A ver, en mi humilde opinión, creo que estás mezclando cosas.
Por una parte está la disposición psicológica del pesimismo, andar siempre triste y jodido y con ganas de suicidarse pero no poder y todo eso; por otra parte está la filosofía pesimista. A veces, una y otra coinciden, a veces no. De igual modo, hay grandes filósofos optimistas que no hacían gala precisamente del carácter más alegre del mundo, es más, incluso con tendencias depresivas; no obstante, su filosofía revestía un carácter marcadamente optimista. Es el caso del marxismo, con su optimismo histórico.
La mayoría de los pesimistas, incluidos los más radicales, los que recomiendan el retiro del mundo, la resignación, el antinatalismo, etc., como Bahnsen, Schopenhauer, Cioran y demás, han valorado el humor y puesto en él gran énfasis, precisamente como respuesta ante la absurdidad de la existencia, es decir, que no solo se hace hincapié en el fenómeno del humor y la risa, sino que se trata además de un humor fundamentalmente pesimista, de marcado carácter irónico.
Por supuesto, uno puede desarrollar una teoría pesimista y hacerla coincidir con una disposición psicológica pesimista, pero si hubiese que hacer algo así como un compendio con los puntos de encuentro entre los filósofos pesimistas, lo que hace que exista un aire de familia que nos permita hablar de filosofía pesimista, sin duda el recurso a la risa y al humor irónico se encontraría entre ellos, y lo otro sería la excepción.
Por lo demás, os recomiendo la lectura de «La risa proteica, el humor y los pesimistas», de
Joan M. Marín, para profundizar en ello.
Abracci.