Pues mucho lo siento, aunque he de decirte que los clubes de lectura con que me voy topando suelen terminar así. Recuerdo unos alumnos de Barcelona que organizaron unas charlas, y había como cinco ponentes y un solo asistente. Aunque también hay que tener en cuenta no sólo la falta de interés, sino de tiempo. Yo empecé a seguir (a distancia) uno sobre Schopenhauer y lo abandoné porque los asuntos vulgares de este mundo cruel se interpusieron en el camino. De todas formas las charlas están grabadas, así que a ver si este verano encuentro el momento.