Hola, Luis12.
Puedo darte una perspectiva lingüística-fenomenológica.
Partimos de la existencia del ὄνομα (ónoma), el nombre, y el ῥῆμα (rhêma), la acción de la expresión.
Toda acción exige la presencia de un sujeto o algo dado, un hypokeímenon.
En Aristóteles hay una homonimia entre el sujeto y el ser (tò ón).
El alma es un modo de lo ente.
Los distintos sujetos no son cosas distintas, sino modos de la presencia de lo mismo (tò autó).
El sujeto ("niño") es ὄνομα (ónoma), nombre y sólo nombre (no afirma ni niega nada), hasta que se le asigna una acción, que será verdadera o falsa.
El ῥῆμα (rhêma) es aquello que actúa sobre un hypokeímenon, sobre algo dado. Por tanto, ónoma y rhêma son dos momentos distintos, pero inseparables. Cuando falta el rhêma, falta el ser o no ser de algo dado (De Interpretatione, 3, 16b20).
En definitiva, el ῥῆμα es aquello que se dice de algo, de algo dado (hypokeímenon), por tanto, ese algo dado es anterior a la acción que se le atribuye, pero se dan en un momento de copertenencia que los unifica.
Un saludo.