El caso es no querer o poder aceptar que nos morimos y ya está, exactamente igual que un árbol o un gato. Reconozco que aceptar la muerte como una especie de eterno sueño del que ya nunca nos despertaremos es algo que llevemos muy mal en general. Y si no, mirad Unamuno, que prefería un eterno infierno antes que una "nada".
Sabemos que no tenemos recuerdos de una posible vida anterior. Yo por lo menos no los tengo. Vamos, que como argumentaba Hume, lo más probable es que al morir volvamos al mismo estado de "no-ser" en el que estábamos antes de nacer. Dicho de otro modo: que morir y no haber nacido es básicamente lo mismo. No estás y ya está.
Tened en cuenta que el Universo conocido tiene unos 13.700 millones de años. Es decir, que antes de nacer ya llevábamos una eternidad "muertos". Por tanto, ¿por qué preocuparse por la muerte (el no-ser) si el no-ser es nuestro estado habitual de "ser"? Llevamos no-siendo una eternidad. Lo que es un auténtico milagro es estar vivos. Pero todos los cosmólogos coinciden en que la vida, tal como la conocemos, no es lo habitual en el Universo. De hecho, la vida es esa cosa extraña en que se convierte la materia cuando se dan unas circunstancias determinadas. Y digo la materia porque sabemos que todo en el Universo está hecho de lo mismo, es decir, de los elementos que conocemos y que hemos distribuido en lo que hemos dado en llamar la Tabla periódica de los elementos (
Mendeléyev). El problema, eso sí, es que no sabemos exactamente qué eso de la materia porque ello nos obliga, irremediablemente, a descender al mundo del microcosmos. Y en él hemos postulado los quarks (1964) sin saber si existen de verdad o no. Salvan los fenómenos, que no es poco, pero nadie ha visto un
quark.
Por eso y, en mi opinión, la pregunta realmente importante -siguiendo a S. W. Hawking- no es tanto qué hacemos aquí o qué es el hombre (Kant), sino ¿por qué estamos aquí? Si llevamos una eternidad "muertos" antes de nacer, ¿por qué estamos vivos 80 ó 95 años y luego volvemos a no estar? Esa es la cuestión, por qué hay un universo (o varios) en lugar de no haber nada. Por eso para mí lo más interesante de la filosofía y de la ciencia es la cosmología. De hecho, en Grecia la cosmología nació de la mano de la filosofía, pues de cuestiones cosmológicas se preocupaban los primeros filósofos presocráticos (naturalistas).
El enigma de la vida y de la muerte es en realidad el enigma del por qué estamos aquí. Y anuncios como
este están directamente relacionados con esa gran pregunta que, a fin de cuentas, es coincidente con el enigma de la muerte.
Por estos derroteros cosmológicos espero que vaya mi TFG (cosmología y filosofía de la física, microcosmos, macrocosmos, mecánica cuántica, física de partículas, etc. Tengo que hablar con el profesor M. Sellés nada más terminar los exámenes de junio). Será duro porque yo no soy físico, pero seguro que algo tendré que decir al respecto.