Aunque estoy parcialmente de acuerdo con tu mensaje, Nolano, me gustaría puntualizar un poco sin ánimo de parecer el abogado del diablo.
Teniendo en cuenta la cantidad de exámenes que se hacen en la UNED durante la época de exámenes, creo que los incidentes son, en general, mínimos. Y esto es de justicia decirlo. De lo contrario parece que caemos en la falacia de la inducción: sacar una conclusión global a partir de unos pocos casos puntuales; es decir, que convertimos en norma lo que, en realidad, son excepciones. Ahora bien, debo reconocer que cuando le toca a uno es algo desagradable. Puede que en esos casos uno tienda a exagerar un poco, pues no es lo mismo ser afectado que espectador de afectado, lo reconozco.
Por ejemplo, en septiembre del curso pasado hubo un pequeño "lapsus" en el examen de Teoría del Conocimiento II (y en TC I también, si bien yo sólo me examiné de TC II). El problema fue que había 7 preguntas en lugar de 8 a elegir 5 para responder. Y claro, no es lo mismo 5 de 7 que 5 de 8. Pero debo decir que el profesor Escudero asumió la responsabilidad e inmediatamente emitió un comunicado en el foro oficial diciendo que se tendría en cuenta este hecho puntual a la hora de la corrección. En general los equipos docentes suelen asumir sus responsabilidades cuando cometen un error. Y esto es lo realmente importante, ¿o es que nadie se equivoca?
Otro ejemplo. En Antropología Filosófica II, hace un par de años, el profesor San Martín no especificó en la segunda parte del examen que la pregunta obligatoria podía ser substituida por un comentario a uno de sus libros, tal como sí se especificaba en la guía 2. Estaba clarísimo que ésa era una opción, pues lo habíamos comentado en los foros oficiales. Además, si el profesor hubiese cambiado de opinión lo habría comunicado con la debida antelación (salvo error tipográfico). Pero el caso es que el profesor no lo indicó en el examen y muchos alumnos pensaron que entonces no era posible comentar el libro que se habían preparado, sino que sólo cabía la opción de responder a la pregunta obligatoria. Sin embargo, muchos otros alumnos no le dimos importancia e igualmente expusimos nuestro comentario a uno de los libros del profesor. Era algo que habíamos estado comentando en el foro oficial hasta casi unos días antes del examen. Debo decir que me sorprendió no verlo especificado en el examen, pero no le di importancia y redacté mi comentario. De hecho, mi examen está en la sección de Descargas. Se puede ver cómo el enunciado omite este detalle. Pero mi respuesta es el comentario al libro del profesor.
El caso es que algunos alumnos se lo hicieron saber al profesor. Éste respondió que el comentario a uno de sus libros era una opción válida desde el principio de curso, si bien reconoció el "error" de haberlo omitido en el examen pero, al mismo tiempo, recordó que figuraba en la guía 2 esa opción del comentario (y que él no había revocado). Pongo entre comillas lo de error porque, en mi opinión, el único error que cometió el profesor fue dar por sentado que trataba con "mayores de edad". Pensó que todo el mundo tenía claro lo que debía hacer, pero pecó de ingenuidad al pensar que muchos alumnos de la UNED son (somos) a veces un poco infantiles (falta de responsabilidad e inmadurez; la culpa siempre es de otro, nunca es nuestra).
A veces la culpa no la tiene el otro, ya sea el profesor o quien sea, sino el mismo. Siempre lo he dicho y siempre lo diré. Y no quiero que nadie piense que soy el abogado del diablo.
También en esa ocasión el profesor San Martín se hizo cargo del asunto. Dijo que todo aquel que se hubiese preparado el comentario de uno de sus libros y no lo hubiese expuesto en el examen, que se lo enviase por correo electrónico y él lo tendría en cuenta a la hora de puntuar el examen.
Filosofía de la Religión: en el Grado las instrucciones con respecto al tema 16 son las mismas que en Licenciatura. En caso de que se pregunte en la pregunta de desarrollo por el tema 16, sólo se debe responder a un autor. Sin embargo, esto no implica que el resto de autores no sean objeto de estudio y de pregunta de examen. Me explico. Que sólo entre un autor significa lo que he subrayado antes, es decir, que sólo se habrá de responder a uno en la pregunta de respuesta larga. Pero cualquiera de ellos puede ser objeto de pregunta en la primera parte del examen, es decir, en las preguntas cortas.
Una pregunta corta que se ha preguntado alguna vez en FR II es Religión/neurosis. Es obvio que se pregunta por Freud. Si luego en la segunda parte del examen se pregunta por el tema 16 (Grandes críticos de la religión), entonces es cuando el alumno puede escoger el que desee de entre los que figuran en el tema 16, Freud incluido en este caso en particular. Pero en las preguntas cortas puede salir cualquiera de ellos: Marx, Feuerbach, Freud o Nietzsche. Cuando cursé la asignatura el curso pasado me los estudié todos, si bien me había preparado un poco mejor a Feuerbach por si me salía el tema 16 como pregunta de respuesta larga.
Lo de preguntar en el segundo parcial de la Licenciatura o en FR II por Sociología de la religión sí puede ser interpretado como un "lapsus". Ahora bien, lo que pasa es que el temario es bastante acumulativo y, además, está también la asignatura de Historia de las religiones, donde las preguntas cortas coinciden con las de Filosofía de la Religión I y II. Con esto quiero decir que a veces debemos ponernos en la piel del profesor. Puede resultar fácil confundirse cuando llevas varias asignaturas con temarios parcialmente coincidentes. Además, tampoco sabemos otros factores perturbadores que puedan ser causantes del error. Por ejemplo, la jubilación de Fraijó, lo que supone más carga de trabajo para Sánchez Bernal, puesto que no se cubren las plazas. Y luego están otros posibles factores personales que nunca podemos saber en la distancia: enfermedad, cansancio, estrés, un mal día, etc. Creo que todos somos personas y que podemos dar fe de todo ello.
Yo creo que difícilmente le podemos espetar a un profesor el hecho de haberse equivocado. El problema no es tanto que se equivoque como que responda adecuadamente ante la equivocación. Es decir, que asuma las consecuencias y sepa dar una respuesta que pueda rectificar el "lapsus" y resarcir al alumno afectado. Y me consta que en la mayoría de los casos esto es efectivamente así. Al revés lo dudo mucho: ¿resarcimos los alumnos a los profesores por los quebraderos de cabeza gratuitos que a veces les propinamos? Esto no lo tengo tan claro. La excusa de que pago, luego tengo derecho a esto y lo otro no me vale (además, también paga el contribuyente). Me remito a lo del infantilismo.
Y desde luego, la crisis no ayuda. Si se recorta el presupuesto, no se cubren las plazas y, encima, la matrícula no disminuye (e incluso aumenta), entendamos la carga de presión y trabajo que sufren muchos profesores.
En realidad lo que late bajo el fondo de todo este asunto es la tolerancia, que es un valor a la baja en nuestras sociedades individualistas a más no poder (¿socialdemocracia?). Para que luego me vengan con el rollo del comunismo.