Gracias Xna, lo voy a leer detenidamente. Hoy parece que las taladradoras callan y me van a permitir avanzar.

Gracias Xna por el diccionario que nos recomendaste, lo encontré virtualmente y ya lo tengo en papel, seguro que es de gran ayuda.

Ya siento ir con el libro como cuando entra un elefante en una cacharrería, pero tomé carrerilla y ya no hay nada que me pare, aunque por supuesto sigo leyéndoos y aprendiendo de los matices que anotáis.

La segunda parte del libro Heidegger relacionará el Dasein y la temporeidad.

Dice en la introducción de esta segunda parte: “En el Dasein, mientras él es, queda siempre aún algo pendiente que él puede ser y será. Pero a este resto pendiente pertenece el fin mismo. El fin del estar-en-el-mundo es la muerte”, y un poco más abajo: “la muerte sólo es en un existentivo estar vuelto hacia la muerte”.

En la Sección 48 del Capítulo 1º Heidegger nos explica que respecto a la muerte no se puede entender como cuando decimos que no hay pan porque se ha acabado, o que ya no hay lluvia porque ha dejado de llover; no es un haber-llegado-a-fin sino un estar vuelto hacia el fin. El Dasein mientras está siendo también es su no-todavía o lo que es lo mismo, es también su propio fin. “Apenas un hombre viene a la vida ya es bastante viejo para morir”, frase que toma de Bernt y Burdach.

Mas adelante hace una precisa diferencia entre dejar de vivir, o fenecer, que es la muerte fisiológica del Dasein; y la muerte de éste como manera de ser, en la que el propio Dasein está vuelto hacia su muerte. Y éste estar vuelto hacia la muerte provoca esa disposición afectiva fundamental de la que ya se ha hablado en la primera parte del libro, la angustia.

Éste es un capítulo de los que menos me ha gustado porque una vez establecido lo que significa la muerte para el Dasein me parece que le da demasiadas vueltas a una misma idea o al menos me he aburrido un poco leyendo sobre lo que me parecía más de lo mismo.

Ya casi estoy acabando el libro y es precisamente ahora cuando la forma de expresarse de Heidegger se me está haciendo entendible, aunque ya antes intuí que en su idioma original tiene que ser un verdadero placer leerle pues no utiliza los términos convencionales, él crea otras formas de expresión, otros modos de ver más allá de lo que, en general, estamos acostumbrados a utilizar.

Pero además se añade un elemento totalmente ajeno a su obra. Es la traducción. Tanto es así que, a pesar de estar utilizando el libro de Eduardo Rivera, me quise hacer con el de José Gaos para intentar introducirme más en el sentido de lo que nos quería transmitir Heidegger. Y efectivamente, lo que me temía, hay una diferencia enorme entre uno y otro libro, el primero parece más actualizado, pero el segundo me da el punto de vista más básico, lo que necesito por no ser experta. Siento mucho no haber aprendido alemán, me hubiera gustado leerle en estado puro. Será para la próxima vida.

Os pongo un ejemplo de lo que quiero decir copiando un pequeño párrafo del inicio del cap. 60:
GAOS: “Querer tener conciencia” es, en cuanto comprenderse en el más peculiar “poder ser”, un modo del “estado abierto” del “ser ahí”.
RIVERA: “Querer-tener-conciencia es, en cuanto comprender-se en el más propio poder-ser, una forma de aperturidad del Dasein.

Claro, dicen lo mismo, pero no lo dicen igual. Me decanto, como tantos otros, por la traducción de Rivera, aunque a veces tenga que ir al otro para encontrar más sentido a lo leído.
Esta vez me va a quedar un poco largo el mensaje. Lo siento, no me gusta alargarlos demasiado, pero ya que se ha convertido en una tradición poner las anotaciones de los capítulos por donde voy seguiré así hasta el final.


Si al primero capítulo de la segunda parte del libro, Heidegger lo dedica al tema de la angustia ante la posibilidad de la muerte, lo que ayuda al propio Dasein a encontrarse; en el segundo nos intentará explicar cómo salir de esa situación siendo el mismo Dasein el que intenta elegir que su vida sea auténtica apelando a la propia conciencia, intentando realizarse en su mundo a la mano (Sección 54).

En la Sección 55 y siguientes se trata el tema de la conciencia. Dice Heidegger: “La conciencia abre”, la conciencia provoca un discurso hacia nosotros mismos y el discurso articula la compresibilidad de nosotros como Dasein, “pues es éste quien “sabe” lo que pasa con él mismo.” Además nos da una idea muy clara de lo que significan la escucha del uno (lo que los entes y otros Dasein nos dicen o revelan) en comparación con la llamada de la conciencia que hace que el Dasein busque ser sí mismo, con un inesperado final de la Sección 57: “Todas las experiencias e interpretaciones de la conciencia concuerdan unánimemente en que de alguna manera la voz de la conciencia habla de culpa”.

El término culpa en las Secciones 58 y 59, no lo trae como la acepción ordinaria que entendemos de manera óntica sino que, en la forma ontológica significa que el Dasein a estar arrojado y proyectar una posibilidad de ser está negando las demás posibilidades, Heidegger habla de negatividad o nihilidad, que, de nuevo, no significa negarse como Dasein sino que posibilita el conocerse a sí mismo, significa querer-tener-conciencia.

En la Sección 60 Heidegger vuelve a rizar el rizo con los términos que utiliza. Viene a decir que el modo de ser del Dasein tiene que resolver su propia existencia y lo hace a través de unos pasos que denomina discurso. Este discurso de resolución tiene como objetivo callar, pues “el silencio hace callar la habladuría del uno y así se pueden callar las respuestas convencionales ónticas pasando a obtener respuestas ontológicas, lo que hace que el Dasein se abra y pueda comenzar a afirmar, en su análisis, la verdad de la existencia facilitando la comprensión del estar-en-el-mundo del propio Dasein, y evidentemente del ente intramundano.

Me parece que a partir del Capítulo 3 hasta el final Heidegger va a intentar relacionar los dos términos que componen el título del libro, aunque ya todos sabemos que la explicación sobre el tiempo no fue tan desmenuzada como lo ha hecho con el ser.

Una de las frases icónicas de su pensamiento es que el sentido del ser es el tiempo, y aquí nos va a realizar el mismo análisis que hizo del Dasein para analizar en este caso el tiempo.

Entramos pues en el mundo de la temporeidad, y lo hacemos aplicando lo ya estudiado para el Dasein, como dice Heidegger, “se trata de repetir lo ya visto del Dasein.”

Lo que primero hay que tener en cuenta es la diferenciación del tiempo según lo veamos como el discurrir de todo ser o ente en presente pasado y futuro, o como el sentido de ser del Dasein. Ambos conceptos son válidos, pero Heidegger hablará sobre el segundo caso, el que interesa para completar la tesis de su libro Ser y tiempo.

En el capítulo 5 entra un término clave hasta el final del libro, la historicidad. Temporeidad e historicidad. Clave importante cuando dice en uno de los primeros párrafos de la sección 72: “El Dasein no existe como suma de realidades momentáneas de vivencia que se van sucediendo y desapareciendo”. Es decir, el Dasein no es una sucesión del tiempo pasado, presente y futuro que conocemos a través del ente que también somos, pero entonces ¿cómo se entiende que el Dasein exista a través del tiempo?, lo hace a través del acontecer del Dasein. Acontecer que aquí está muy relacionado con la historicidad.

Y como no podía ser de otro modo da una vuelta de tuerca al término que todos conocemos vulgarmente como historia. En la Sección 73 hace una exposición magnífica de lo que se considera historia e histórico en nuestro mundo de entes y Daseins, y en cuanto acontecer del Dasein. Y aquí ya vemos aparecer lo que queda traducido como destino. Nuevamente diferencia entre, por un lado lo relacionado con el mundo y los entes y por el otro, con aquello que tiene que ver con el Dasein, es decir, destino común como acontecer de la comunidad, del pueblo (el mundo, los entes) y destino como “elemento constituyente de la historicidad originaria del Dasein”.

Nota: esta última parte del libro está sembrada de párrafos donde se entiende perfectamente todo y además sirve para seguir entendiendo esa esencia de lo que es el Dasein. Bravo por Heidegger, pero no nos volvamos locos, sigue creando lenguaje y como tal, tenemos que estar muy alerta al momento en que nos cambia el paso para explicarnos algo nuevo.

Hago un parón en el Capítulo 5, Sección 76. Voy a recolocar este tema que trata del origen existencial del saber histórico en la historicidad del Dasein. Recapitulación y paciencia. Segura estoy que el libro no va a acabar decepcionándome pues estoy ante un grande del S XX.

Hola Anuska, qué interesantes los párrafos que nos traes. He subrayado algunas cosas que quiero comentar. De este fin de semana no pasa.

Acabo el libro con este último comentario. No me ha costado tanto como creí, a veces sí he tenido momentos de crisis porque me estaba perdiendo, curiosamente en la primera mitad del libro, la que finalmente me ha gustado más. En Heidegger todo tiene un doble punto de vista, y también me ha pasado leyéndole, es difícil pero apasionante, aburrido por momentos pero poético como el que más, complica el lenguaje y las palabras, pero siempre para intentar explicar más allá de todo lo anteriormente conocido y sabido. Vamos, toda una eminencia.

La Sección 76 trata del origen existencia del saber histórico en la historicidad del Dasein y cito este párrafo que me ha parecido perfecto:

“la historia, en cuanto se entrega a sí misma una tradición, está siempre en un estado interpretativo que le es inherente, estado interpretativo que, por su parte, tiene su propia historia, de tal manera que el saber histórico no logra, regulamente, penetrar hasta aquello mismo que ha existido sino a través de la historia de la tradición. A ello se debe el que la investigación histórica concreta pueda mantener con su tema una cercanía que es, en cada caso, variable. El historiador que se “arroja” de antemano a la “concepción del mundo” de una época, no por ello ha demostrado que comprenda su objeto en forma propiamente histórica, y no meramente “estética”. Por otra parte, la existencia de un historiador que se “limita” a editar “fuentes” puede estar inspirada por una historicidad propia”.

Creo incluso entender, respecto a la crítica que se le hizo sobre que éste libro contenía ideología nazi, que no es justa, pues, como hemos aprendido todos tenemos un Dasein, pero también cada pueblo, cada época, comparten intereses y valores comunes entre los Dasein que viven ese momento y que sirven para esa época determinada, y esto choca con los intereses y los valores de otro pueblo u otra época, sin por ello estar apelando a ningún tipo de exterminio del otro. Sin negar la evidencia de su pertenencia al nacismo en una época determinada de su vida, no veo que eso se trasluzca en este texto.

Ahora sí que me volveré a leer todo el hilo y espero entender algo más de lo que aquí habéis comentado. Gracias amigos por haberme incitado a leer Ser y tiempo.

Será un honor leerte Xna.

Hola Anuska, genial ese despliegue conforme ibas acabando el libroo, qué guay! Menudo nivel te has dado, es para estar orgullosa! Yo pasé la introducción y voy aún por el segundo capítulo, aunque tomo apuntes y voy lento porque espero leer quizás Ser y tiempo una sola vez en mi vida. Corrientes actuales de la filosofía I la disfrutarás muchísimo quizás, es asignatura dura, pero allí se estudia Heidegger y muchos otros así más fuerte creo yo que en todas las otras asignaturas supongo. Bergson, Husserl, Sartre, Paul Ricoeur y muchos otros de fenomenología y hermenéutica se muestran ampliamente en esa CAF I.

Ays tengo pendiente contestaros también, Xna y Bolindre, Xna tus explicaciones fueron brutales de claras me gustaron mucho. Bolindre, Husserl no es realmente necesario para entender a Heidegger y tengo que decir que Heidegger es propio o sea que hace filosofía totalmente suya, o sea tiene un estilo suyo sin que recaiga en Husserl o en ningún otro filósofo, aunque muchas cosas que nombra parten de Husserl y de otros, y en mi humilde opinión donde más manipula es al interpretar lo que dijeron otros filósofos. Para mí Martin H. es claramente un manipulador adorable, si es que esa expresión tiene algún sentido, o más sincero en mi caso es no decir adorable, pero sí original e inteligente, y al tiempo liante, eso es mi opinión sincera de momento. ¿Qué le vamos a hacer? Es mi opinión personal de momento y no debo disculparme por ello.

En cuanto a la muerte, la propuesta de Heidegger es interpretarla, según la perspectiva ontológico existencial, desde el más acá, no como cualquier tesis óntica del más allá, sino como un fenómeno de la vida. Esto es novedoso aunque no puede liberarse de una tradición antropológica cristiana, a la que pertenece, que interpreta la vida siempre con una mirada en la muerte. El Dasein, orientado hacia su poder ser, encuentra en la muerte una posibilidad extrema, radical, irrebasable, tras la cual se encuentra el no poder ser, el ya no poder ser ahí, su total imposibilidad. Y es que la muerte sería la experiencia que nos permitiría aprehender el ser-ahí en su totalidad, pero esta experiencia se nos sustrae en último término. No tenemos experiencia de nuestra propia muerte ni de la de otros, de la de otros, asistimos, sufrimos la ausencia, el estar-ahí de otros y su dejar de estarlo, pero no experimentamos la muerte en ellos. Pese a no poder experimentar la muerte, ni la nuestra ni la de otros, anticiparla existencialmente es una posibilidad ontológica del ser-ahí y así, el ser-ahí es siempre, mientras existe, su “todavía no”, su proyección del fin que nunca será tal, no será una conclusión, ni un cierre, tampoco un broche pues la muerte acontece en cualquier instante, a medio camino, haciendo esto o sufriendo aquello, en cualquier caso, como dijo aquel, nunca viene bien, nunca preparados, nunca asumida, ni la nuestra ni la de otros. El ser-ahí existe sin alcanzar nunca su totalidad, somos inconclusos, cuando acabamos resulta que ya no somos, no rubricamos nuestro final porque no tenemos experiencia de ello y cuando la la tenemos vete tú a interpretarla si ya no somos, solo somos un ser-para-el-fin que anticipamos, la muerte es un modo de ser, que el ser ahí anticipa desde que es, “tan pronto como un hombre nace es ya bastante viejo para morir”. Díselo a Proust, el estrés del protagonista chaval de Á la recherche du temps perdu, no puede irse a la cama sin los besos y caricias de su mami, tiene un miedo atroz a pensarla, a sentir a la dama negra de labios fríos que un día le dará el beso largo y lento.

Gadamer dirá que Heidegger opone al mundo seguro de la cultura, a la uniformidad de la vida individual de la sociedad industrial, a la manipulación de la opinión pública, en definitiva, a la inautenticidad del uno, las habladurías, la avidez de novedades, bla, bla, bla, el concepto de autenticidad de la existencia “Eigentlichkeit” “que es consciente de su finitud y la acepta resueltamente. La seriedad existencial con la que aquí se ponía el antiquísimo enigma humano de la muerte en el centro de la meditación filosófica, el ímpetú con el que la llamada a la auténtica elección de la propia existencia, despedazaba el mundo de apariencia de la erudición y la cultura, fue como una irrupción en la resguardada paz académica. (Los caminos de Heidegger, HG Gadamer.)

En la comparativa que haces, se aprecian diferencias en
Comprenderse en el más peculiar “poder ser”(Gaos) vs comprender-se en el más propio poder-ser (Rivera)

“comprenderse” en forma reflexiva, comprenderse uno a sí mismo es distinto que “comprender-se” que entiendo como ser comprendiendo. También la diferencia entre ese “más peculiar poder ser” y “el más propio poder-ser” no es lo mismo “peculiar” que propio (Eigentlichkeit), y todo su desarrollo que podrás leer en el diccionario filosófico de J.A.Escudero. O la traducción “ser ahí” de Gaos y Dasein de Rivera, aquí mantiene el traductor del libro que leemos el término alemán para proteger todas sus connotaciones, podrás verlas en las notas del traductor (P.28). Aunque Ribera no le desmerece nada a la traducción de Gaos. En el “Prologo del traductor” de la edición que manejamos (Trotta), considera que la traducción de Gaos es fiel al texto alemán pero aprecia en ella errores materiales y de interpretación que hacen de difícil comprensión el texto español. Al traducir términos alemanes ágiles y dinámicos al español los encorseta y hace de las frases un enigma. Dice el traductor: “… la fidelidad a un texto no consiste en la repetición literal de lo dicho en el original, sino, más bien, en la recreación de eso que allí está dicho, para decirlo en la forma que es propia de la lengua a la cual se traduce… una traducción es en sí misma, necesariamente, interpretación, y no puede dejar de serlo.”
Yo la primera vez leí a Gaos y ahora a Ribera, también prefiero al segundo aunque no tengo la cabeza aun bien amueblada para decir mucho.


He reducido tus párrafos a esos conceptos para empezar con el habla que es fundamento ontológico existencial del lenguaje, pero no es lenguaje, pues abarca tanto el escuchar como el callar. Andar diciendo u oyendo es una privación del habla. El habla lleva implícito el comprender. La conciencia se relaciona con el habla, la conciencia habla callando. Llama el Dasein en la conciencia a sí mismo callando y ese sí mismo que anda perdido en el uno es sacado de su zona de confort, el callar que le grita le resulta inquietante, normal, ¿os acordáis cuando en otro tiempo sonaba el teléfono y decías, “diga…, diga…,” y se oía una respiración pesada y luego…? pues no es lo mismo, esto es otra cosa, es el Dasein mismo interpelándose a sí “la conciencia se revela como llamada al cuidado” y ¿qué se dice?, nada, silenciosamente el Desein autointerpelante se remite a la culpa al “ser auténticamente culpable de que es”, si escucha la llamada, pasará del estar abierto a resuelto. Resuelto es obviar el uno y elegirse a sí mismo, está relacionado con la muerte, estoy vuelto a ella, desde siempre, pero tengo libertad para asumir mi destino y elegir mi camino, stop huir, elegir y arrancar a andar.

¿Ves? ya se me ha metido en el cerebro este tío otra vez. Voy a descansar, es muy intenso. Mañana el tercer e interesantísimo mensaje tuyo y Ks, Hay que ver qué manía le tienes

Gracias Xna por los comentarios. Leyendo el libro he pasado de no entender nada de Heidegger a entenderlo un poco, creo que el esfuerzo ha merecido la pena. Me encanta poder leerte precisiones sobre nuestro amigo Martin y saber de lo que estás hablando.