces y que se transmite, de unos a otros, “mira, aquí la clave de todo”.
Al “pensar” traemos lo anterior y creamos desde lo actual. Esa “
pietas” es un respeto de lo antiguo a partir de la rememoración histórica, o eso nos dice Gadamer, pero también es una búsqueda cada vez nueva de lo que es anterior a todo lo demás, a los demás entes. Eso es filosofía primera, y porque queremos comprenderla y conceptualizarla a partir del logos, esa ciencia primera será ontología y para Aristóteles, también una teología.
Desde los primeros escritos de filosofía nos hacemos la pregunta por el ser. Esa pregunta está en el hombre, le constituye, la pregunta por el ser de todas las cosas, la pregunta por su ser y la pregunta por el ser en general. Para Parménides aclararse sobre el ser es meditar sobre el pensar (noein) para el conocimiento del ente. Las ideas de Platón son determinaciones del ser. Para Aristóteles el ser se dirá de muchas maneras. Descartes situará la pregunta en la res cogitans, Kant en la conciencia, en el sujeto que actúa libremente… La batalla se despliega en el campo que es el ser humano y la pregunta sale a la luz en todo momento y ese pensar no es arbitrario opera en función de unas leyes, de una legalidad. Hay una inteligibilidad, una racionalidad, hay logos que permite decirnos que algo es así y no de otra manera.
Pluralismo no es relativismo. Hay diferencias plurales que pueden ser enlazadas de forma racional y relacional. Hay unidad de lo múltiple. También hay racionalidad epistémica que nos dice que las cosas son así, si se dan las condiciones de posibilidad, entonces se producen los fenómenos y podemos predecirlos y estudiarlo. Y hay "verdad", que no es la del juicio ni la de las proposiciones, ni la de los enunciados verdaderos y falsos, ni la de la adecuación de las determinaciones a las cosas determinadas por ellas, ésta es después, hay "verdad" que se desvela y se descubre y su correlato es el pensar (noein), a partir de unos principios que son eternos, necesarios, inteligibles, simples y lo son de todas las experiencias y de las discursividades. Y eso lo rastreamos en el pensamiento de la Grecia antigua, en aquel comienzo gigantesco porque encierra en sí una enorme riqueza de posibilidades, muchas aun no desarrolladas y en parte escondidas y antes y también hoy tenemos la necesidad de trasladar los problemas a su simplicidad para extraer toda su agudeza.