Onofre escribió:
Esto me hace especular que si el noúmeno es, por decir así, la substancia inteligible (noúmeno deriva de nous) inaccesible a mis sentidos, y ahí hay alguien que piensa, ese alguien es un "yo" cuya substancia inteligible es su pensar y, por tanto, he ahí el yo-noúmeno, pero a mí sólo se me aparece el yo-fenómeno. Ahora bien, dicho kantianamente, ese yo-fenómeno lo percibo a causa del yo-noúmeno.
Con todo, después de haber jugado al noúmeno kantiano, me voy a Russell para decir con él: "La cosa-en-sí era un elemento pavoroso de la filosofía de Kant y fue abandonada por sus inmediatos sucesores [...]", esto es, Fichte, Hegel, etcétera.
Me parece muy acertado lo que comentas en relación con el yo-fenómeno. De hecho, Hegel, al hablar de la naturaleza de la supuesta "cosa en sí", afirma que el fenómeno es su mediación, el fenómeno es su esencia, lo que la llena. En la
Fenomenología escribe: "Lo suprasensible es lo sensible y lo percibido, tal como son en realidad; la verdad de lo sensible y de lo percibido es ser fenómeno. Lo suprasensible es, así, el fenómeno como fenómeno".
El noúmeno sólo está puesto por mediación del fenómeno. En un momento de su análisis, Hegel describe el nóumeno como "la nada más allá del fenómeno". Pero admite que el noúmeno se halla presente en el fenómeno (como nada). Lo que vemos (el fenómeno) es la negación del nóumeno. El noúmeno se sitúa al límite de la certeza sensible.
Por eso, puede decir: dentro del fenómeno "no hay nada que ver, a no ser que nosotros penetremos detrás de ese velo, bien para que haya algo que ver o bien para que haya una cosa vista". En este punto, Kant afirmaría que lo interior está más allá de la conciencia.
Y Hegel asentiría, pero con un importante matiz: acceder al interior del fenómneno a través del yo-noúmeno es objetivar lo interior como lo universal sin el
sí mismo.
De hecho, Hegel parece liquidar el asunto en la
Ciencia de la Lógica, donde el pensamiento absoluto es el ser o noúmeno verdadero.