Observo con impotencia el sectarismo inmovilista y monolítico que a veces sostienen algunos participantes del foro (luego nos quejamos de la situación actual de la filosofía en los denominados
ambientes continentales). Fuera de X pensadores también hay vida. Resulta innegable, como hemos comentado en alguna ocasión, que estudiar de forma reglada obliga a dejar según qué prejuicios de lado y leer a autores que, de otra manera, jamás leeríamos.
Cuando cursé Filosofía Española Contemporánea me topé en el Fraile con las ideas escépticas, forzosamente escuetas, de Andrés Piquer y Arrufat, quien decía cosas tan de sentido común como las siguientes (téngase en cuenta que hablamos de un pensador del siglo XVIII). La tipografía es mía:
"Tanto en medicina como en filosofía, [Andrés Piquer y Arrufat] adopta una actitud de eclecticismo moderado y conciliador, a la manera de Vives. Propone como lema el texto de San Pablo; «Omnia probate, quod bonum est tenete».
Piensa que «la verdad no está vinculada a un solo sistema filosófico». Por filosofía ecléctica entiende «un modo de filosofar en que el entendimiento
no se dedica ni se empeña en seguir a un filósofo, formando sistema de su secta,
sino que toma de todos aquello que en cada uno de ellos le parece verdadero». Hay un eclecticismo legítimo y otro rechazable. «Los sectarios del tiempo presente son una casta de eclécticos de mala condición, pues andan tomando de todos los modernos y de los antiguos que coinciden con ellos cuanto les hace al caso para hacer una junta de errores; al revés de los buenos eclécticos, que, entresacando las doctrinas de todos los filósofos, procuran hacer una junta de verdades». Opina que es conveniente que los jóvenes comiencen a formarse en la filosofía escolástica y después vean «toda suerte de filosofías», a fin de escoger las verdades que en ellas hallaren para ilustrar las de la religión. «El
eclecticismo es necesario en la filosofía y demás ciencias humanas;
pero de la teología debe apartarse siempre, porque los certísimos principios de la Escritura y tradición, en que ha de fundarse, no dan lugar al teólogo, como tal, para hacerse ecléctico». En medicina hay que conservar lo antiguo (Hipócrates, Galeno, Aristóteles), pero completándolo con lo moderno y acentuando el carácter práctico de la filosofía, especialmente la lógica y la moral. «Estudíense bien los antiguos, que son las fuentes originales del arte; léanse con atención los modernos; extráigase de todos lo que esté fundado en la experiencia establecida sobre buenas observaciones; y así se podrá formar un cuerpo de medicina sólido, firme y perpetuamente duradero; de modo que la posteridad, tomando esto por base estable, irá añadiendo lo que descubran al estudio y la aplicación»
".
FRAILE, Guillermo (1972),
Historia de la Filosofía Española. Desde la Ilustración, edición revisada y ultimada por Teófilo Urdánoz, BAC, Madrid, pp. 14-15.
Piquer y Arrufat no era, pues, partidario de la cerrazón de ninguna secta filosófica en particular, sino que prefería tomar un poco de todos.
La idea general me parece de lo más atractiva. Hay ámbitos en los que tiene poco sentido recurrir a los mismos de siempre (los que sean). El problema es que no todo el mundo es capaz de dejar de lado a sus pensadores preferidos y termina recurriendo a ellos para hallar respuesta a cuestiones presentes sobre las que éstos no tienen absolutamente nada que decir. Y creo que éste es el principal motivo por el que los "profesionales de la filosofía" (profesores y alumnos, sin referirme a nadie en particular e incluyéndome yo si raciocinios objetivos así lo demostrasen) están enterrando a marchas forzadas al fantasma de la filosofía.
Pero es que
además la idea de base de Piquer y Arrufat se encuentra también en el apartado
Objetivos y competencias del Máster en Filosofía de la UNED. Concretamente, en el subapartado que lleva por título
Competencias generales, donde la última de ellas dice así (subrayado mío):
"Tener un fluido manejo de la
interdisciplinariedad, como elemento básico de la reflexión filosófica en su imprescindible
apertura a otros ámbitos de la cultura y del saber, y en el desarrollo de una comprensión reflexiva de los fundamentos conceptuales de estos otros ámbitos.
"
Eso enlaza perfectamente con el antisectarismo de que hablaba Piquer y Arrufat (y si no me falla la memporia, también José Gaos).
Ahí queda eso, por si alguien encuentra todo eso algo estimulante (absténganse las mentalidades inmovilistas y fundamentalistas).