Curso para enseñar a prostitutas a 'trabajar' mejor, en Barcelona y con financiación de la Generalitat catalana. Dirigido a principiantes, indecisas y perfeccionistas, durante cuatro horas y por un precio de 45 euros. Su organizadora explica las excelencias del curso, su necesidad, y la prostitución como tarea tan sufrida como fregar suelos, pero eso sí, mucho más productiva.

www.rtve.es/alacarta/videos/la-manana/ma...rostitucion/2403873/

Bueno, mi liberalidad en estas cuestiones es de respeto legal e incluso de intentar mejorar su situación con asistencia sanitaria, controles y demás. Pero, vamos, de esto a impulsarlo e inducir a realizar una especie de máster para prostitutas para su mejor 'aprovechamiento' y con más donaire... Personalmente, y puede parecer una opinión un tanto clásica, creo que esta sociedad está alcanzando unas cotas harto preocupantes como para que esto se difunda con esta laxitud desde una televisión pública.

Pues a mi me parece muy bien. Para hablar sobre el tema, no obstante, creo que hay que definir "prostituta" como "trabajadora del sexo VOLUNTARIA". Por lo tanto con lo que expongo a continuación me referire a eso, y no a las víctima de la trata, que por supuesto hay que perseguir y castigar de manera especialmente severa.

¿Y por qué no iría una mujer (u hombre) a tener relaciones sexuales con otra persona siempre que esté segura de querer hacerlo?
Desde luego lo que está claro es que siempre ha habido demanda en el negocio de la prostitución (por algo es el oficio más antiguo), y parece ser que la sigue habiendo, por lo que me da en la nariz que el día de mañana seguirá habiéndola.

¿No es ético?
Pues desde una moral cristiana puede que no. Pero no se hace ningún daño a nadie. No se corrompe ni engaña a nadie (entiendo que quien contrate los servicios sabe previamente lo que contrata, por lo que, en todo caso, ya estarían corrompidos de antes), cosa que ya me gustaría decir de ciertos contratos y su letra pequeña (hipotecas...). Es más, tener profesionales informadas hará que se reduzcan los riesgos de infección y propagación de ETS, pro lo que los cursos parecen más positivos que negativos en este punto.

Y no entiedo por qué el escándalo de que quien trabaja quiera hacer bien su trabajo. Como si los demás no hiciéramos cursos para mejorar en el nuestro, o como está la cosa, para aumentar las posibilidades de encontrar uno. El problema es que cuando hablamos de sexo, parece que la cosa cambia. Y cuando son mujeres las protagonistas, ya tenemos los ingredientes para la polémica perfecta (y no hablemos ya del colectivo LGTB). ¡Bendita herencia heteropatriarcal y cristiana! Y es que, como decía una amiga "todavía tenemos una cruz en el coño".

Por lo tanto, y como decía en principio, no me parece mal que se den este tipo de cursos. Creo que hay que normalizar y descriminalizar el ejercicio libro de la prostitución, e incluso apoyar a aquellas profesionales que trabajen de manera legal. Por que visto lo visto y la demanda que hay, los impuestos que se pueden recaudar de este sector tienen que ser jugositos.

Pues ahí queda eso, muchas gracias Moni por compartir el video.

P.D: ¿Podríais Nolano, Germán o cualquier otro de los profesionales del derecho que hay por ahí, informarme/nos del estado legal de la prostitución, así, machacadito?

Imanol escribió:
Pero, Imanol, tú crees sinceramente que la mayoría de mujeres que ejercen este oficio lo hacen por gusto? ¿No preferirían desarrollarse profesionalmente en otros ámbitos? Yo creo que sí.

Creo que es una actividad "alegal". Pero que se pronuncien los expertos en Derecho.

El caso es que esa actividad mueve muchos millones de euros al año y el Estado no recauda ni un céntimo de la misma de forma directa, pues los locales en donde se ejerce figuran como bares, pubs, discotecas, etc. y no registran esos ingresos.

El colmo es que el Gobierno, en vez de regular estas actividades y otras alegales, quiera ahora computar droga, prostitución y tráfico de armas como figura en otro hilo, y "a ojo de buen cubero" encima, para maquillar los datos económicos y el PIB.

No por gusto, no creo que la mayoría les gustaría dedicarse a la prostitución, pero precisamente lo que hace este curso (por lo que parece) es hacer más llevadero el hecho de ser prostituta. Y doy por supuesto que probablemente preferirían desarrollarse profesionalmente en otros ámbitos, pero, admitámoslo, la situación no está para elegir. Hay gente que está desesperada por la situación en general. Algunos se dan a las drogas, hay quien se suicida, y, por lo que se ve, hay quien decide intentarlo en el mundo del sexo. Por lo tanto, si el aumento de la prostitución (parece que) está directamente ligado con la situación económica de las clases más bajas, ¿hay que ir en contra del ejercicio de esa profesión o contra la crisis y sus causantes, que son quienes provocan dicho aumento?

Es como la gente que ha emigrado. ¿Lo hacen (hacemos) por gusto? Pues (aunque en mi caso particular es más por adquirir nuevas experiencias), en la gran mayoría no. Pero la situación lo requiere. Claro que como decía, cuando se habla de sexo el tema adquiere una nuva dimensión.

alekhine escribió:
Si, como decía al principio, sería interesante saber como está el marco legal del tema.

Y completamente de acuerdo. Se regula la actividad de la prostitución y se cobran impuestos por ello como en cualquier otro trabajo. Dos pájaros de un tiro: se regula una actividad "alegal" y se sanean un poquillo las cuentas, en vez de maquillarlas.

Por cierto, cosa parecida con las drogas. Quien las consume las va a seguir consumiendo, como pasa con el alcohol o el tabaco. Puede que hubiera que plantearse la regularización para acabar con el comercio bajo manga.

Moni escribió:
El mundo de la prostitución es muy amplio y no se puede generalizar, porque hay prostitución cercana a la miseria, pero hay otra prostitución, cercana al lujo. Es un negocio que mueve cantidades impresionantes de dinero. Hay mujeres que se meten a la prostitución porque se pueden levantar un capital semanal que ni en sueños ganaría una profesora de educación secundaria.

Imanol escribió: Me temo que no sería "un poquillo". No sé si sería exagerar, pero si se regularan todas esas actividades que mueven tantos millones de euros, y el Estado ingresara los impuestos correspondientes, quizá se acababa la crisis.

Moni escribió: Es que no vas a la moda Moni. Tanto estudiar y trabajar ...

La prostitución es una realidad desde tiempos pretéritos. Ignorarla es hacerle flaco favor a una realidad que forma parte de la mayoría de sociedades del mundo. Sin embargo y, en la línea de lo que comenta Moni, me pregunto si la difusión de estos vídeos en un medio tan "liberal" como es Internet -de libre acceso a menores-, no va a ayudar, de paso, a que algunas mujeres faltas de recursos económicos se lancen el mundo de la prostitución. La crisis y el paro no ayudan precisamene, sino que más bien pueden "animar" a echar a la calle o al "night club" a mujeres indecisas y/o de "moral distraída".

¡Cuán difícil es tratar este tema sin permanecer en lugares comunes!: “¿Cómo no va a ser una profesión, si es la más antigua del mundo?”. “¿Por qué no? si presta un servicio, cubre una necesidad”. “Los contrarios comparten entre ellos una base moral cristiana”, “Si se legalizasen, el Estado se forraría de ingresos”, etc.

Creo que la clave de la noticia que ha compartido Moni es que el curso está financiado por la Generalitat Catalana, vale decir, por un organismo público. Éste se nutre de los tributos pagados por los ciudadanos. ¿Aceptamos que actualmente existe en el seno de la ciudadanía un debate acerca de la prostitución y su situación legal? En caso afirmativo, podríamos concluir que un poder público está incurriendo en ilegitimidad en dos aspectos: por un lado, al tomar parte en ese debate; por otro, al posicionarse del lado de una de las posturas enfrentadas. Un sector de la ciudadanía podría no sentirse conforme con tal iniciativa, porque no considere aceptable, desde el punto de vista que se quiera, una actividad/profesión como el mercadeo de sexo.

El problema, seguramente insoluble, es el de siempre: cuán fielmente representa esta o aquella organización política la voluntad del pueblo.