Xna
La pregunta por el ser es la pregunta en Heidegger y forma parte de nuestra peculiar forma de ser, la del ente que somos. ¿Esa pregunta se la formula el Dasein de forma trascendental? Es decir, ¿no sale a la caza del ser, fuera de sí, sino que se repliega para encontrar dentro de sí aquello que le permita conocerlo? ¿Es el método trascendental el que aplica Heidegger en el análisis del ente al que le va en su ser la pregunta por el ser?
Estoy de acuerdo, su respuesta no es un sujeto ideal que da forma al mundo, no parte de una trascendentalidad previa. Según Heidegger la ontología se basará en la analítica de la existencia del Dasein. Para desarrollar la ontología analizamos al quién, al ente que se hace la pregunta por el ser. O sea, en vez de buscar al ser directamente como los griegos, hagamos como Kant: estudiemos al ojo que mira. Eso mismo hizo Husserl. Ambos hacen el análisis del sujeto para responder al problema de la epistemología. Eso es muy brillante, porque nos lleva a que no conocemos las cosas en sí, sino adaptadas a la forma del percibidor. Entonces llega Heidegger y añade: vale, pero mi analítica la voy a levantar sobre el ser-en – el -mundo. Esto es creo que su aportación más brillante: analicemos desde la vida misma, analicemos la vida misma, no al sujeto como algo aislado. Entonces me ocuparé de cosas como los quehaceres, este estar atareado, cómo me voy comprendiendo en la vida, porque vosotros sois un poco contemplativos, yo prefiero bajar al lugar en que se corta la pana. Heidegger añade toda esa perspectiva, ¿verdad? Trae la vida misma a la filosofía, aunque con bastante ayuda de Husserl creo.
Pero igualmente desde ahí, va a parar al sujeto: el dasein es la clave para comprender todas las cosas: las cosas son útiles (¡o sea enteramente definidas desde el sujeto!), e incluso el ser se da en una apertura en el dasein… De pronto el ser ya no es algo de por sí, porque Heidegger ha aprendido el gran truco de la filosofía moderna desde Descartes: analicemos al sujeto que se hace la pregunta, él tiene la clave de la respuesta.
En cambio el ser, desde el origen se definió justamente como algo que no debe depender del sujeto, porque se entendió como aquello que sobrepasa todas las circunstancias y comprensiones, o sea como la base misma desde la cual todo lo demás tenía sentido (por ejemplo el arjé). O sería culmen mismo del mundo y lo que se halla bajo el mundo. Pero Heidegger coge el concepto y lo sitúa como apertura en un sujeto arrojado al mundo. Quizás no se entiende bien la contradicción de base que supone eso. Que desde el principio, el concepto ser no puede estar sujeto a ninguna otra cosa, salvo sí mismo, de otro modo no es el ser. Heidegger lo sabe, pero aún así intenta hacer ver que cuadra su nuevo concepto de ser con el que siempre hubo, y lo define de los dos modos al mismo tiempo: el ser es 1) la apertura en el dasein y también: 2) la condición de posibilidad de todo ente y de toda aparición. Algo así, ¿no?
Xna
(…)tampoco en Ser y tiempo se aborda la filosofía como ciencia, más bien el peso de la historicidad de le existencia y el de la tradición le harán poner la vida en primer plano para la interpretación, por delante de la autoconciencia. Heidegger se aleja del idealismo y se sumerge en la filosofía de la existencia y la hermenéutica de la facticidad (facticidad como esa resistencia que lo fáctico opone al comprender y al entender), algo fundamental en la existencia humana.
Mola mucho cómo lo dices. Finalmente, la comprensión la ha circunstancializado. Ya no vale la pura abstracción idealista que hacen Kant y Husserl. Porque no comprendemos desde un sujeto que esté fuera de la vida, sino fácticamente, comprendemos inmersos en un arrojo y unos proyectos y quehaceres, que determinan cómo comprendamos (a menos que nos hagamos propios). La circunstancia la ha hecho fuerte, nos ancla a lo fáctico. O sea, en Heidegger ya no somos simple sujeto, sino que somos sujetos- mundo. Ha dado peso a lo fáctico, a la circunstancia, de manera que el sujeto ya sólo será el determinador cuando se vuelve propio. Cuando no es propio está sometido por el mundo, el ellos, los decires, la publicidad del tiempo, etc. (Este último concepto en Husserl es el de la razón natural, en la razón natural estamos en las comprensiones sociales, debemos detener eso, hacerle un stop, una epojé). Pero una cosa: a esto mismo que Husserl y Heidegger nos describen, ¿no lo llamaron ya los griegos la doxa, la simple opinión? Supongo que habría diferencias de matices.