Antes de seguir con otras disquisiciones sobre ciencia, marxismo y liberalismo, no puedo dejar de comentar lo que apunta Elías sobre el cristianismo y la ciencia occidental.
El uso que hice de la palabra "democracia", relacionándola con el origen de la ciencia, era un uso bastante amplio, y no reducido a una forma política concreta, con un concreto entramado institucional, como la conocemos hoy en día. Creo que eso se deducía bastante bien de que la usé contraponiéndola expresamente a "teocracia".
(Dicho sea de paso, y anticipándome a otras posibles derivaciones del debate, utilizo el término ciencia, como creo que hace Iglesias en el vídeo que comentaba, en sentido estricto, como entendemos ciencia occidental, y no en un sentido amplio, como "scientia", acción y efecto de "scire", saber, que haría equivalente ciencia a sabiduría, con lo que el término englobaría también a las "ciencias" de los pueblos primitivos o "salvajes" -para decirlo con expresión de Lévi-Strauss- o de los pueblos orientales, indioamericanos, etc. Hablo de ciencia como forma de conocer el mundo que usamos en la civilización occidental. Por tanto, en este sentido, solo hay ciencia occidental.)
Occidente, y eso ya se detectó y puso de manifiesto explícitamente por los pensadores griegos, se caracteriza por su talante demo-crático y anti teo-crático. La demo-cracia está en el inicio de Occidente. Naturalmente, eso no quiere decir que, desde Grecia, no haya habido regímenes totalitarios o absolutistas en Occidente; pero nunca, o de forma muy marginal y corregida a la larga por el curso de la historia de Occidente, regímenes teocráticos. Al ser la religión cristiana la religión occidental por excelencia, es obvio que el demo-cratismo occidental ha teñido la forma cristiana de entender la vida. No me extraña, por eso, la opinión de Kojève que cita Elías.
Como no soy especialista, ni gran conocedor, de la historia de las religiones, no puedo decir más que a título de conjetura que no creo que haya algo similar a la cristiandad en otras religiones, la comunidad religiosa entendida como "Ecclesia", Iglesia, es decir, Asamblea de fieles. El Papa ostenta el lugar superior en la jerarquía, pero está al servicio de la Iglesia y no esta al servicio de aquel.
Desde el rey-filósofo de Platón y su división de tareas en la República, nunca se ha entendido en Grecia el mando como un don divino. El derecho al mando deriva de la cualificación especial de ciertas personas reconocida por la polis. La Ética nicomáquea de Aristóteles se monta sobre las virtudes reconocidas comúnmente, por todos o la mayoría de los ciudadanos, como virtudes; no vienen "de lo Alto". Ese sello distintivo del pensamiento occidental permanece incluso en los teóricos del absolutismo político. Así, Maquiavelo adoctrina al Príncipe para mantener el poder mirando siempre a qué tiene que hacer respecto de sus súbditos, porque Dios no lo conservará al mando, sino la aquiescencia o el miedo de estos. Hobbes fundamenta el poder absoluto del Leviatán en un "contrato social", en un acuerdo de los ciudadanos, no en un origen divino. Incluso los jesuitas (Padre Mariana) legitimaban el tiranicidio, si el monarca se alejaba del mandato que recibió para servir al pueblo.
Por tanto, la relación a que aludes, Elías, estaba implícita en la manera en que me referí yo a la "democracia" como sello característico de Occidente. Aludir a la religión cristiana no es, pues, según lo que yo quise decir (aunque a lo mejor no lo dije con acierto), ampliar o establecer una "relación más profunda". La religión cristiana solo es un aspecto parcial de algo más amplio y global: la ideología occidental desde su inicio en Grecia. Ciencia (en el sentido estrecho a que antes me refería, caracterizado por un determinado método y concepción del mundo), cristianismo y democracia, pues, están estrechamente unidos y relacionados. No era mi intención, ni mucho menos, dejar fuera al cristianismo.
En todo caso, mi idea era evidenciar que el rechazo a la forma de entender la ciencia en Occidente (aunque desde las comodidades que esta facilita) no puede hacerse sino desde una posición totalmente reduccionista y ventajista. Y lo de ventajista alude a aquellos que de determinadas situaciones solo toman las ventajas, pero no quieren asumir los inconvenientes que toda situación compleja lleva, en un mundo de recursos escasos, inevitablemente aparejados.