Conrado escribió:
La niña hará lo que le venga en gana, seguramente. Ninguno está quitado de ello. Y la prostitución puede dar mucho, muchísimo, dinero, y ningún padre está quitado que le salga una hija de esqa manera.Muchas lo hacen de jóvenes no por ser una actividad en los extrarradios del sistema. Lo hacen porque da mucho, mucho dinero rápido. Si Berlusconi, o tipos por el estilo, le meten 3000 euros en las bragas por una noche, paseo en un yate, o una cuenta especial a su gusto, champaigne y cocaína, veremos que pasa. Porque a todo el mundo le gusta el dinero fácil, y hay hombres con mucho dinero dispuestos a derrocharlo con prostitutas, y muchas prostitutas jóvenes que lo hacen por dinero, mucho dinero. Y si lo hacen porque quieren, no tiene nada de malo. Otra cosa es cuando se ven abocadas a la prostitución por la miseria.

A propósito de esto, un chiste malo de aquel padre que se entera de que su hija es prostituta y no empleada en la capital y se enfada con ella. Su perdida hija le responde, mira el pisito que te compre en la `playa y el coche que le regalé a luisa y lamoto a Pedro.
¿Como decías que eras? Yo prostituta.
Ah nada hija sigue como quieras había entendido que eras protestante...

También aquel vascorro que se entera que su hija estaba en la cama con "gonorrea" y no le preocupa porque este debe ser vasco...

Bud escribió: Enhorabuena, Bud.

jake escribió: Claro, pero para eso está la educación, que es clave a edad muy temprana.

Yo no sé si sería capaz de soportar una hija prostituta. Pero esto ya son prejuicios muy personales. A mí no me convence ninguno de los argumentos en plan "la prostitución es necesaria y bla, bla". Digamos que "lo que no quieras para ti no lo quieras para los demás". Esa es la regla de oro de la ética desde no sé cuántos siglos o incluso milenios.

jake escribió: Tú mismo, pero yo si tuviese una hija te aseguro que no le diría eso. En mi opinión, tiene muchísimo de malo. Pero ya ves, no pasa nada, simplemente lo vemos de manera diferente. Yo prefiero ser más práctico que políticamente correcto con esta cuestión.

jake escribió: ¿Has oído hablar de la codicia? Estoy seguro que sí, pero por si acaso.

Hay que ver qué sabias son a veces las Sagradas Escrituras. No hace falta ni ser fiel para tomar de ellas lo que vale para cualquier persona, con independencia de su condición religiosa.

No creo que sea necesario ganar 3.000€ por noche para ser feliz. Insisto: creo que la clave es la educación a edad temprana.

Conrado, ¿legitimación tradicional? Recuerda que Dios existió durante un tiempo de modo irrefutable simplemente porque lo decían sus acólitos. No estoy en desacuerdo contigo pero tenemos que tratar de avanzar más allá de nuestras creencias arraigadas.

¿Me importaría a mi prostituirme? No sé, quizás si yo eligiera o tuviera margen de decidir y poner mis criterios tal vez no. ¿Me importaría verme obligado a prostituirme para comer? Obviamente no.

grealeser escribió: No te equivoques Grealeser. No apelo a la falacia de la autoridad. Si de verdad me hubieses entendido no me habrías atribuido una conclusión errada al máximo.

Que hayamos superado la legitimación tradicional no significa que en los libros Sagrados deje de haber verdades como puños. En materia religiosa ya conocéis mi postura, pero tampoco creo en el comunismo y eso no implica que no encuentre en El Manifiesto Comunista -otro libro "Sagrado" con autoridad religiosa- verdades más o menos objetivas. No se trata de todo o nada. Encuentro cosas interesantes (y creo que objetivas) en todo tipo de ideologías y textos. Ya sabemos que no hay verdades absolutas (salvo para la fe).

Creo que la codicia es una enfermedad. No porque lo diga un texto Sagrado, pero me va bien la referencia para dar nota de la antigüedad del mal.

Si son "verdades como puños" habrá de pasar previamente la crítica filosófica, o mejor dicho, el diálogo o el método intersubjetivo mediante el que cada cual argumenta y se van sacando entonces a la luz los espacios comunes.

A eso apelaba con la necesidad de argumentar más allá de la regla de oro de hace siglos. Por otro lado, Nietzsche deseaba a sus amigos enfermedades, desgracias, sensaciones de abatimientos, peligros y necesidades de todo tipo.

De lo que se trata es de dialogar y razonar ése "no desees para los demás lo que no quieras para ti", porque como digo lo mismo yo aceptaría una cierta forma de prostitución, pero no otra, de lo que se sigue que si cierta forma de prostituirse es bien vista por mí no sabría como no desearla también para el prójimo. En definitiva, de lo que creo que se trata en este hilo es no tanto decir qué significa "para mí" sino de como justificar o no filosóficamente un fenómeno social tan viejo como el hombre al que se le denomina prostitución.

Diccionario RAE escribió:
Gran parte de las discrepancias, si no todas, que se producen sobre este asunto derivan de la confusión semántica sobre el término "prostitución".

Porque la expresión "actividad a que se dedica" parece conllevar una habitualidad, una profesionalidad, que descartaría actos de intercambio sexual esporádicos. Pero no es nada fácil decidir dónde estaría la frontera entre habitualidad y dedicación esporádica a tales actividades. Luego están quienes utilizan con habitualidad la prestación de favores sexuales para conseguir mantener el puesto de trabajo, ascenso profesional, éxito mediático, etc.

Además está el término "dinero" de la definición. Si en vez de dinero se recibe, por ejemplo, un objeto (joya, ropa, etc.) ¿ya no sería prostitución? Yo creo que hay que interpretar "dinero" en sentido amplio, como precio o recompensa, aunque se reciba en especie.

Y, finalmente, si media vínculo matrimonial ¿no hay prostitución? En principio entraría en la definición de la RAE, pero la mayoría de la gente no consideraría que alguien que se case "por dinero" se esté prostituyendo.

A este respecto, recomiendo efusivamente la película Boccaccio 70.
Se trata de un conjunto de cuatro pequeñas historias, dirigidas por cuatro importantes directores italianos. Me interesa el tercer episodio, dirigido por Visconti e interpretado por Romy Schneider, y basado en cuento de Guy de Maupassant titulado Au bord du lit ("En el borde de la cama"). Una mujer casada, harta de las infidelidades de su marido, le dice a éste que ella hace su trabajo tanto como sus amantes, así que quiere cobrar sus sueldo mensual por su "trabajo" (el episodio de la película se titula "Il lavoro", el trabajo). Es una buena reflexión sobre el matrimonio y la prostitución.

En fin, que muchos grises de todos los tonos en este asunto, como en tantos otros. Dichosos los que sólo ven blanco o negro.

(Por cierto, el primer episodio de "Boccaccio 70" también es muy recomendable; sobre el amor y el trabajo en un suburbio industrial. El episodio de Fellini, muy felliniano, con Marcello Mastroianni y Anita Ekberg; para mi gusto de lo mejor de Fellini, pues en sus películas a mí me llega a aburrir por su duración excesiva para su estilo esperpéntico. Y el final, de Vittorio de Sica, notable sobre todo por la presencia de una maravillosa Sophia Loren en todo su esplendor.)