Hola, llego cuando quizás acabó el debate, pero doy mi opinión.
Para mí la cuestión de Dios, lo divino, lo espiritual y la relación de todo eso con la voluntad humana, no es racional.
El fenómeno religioso, me parece cultural y colectivo como en cierto modo apuntáis. Aunque también tiene un componente existencial y psicológico, pues supongo que las personas hiper realistas no tienden a creer. Según Jung, las personas puramente sensatas son menos intuitivas para lo metafísico, un poco como dice Platón, que están “los de la tierra”, que sólo creen en lo que cogen a puñados con su mano, y los otros, más suaves o sutiles (más metafísicos), que creen porque así es su naturaleza. En cuanto a lo que no es racional, creo que cada sujeto existencial es diferente, es un tipo de receptor distinto, y creo que es desde ahí de dónde ordenamos el mundo, pues lo existencial determina nuestras ideas más generales y básicas. Las culturas nos determinan de manera general, pero nuestras elecciones dentro de una misma cultura son existenciales.
Para mí, Dios es en el sentido espiritual y existencial, no en el de la razón filosófica, una comprensión experiencial espiritual. Pero esa comprensión nada tiene que ver con las culturas ni las religiones, sino con el desarrollo de lo sutil en uno mismo, si tienes tele podrás ver los programas, pero si no la tienes, careces del receptor necesario. Eso sería Dios en sentido espiritual para mí. Una fe, pero no en un sentido racional o de creencia, sino de elaboración de cierta sutileza en uno mismo.
Pedro Pablo, no creo que nuestra imagen de Dios esté simplemente supeditada a nuestra cultura cristiana de manera tan simple.
Como dice Elías, se puede partir del hombre en el mundo. Si concibes la idea de Dios manifestada en la historia, tal y como ha sido percibida y vivenciada por las personas que creyeron en eso, quizás lo mires como un conjunto de experiencias, en lugar de como un conjunto de ideas. Por otro lado, antes de estar repleto de ideas, el sujeto que somos, tiene experiencias verdaderamente existenciales. Nuestra inteligencia natural sabe que nosotros hacemos las cosas intencionalmente para que se hagan. Quizás por eso, uno ve el mundo, y antes de haber pensado, siendo niño, se pregunta quién lo hizo, porque es natural para nosotros esa sorpresa y esa pregunta por el misterio de la existencia. Si en lugar de razonar contemplas un mundo lleno de cosas movientes y de vida, un algo más grande que nosotros y que nos abarca por todos lados... ¿no es así la realidad en la que existencialmente vivimos? Ahí veo yo la entrada natural y existencial a Dios, cuando los humanos no habían organizado rematadamente todo, por medio de ideas y clasificaciones. Para ellos era una cuestión netamente existencial, una sencillez necesaria, una humildad, que nosotros desconocemos creo yo hoy día.
Quiero decir, que es accesible a cualquiera, y que una vez vencidas incluso las culturas y las grandes ideas, diría que hoy día lo normal es que cada uno se haga su propia idea de Dios, o del Universo, enteramente a su propia manera por fin.
Indeciso, en cuanto a cuál es el origen de que no creas en nada religioso, creo que lo primero es ver en qué cultura estamos, pues el tipo de ideas reinantes, determina los pensamientos de la mayoría. Nuestra cultura es materialista, y supongo que lo es mucho también, la propia filosofía actual. Para mí el mundo es metafísico material, pero mientras antes se subrayaba lo metafísico, hoy día se subraya lo material, aunque creo que son cuestiones culturales y temporales, como un péndulo y nada más que eso. Es gracioso ver cómo en una época se subraya uno de los polos, en otra se subraya justo lo contrario. Lo metafísico y la pura causa material del materialismo, ambos son para mí paradójicamente correctos, cada uno en su plano. Eso sí, por ser animales sociales, tendemos a pensar lo mismo que los que tenemos alrededor, y sobre todo creemos en lo que cree nuestra época y país, porque escapar de eso es caminar contra corriente, algo realmente duro y difícil.
Elías, no estoy de acuerdo en que la relación con respecto a Dios o lo divino sea exclusivamente colectiva, aunque esto sea real en general. La espiritualidad es para mí en última instancia, el proceso por el que la relación individual con Dios, se separa de lo cultural religioso y colectivo, para convertirse en una pregunta íntima, un tipo de impulso o aspiración, que jamás podría ser colectivo. Por mi parte no creo en ninguna religión o verdad establecida, sino que llamo Dios, divinidad o alma (como en cierto modo Platón), al intento imposible de hacer algo mejor de uno mismo, no un conjunto de razones, sino una simple actitud vital hacia lo mejor, aumentando lo que de la vida nos parece bueno. Eso me ha reafirmado Platón, la filosofía como forma de vida, como completamiento y no como estricto debate de la razón, para que sea justamente llamada búsqueda de la “sabiduría”; apelando al ser humano en su intento existencial completo, y no sólo a una sola parte de él, a la pobre, si bien indispensable y amadísima razón. Por todo ello, ¿no es la fe un estado, una posible posición del ser que somos? ¿Cómo no habría de existir entonces como algo digno y objetivo? El problema es nuestra época, con la mirada filosófica agarrando tercamente un puñado de tierra desasistida de significado, sumergida en el tecnicismo lógico del lenguaje y la relatividad de una razón que se muerde interminablemente la cola, en lugar de buscar lo que la determina y completa, la consciencia existencial que rellena sus contenidos.
Saludos.